Seis vinos de Ribeiro que elevan el precio de la Denominación de Origen y lideran la vanguardia

Ribeiro, la mayor zona vitivinícola de Galicia, cuenta con 1.300 hectáreas de viñedo registradas, aproximadamente 1.607 viticultores, y 98 bodegas y colleiteiros. Es también una de las Denominaciones de Origen más antiguas de España. Históricamente, la imagen popular de Ribeiro estaba vinculada a las tabernas donde se degustaba pulpo, con su vino que tintaba la taza de porcelana si era tinto o dejaba un sabor agreste y ácido si era blanco. Sin embargo, Ribeiro tiene un prestigioso pasado internacional, con importantes exportaciones de vino a Inglaterra. Esto se debe a su amplio patrimonio ampelográfico y a las condiciones particularmente favorables para la producción de vino de calidad. Los históricos viñedos ribereños del Miño y sus afluentes Avia y Arnoia, plantados en un mosaico de bancales de granito descompuesto (sábrego) en escarpadas laderas, ofrecen un fruto de gran calidad.

Como en tantas partes de España, la llegada de la filoxera fue una catástrofe. Los viñedos fueron sustituidos por las más productivas variedades blanca palomino y tinta garnacha tintorera. A principios de los años 80, la Caja Rural de Orense impulsó la recuperación de las variedades tradicionales, sentando así las bases para el futuro de la región. Otro hito importante fue el papel desempeñado por la Cooperativa Vitivinícola de Ribeiro (hoy Viña Costeira), la mayor de Galicia, ejemplarmente dirigida por Tito Levoso. Bajo su liderazgo, la cooperativa no solo modernizó sus vinos con creaciones audaces como el blanco Amadeus y recuperó variedades autóctonas como loureira, godello, albariño y treixadura, sino que también informatizó la bodega y cartografió los viñedos de los asociados, implementando un sistema de pago basado en la calidad de la uva. Este fue el comienzo de un renacimiento, posteriormente impulsado por visionarios como Emilio Rojo, quien abandonó su exitosa carrera como ingeniero de telecomunicaciones para regresar a la viña familiar y establecer un nuevo estándar sin levantar la voz; y Javier Alén, con su ejemplar Viña Mein (ambas bodegas hoy integradas en el grupo Alma de Carraovejas).

Posteriormente, y al calor de la creciente demanda de vinos blancos, una nueva generación de cosecheiros, como Bernardo Estévez y Eduardo Rodríguez, reivindicó las bondades del viñedo con variedades autóctonas, casi olvidadas y en riesgo de extinción. En Ribeiro comenzó a hablarse de uvas maravillosamente complejas como lado, silveiriña, verdello, agudelo, loureiro, torrontés, ferrón, sousón, brancellao y caiños. Estos vinos de producciones pequeñas están luchando por hacerse notar y representan una gloriosa minoría que está cambiando la cara vitivinícola de Ribeiro. El problema radica en que estas viñas poco productivas solo son viables si se elaboran vinos de alta calidad a precios elevados, y superar el consumo local exige distribución y promoción. Afortunadamente, la democratización del comercio gracias a internet y las buenas calificaciones de los expertos están facilitando su difusión. Una buena muestra de ello son estos seis excelentes y vanguardistas vinos.

ARMÁN FINCA MISENHORA 2021

O GRAN MEIN 2021

COTO DE GOMARIZ FINCA O FIGUEIRAL 2020

OLLOS DE ROQUE 2021

SIAH 2022

XANLEDO 2022

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