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Seis cervezas para maridar con turrón: un brindis diferente para estas fiestas

Es el momento de celebrar y de explorar armonías diferentes con estilos más intensos, especiados o afrutados

Diciembre es ese mes donde todo se mezcla: frío, cenas infinitas, reencuentros, luces, prisas, brindis. Para quienes les gusta la cerveza, este es un gran momento para explorar estilos más intensos, especiados, afrutados o simplemente distintos a lo de siempre. Aquí van seis cervezas que se pueden encontrar fácilmente en supermercados y que pueden acompañar el aperitivo, el postre o la sobremesa.

1.

Gulden Draak 9000

Botella 33 cl. · 10,5% ABV Fuerte, densa, de esas que invitan a sentarse y tomársela sin prisa. Esta quadrupel belga parte de una base de maltas oscuras que le dan un perfil profundo: caramelo tostado, frutas pasificadas como pasas y dátiles, pan dulce navideño y un final ligeramente licoroso. La levadura belga añade ese toque especiado y afrutado que redondea cada trago. La carbonatación, fina, pero viva, le da chispa a su cuerpo denso, y el alcohol aparece como un abrazo.

Ideal para después de cenar, cuando el resto pide un licor, por si se prefiere algo que también lleva burbuja y alma cervecera. Si tiene panettone, polvorones o turrón blando cerca, pruebe a mojar. En serio. El dulzor de ambos se potencia y se equilibra con la calidez alcohólica. Y si se tiene chimenea, ni lo dude.

2.

Franziskaner Dunkel

Una cerveza de trigo oscura, suave, con notas de plátano maduro, clavo y un fondo de pan tostado. Es cálida sin ser pesada y la carbonatación alemana limpia el paladar con elegancia. “Dunkel” significa “oscuro” en alemán. En el mundo cervecero, se refiere a lagers oscuras de baja fermentación, tradicionales del sur de Alemania, especialmente de Baviera. Su color varía entre ámbar profundo y marrón, y suelen tener sabores suaves a malta tostada, pan, nuez y caramelo, sin amargor marcado. Son cervezas cálidas y fáciles de beber, perfectas para los meses fríos y para acompañar embutidos ibéricos o unas croquetas bien hechas. No empalaga, pero te abraza. Botella 50 cl. · 5% ABV

3.

Orval

Una trampa deliciosa es, como su nombre indica, una de esas cervezas que engañan por lo fácil que entran… y lo complejas que pueden llegar a ser. Empieza con aromas florales y herbales, una levadura muy expresiva, final seco y refrescante. Pero si se decide guardar unos meses en la despensa (sí, se puede envejecer en botella), empieza a transformarse: heno seco, cuero, tierra húmeda, como esos quesos que ganan carácter con el tiempo. ¿Hay quien se anima a ponerla con un queso curado o una tabla navideña bien completa? Se puede guardar una para ahora y otra para abrir en primavera: se verá cómo cambia. Botella 33 cl. 6,2% ABV

4.

Rochefort 8

Esta trappist belga es una de esas cervezas que pide silencio y atención. Pertenece al estilo Belgian Dubbel, pero con un extra de intensidad y profundidad. Con aromas a caramelo oscuro, higos secos, fruta madura y levadura especiada, con un fondo casi vinoso. En boca es sedosa, cálida, con un amargor muy suave que deja todo el protagonismo al dulzor de la malta y la fermentación. Ideal para acompañar una tabla de quesos curados, un poco de turrón de yema tostada o para brindar después de una buena comida con algo que tenga historia y alma. Botella 33 cl. 9,2% ABV

5.

Mort Subite Xtreme Kriek

¿Cerveza de cereza? Sí. Pero no es un refresco ni un licor. Esta lambic afrutada tiene acidez, dulzor y un color rojo rubí que da alegría con solo mirarla. Ideal para los postres, o para sorprender a quien no le gusta la cerveza.

Una Kriek es una cerveza belga elaborada a partir de una lambic, una cerveza de fermentación espontánea, a la que se le añaden cerezas enteras. Durante la maceración, la fruta fermenta junto a la cerveza base, aportando acidez, color rojizo intenso, aromas frutales naturales y un punto de dulzor que varía según el productor. Hay versiones más tradicionales, son secas, ácidas y complejas, y otras, como esta, que tienden a ser dulces, chispeantes y muy accesibles. Perfectas para quienes buscan una cerveza con sabor a fruta. Si tiene tarta de queso, de chocolate o un surtido de dulces navideños, esta botella puede darles una vuelta inesperada. Botella 25 cl. · 4,3% ABV

6.

La Trappe Dubbel

El clásico del monasterio holandés. Una Dubbel más accesible, redonda y amable, con notas de pan tostado, dátiles, azúcar moreno y toques especiados que vienen de la levadura. Su cuerpo medio y carbonatación suave hacen que funcione bien con platos de cuchara navideños, como una crema de calabaza con crujiente de jamón, o incluso con una ensalada templada con frutos secos. Una excelente forma de introducirse en el mundo trapense, sin complicaciones, pero con toda la esencia. Botella 33 cl · 7% ABV

No hace falta una gran colección ni conocimientos técnicos. Solo un poco de curiosidad, ganas de compartir y una copa para poder disfrutar de todo lo que estas cervezas tienen para darnos. Esta Navidad, además del cava o vino de todos los años, pruebe a llevar una de estas cervezas y compartir un momento de charla y curiosidad sobre estas historias. Al final, la cerveza también puede celebrar.

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