Seis vinos tintos gallegos de variedades autóctonas en riesgo de extinción
Una nueva generación de enólogos y viticultores lidera un movimiento de recuperación de variedades autóctonas con el objetivo de preservar la identidad del viñedo gallego
En Galicia se están redescubriendo las bondades del viñedo viejo —pero sano— de variedades tintas autóctonas, con producciones pequeñas de uvas de excepcional complejidad cuando las condiciones climáticas y la sanidad de la cosecha lo permiten. Se trata de variedades minoritarias, en algunos casos residuales y cultivadas en microparcelas, que atesoran un potencial enológico aún por explorar. Hablo de brancellao, merenzao (bastardo), tinta amarela (la tempranillo gallega), carabuñeira, caíño da terra, caíño bravo, ferrol, sousón, espadeiro, tinto serodio, pedral, araúxa, scorbillón, caíño longo y caíño redondo. Y, por supuesto, la prestigiosa mencía, que en la Ribeira Sacra tapiza los evocadores valles salpicados de restos románicos del Miño y Sil. Tintos que, hasta ahora, han vivido a la sombra de los grandes blancos gallegos de albariño, godello o treixadura, altamente valorados en el mercado internacional.
La apuesta gallega por los vinos tintos se asienta sobre bases sólidas y refleja a la estructura del sector vitivinícola de la región. Según el informe elaborado por Analistas Financieros Internacionales (AFI) para la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE), la superficie de viñedo en Galicia es de 33.604 hectáreas (el 3,5% del total nacional), la gran mayoría concentrada en las provincias de Pontevedra (48,8%) y Ourense (33,7%). Dentro de esta superficie, las variedades tintas ocupan una proporción muy reducida de las hectáreas, destacando mencía (3.206 ha), sousón (368 ha), caíño tinto (366 ha) y espadeiro (119 ha). En cuanto a la propiedad, los viñedos se reparten entre 219.356 viticultores, lo que representa el 39,9% del total nacional y convierte a Galicia en la comunidad autónoma con mayor número de viticultores. La inmensa mayoría son bodegas familiares, los tradicionales colleiteiros, especialmente presentes en el Ribeiro, para quienes el viñedo es la condensación de su historia y la proyección de su futuro. Sus vinos, sangre y alma de propietario, son expresión de autenticidad con nombre propio, un orgullo silencioso y una honradez cabal que no se rinde ante las dificultades. Y no son pocas: la atomización del sector obstaculiza el desarrollo de economías de escala, y las dificultades del cultivo, que exige técnicas manuales, incrementan los costes. Sin embargo, esta misma fragmentación permite apostar por un valor en alza en los mercados de calidad: la singularidad. A esto se suma otra dimensión que las autoridades autonómicas deberían tomar seriamente en cuenta: el viñedo ayuda a fijar población en el medio rural. Sin olvidar que la vid y el vino permite desarrollar el enoturismo, un ámbito para el que Galicia está especialmente dotada.
Las condiciones no pueden ser más propicias. Empezando por un territorio de carácter fluvial, brumal y luminoso, donde cada colina y cada variedad se expresan con fuerte personalidad. Viticultura heroica con las viejas cepas aferradas a suelos graníticos y pizarrosos en bancales y laderas, donde la rentabilidad reside en la excelencia. Esta riqueza se despliega en las cinco denominaciones de origen gallegas: Monterrei, Rías Baixas, Ribeira Sacra, Ribeiro y Valdeorras. Viñedos y balnearios, monasterios y pazos, piedra y mineral en una diversidad de microclimas que invitan a soñar con lo mejor.
Una nueva generación de enólogos y viticultores, algunos llegados de regiones prestigiosas como Rioja o Ribera del Duero, y muchos con formación internacional, ha liderado un movimiento de recuperación de viñas abandonadas y variedades autóctonas en riesgo de extinción con el objetivo de preservar la identidad del viñedo gallego. Una buena muestra de ello son estos seis tintos, representativos de todas las zonas y de las variedades más prometedoras. Vinos que responden a los gustos actuales del consumidor, que valora cada vez más los tintos de perfil fresco, frutosidad silvestre, textura suave, acidez viva pero equilibrada, con grado alcohólico moderado, alejándose de estilos más potentes y calóricos hasta no hace mucho imperantes. Son pocos, una razón más para desearlos.
DOMINIO DO BIBEI 2020
Dominio do Bibei
·Teléfono: 947 298 119
·DO: Ribeira Sacra
·Tipo: tinto crianza, 14%
·Cepas: brancellao con algo de moratón y grao negro
·Precio: 54,40 euros
·Puntuación: 9,7+/10
FINCA GENOVEVA 2022
Forjas del Salnés
·Teléfono: 986 747 827
·DO: Rías Baixas
·Tipo: tinto crianza, 12,5%
·Cepas: caiño tinto
·Precio: 40 euros
·Puntuación: 9,7/10
GUÍMARO FINCA A PONTE 2021
Guímaro
·Teléfono: 610 524 484
·DO: Ribeira Sacra
·Tipo: tinto crianza, 13%
·Cepas: caiño, sousón, brancellao, merenzao y mencía
·Precio: 30 euros
·Puntuación: 9,6/10
PLANETA 2023
Bernardo Estévez
·Teléfono: 649 541 711
·DO: Ribeiro
·Tipo: tinto crianza, 12%
·Cepas: brancellao, sousón, caiño da terra, mencía y otras
·Precio: 35 euros
·Puntuación: 9,5+/10
ALMA DO VELLO TESOURO 2022
Viña Somoza
·Teléfono: 988 310 918
·DO: Valdeorras
·Tipo: tinto crianza, 13,5%
·Cepas: brancellao
·Precio: 40 euros
·Puntuación: 9,5/10
ALANDA TINTO 2018
Quinta da Muradella
·Teléfono: 988 411 724
·DO: Monterrei
·Tipo: tinto crianza, 12,5%
·Cepas: mencía, bastardo y garnacha tintorera
·Precio: 31,50 euros
·Puntuación: 9,4/10