Diana de Gales y su vestido de novia siguen siendo una atracción 40 años después
Una exposición en Londres que coincide con el 60º aniversario del nacimiento de la princesa recuerda el famoso diseño de los Emanuel que vistió en su boda con Carlos de Inglaterra
En pleno auge de vacunaciones contra el coronavirus, la normalidad parece empezar a instalarse en Europa y vuelven a retomarse actividades culturales que tuvieron que verse interrumpidas. Así, Londres ha anunciado que volverá a abrir el palacio de Kensington el miércoles 26 de mayo. Un lugar que, además de ser el hogar del príncipe Guillermo con Kate Middleton y sus tres hijos, también acoge exposiciones temporales de gran aceptación. La que se estrenará el próximo 3 de junio en la recién restaurada zona de la Orangerie será un éxito, sin duda. Titulada Royal Style in the Making (algo como Así se fabrica el estilo de la realeza), en ella se mostrarán “objetos nunca vistos de algunos de los más celebrados modistos de la realeza del siglo XX, además de ejemplos de deslumbrantes vestidos y estilosos trajes creados para tres generaciones de mujeres de la realeza”, como ha explicado el sitio de Reales Palacios Históricos en la comunicación que ha hecho a sus seguidores.
Hay una pieza que destaca sobre todas las demás, como se reconoce en el boletín distribuido por Kensington. “Entre las estrellas que se exhibirán estará el vestido de boda de Diana de Gales, completo, con su espectacular cola cuajada de lentejuelas, la más larga de la historia de la realeza”, reza la exposición, destacando los más de 7,6 metros que medía el vestido de la entonces esposa de Carlos de Inglaterra. Además, también destacan que se podrá ver una toile, es decir, una prueba previa del vestido que llevó la reina madre en la ceremonia de coronación de Jorge VI (su esposo y padre de Isabel II) en 1937. La exhibición arranca el 3 de junio y podrá verse en el palacio londinense hasta el 2 de enero de 2022. Es obligatorio reservar las entradas con antelación, que tienen un precio de 23 libras (unos 26,50 euros).
El vestido de Diana de Gales, que data de 1981, es la estrella de la exhibición, y deja ver cómo la familia real británica sigue aprovechando el tirón de la siempre polémica figura de la difunta princesa. Ya lo hizo en una anterior exposición entre febrero y noviembre de 2017, cuando también en Kensington hubo una gran muestra de vestidos de la princesa. Diana, Her Fashion Story se convirtió en un enorme éxito de visitantes y, cómo no, de ingresos, donde el público acudía con curiosidad para ver el traje con el que bailó junto a John Travolta o diseños de Gianni Versace, Catherine Walker o Jacques Azagury.
En este caso, el vestido de novia es, como explican desde el palacio, “un préstamo de los duques de Cambridge y Sussex”, es decir, de los hermanos Guillermo y Enrique de Inglaterra, que tienen la propiedad de una de las más importantes piezas que pertenecieron a su madre, tal y como ella misma dispuso en su testamento. “Está entre los vestidos de novia más famosos de la historia, y posee un corpiño central ajustado superpuesto en el centro, tanto en la parte delantera como en la espalda, con paneles de encaje antiguo de Carrickmacross (Irlanda) que originalmente pertenecía a la reina María, bisabuela del novio”, se explica. “Su suave escote y sus grandes mangas abullonadas están adornadas con lazos y grandes volantes de tafetán, un estilo que la princesa popularizó a principios de la década de 1980, mientras que la falda amplia se apoya en una gran cantidad de rígidas enaguas de red para crear su famosa silueta”.
La exposición coincide con dos aniversarios clave: los 40 años de la boda de los entonces príncipes de Gales, que tuvo lugar el 29 de julio de 1981, donde se vio ese célebre traje; y sobre todo el que hubiera sido el 60º cumpleaños de la princesa Diana, el 1 de julio. Para esa señalada fecha se prevé que los enfrentados hermanos vuelvan a reunirse en un pequeño evento en el que descubrirán una estatua de su madre que encargaron en 2017 (cuando se cumplieron 20 años de su muerte). La efigie ha sido realizada por Ian Rank-Broadley —cuyo retrato de Isabel II es el que se puede ver en las libras esterlinas— y se colocará previsiblemente en el jardín Sunken del palacio de Kensington.
El vestido de Diana es toda una pieza de coleccionista que no se ha visto desde hace 25 años, antes de que muriera la princesa en un accidente de coche en París. Fue creado con absoluto secretismo por el entonces matrimonio formado por David y Elizabeth Emanuel, que ahora están inmersos en una pelea legal por sus bocetos. En enero, David demandó a Elizabeth porque esta subastó unos bocetos del traje de novia —y de algunos otros diseños— de la princesa Diana sin su consentimiento y rompiendo el acuerdo al que habían llegado tras su divorcio, en el que pactaron que ninguno de los dos podría usar la marca Emanuel para sus negocios. Por tanto, David Emanuel exigía que parte de los derechos de esos bocetos eran suyos y quería también la mitad de los beneficios. Una batalla judicial que, en cualquier caso, no desluce la que es una de las piezas más llamativas de la historia de la moda y que británicos y probablemente muchos visitantes extranjeros podrán ver en Londres a partir del 3 de junio.
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