Jose Toledo, su vida más allá de la familia Franco
La exesposa de Cristóbal Martínez-Bordiú continúa trabajando como modelo en Estados Unidos a punto de cumplir los 55 años
El mundo de las modelos ya no gira exclusivamente alrededor de mujeres muy jóvenes. El mercado se ha dado cuenta del potencial como clientas de las mujeres mayores de 45 años y ha actuado en consecuencia incorporando como embajadoras de marcas importantes y prescriptoras de producto a féminas con las que se sientan identificadas por su edad. Este es el caso de Jose Toledo, conocida en los últimos años por presentar programas del corazón en televisión y también por su matrimonio con Cristóbal Martínez-Bordiú, uno de los nietos del dictador Francisco Franco, de quien se separó en 2017 después de 32 años de matrimonio.
Toledo, que cumple 55 años en abril, primero vivió una intensa época como modelo, profesión en la que se inició siendo muy joven sobre la pasarela de Barcelona y en la que llegó a tener una proyección internacional y desfiló para marcas tan emblemáticas como Chanel, Balenciaga, Christian Dior, Versace o Carolina Herrera. Clase y elegancia la caracterizaron en aquellos años y siguieron formando parte de la esencia que transmitía en sus apariciones públicas cuando comenzó a frecuentar fiestas de la llamada alta sociedad de la época y, después, cuando en 1991 comenzó su trayectoria en televisión presentando un programa musical en el desaparecido Canal +, Los 40 principales. Después llegaron otros en Televisión Española, Cartelera 1, Gente, Corazón, corazón o Doble página en Telemadrid.
Entre una cosa y otra se cruzó en su camino Cristóbal Martínez-Bordiú, hijo de Carmen Franco –la única hija del dictador– y del marqués de Villaverde, del mismo nombre, y su relación acabó en boda en 1984. El segundo apellido de su marido siempre ha estado ahí, para bien y para mal, pero la discreción de esta pareja, alejada del foco mediático salvo por su profesión y la imagen serena de Jose Toledo, les preservó de la exposición y críticas que han perseguido a alguno de los otros seis hermanos del que ya es su exmarido.
Cuando en septiembre de 2017 se supo que el matrimonio se separaba, la noticia sorprendió a la mayoría porque estaba considerada como una de las parejas más estables del panorama social español. Ambos habían convertido en máxima mantener a distancia su vida personal y su faceta pública; así continuaron cuando aparecieron los problemas conyugales y así lo han hecho tras su separación. Entonces se supo que llevaban varios meses sin convivir y que habían pasado sus vacaciones por separado.
Jose Toledo ha iniciado su nueva vida de la misma forma que llevó sus años de casada con un miembro de una de las familias más cuestionadas: con elegancia y sin hacer ruido. Ahora, a punto de cumplir los 55, vive un buen momento profesional: tiene un nuevo proyecto de televisión del que no ha podido dar más detalles y continúa realizando trabajos como modelo, principalmente en Estados Unidos. En una reciente entrevista con la revista ¡Hola! afirmó: “Yo soy la primera sorprendida porque ya me había desligado del mundo moda cuando empecé a hacer televisión con 25 años. Mi carrera como modelo fue fructífera, pero muy corta. Fue muy intensa. Estuve en Estados Unidos, Tokio... También fui madre muy joven y, cuando empecé en televisión, mis trabajos de moda se resumían a la publicidad que hacía y a algún editorial [historia fotográfica]. En un viaje a Nueva York, me ofrecieron probar y hace cinco años que trabajo en Estados Unidos”.
Jose Toledo y Cristóbal Martínez-Bordiú son padres de dos hijos que han mantenido el mismo perfil bajo que sus padres en lo que respecta a su vida privada: Daniel, de 29 años, y Diego de 21. Recientemente ambos volvieron a salir en los medios con motivo primero del funeral de su abuela Carmen Franco y después de la exhumación de su bisabuelo, Francisco Franco. Los dos acudieron como el resto de sus primos a ambas ceremonias y mantuvieron la discreción que ha caracterizado a toda su familia. Por su madre se sabe que son muy familiares y que les gusta compartir planes con sus progenitores, y ella ha reconocido que buscar esa unión puede que le haya hecho hasta descuidar a sus amigos. Es conocido que Jose Toledo solo frecuentaba los eventos públicos a los que ha estado obligada por su profesión y que durante sus más de tres décadas de matrimonio, su exmarido nunca se dejaba ver con ella en este tipo de actos.
El mayor de sus hijos, Daniel, estudió Administración y Dirección de Empresas en IE University, considerada una de las 30 mejores universidades del mundo, y durante sus años de estudiante se trasladó a vivir junto a su abuela, Carmen Franco, al domicilio de la calle Hermanos Bécquer, en Madrid, situado frente a la embajada de Estados Unidos, ya que sus padres vivían en la finca Valdefuentes en la localidad madrileña de Arroyomolinos. Estaba muy unido a su abuela y cuidó de ella hasta su muerte, como lo hizo también su primo Alfonso de Borbón. Daniel sufrió un accidente en 2009 en el que estuvo a punto de perder la vida mientras conducía una moto cerca de Móstoles, cuando sufrió un traumatismo severo en la tráquea tras impactar con un cable.
Diego, el menor de los hermanos, comparte con Daniel su pasión por los deportes extremos, ha estudiado una temporada en un internado británico y estudia Derecho también en la misma universidad que hizo la carrera su hermano mayor. Le interesa la política y es muy activo en Facebook, donde no ha dudado en defender la labor de su bisabuelo y donde incluso ha plantado cara a Manuela Carmena en la época en la que ejercía de alcaldesa de Madrid. De todo esto su madre se mantiene al margen; se sabe que sigue siendo amiga de la hermana mayor de su exmarido, Carmen Martínez-Bordiú, pero nunca se ha pronunciado sobre ideas políticas ni conflictos familiares. Tampoco en las empresas de su exmarido que pueden tener algún tipo de vínculo con el resto de su familia política —delegado de la empresa agraria Arroyo de la Moraleja S.L. y administrador único de la sociedad inmobiliaria Renval Inversiones S.L—. Juntos, eso sí, compartían la empresa Joran Producciones S.L., una productora de publicidad y estudios de mercado, y la titularidad de un apartamento en Fuerteventura. Flecos de un largo matrimonio cuya disolución realizaron con la misma calma, al menos de cara al público, con la que vivieron su larga relación.
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