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Tecnología de última generación al servicio de un planeta más sano

Michelin desarrolla neumáticos menos contaminantes y más duraderos a partir de productos reciclados, residuos y biomasa. Avances responsables con los nuevos tiempos

Los esfuerzos en I+D+i se traducen en cubiertas que aguantan mejor la resistencia a la rodadura y prolongan su vida útil.
Los esfuerzos en I+D+i se traducen en cubiertas que aguantan mejor la resistencia a la rodadura y prolongan su vida útil.Jerome Cambier

En un mundo cada vez más poblado en el que los recursos naturales son finitos, el compromiso colectivo de administraciones públicas, ciudadanos y empresas para garantizar la sostenibilidad del planeta es imprescindible. Conscientes del desafío, muchas compañías ya han dado pasos firmes en esta dirección. Ocurre con Michelin, el fabricante mundial de neumáticos. Su capacidad de innovación le convierte en una referencia no solo en la elaboración de gomas cada vez más respetuosas con el medio ambiente, sino en una marca de vanguardia implicada con el entorno.

El uso de la tecnología permite a esta multinacional de origen francés avanzar en su estrategia de economía circular, reducir las emisiones de carbono, conservar los recursos y favorecer la biodiversidad. Todo ello se refleja en el desarrollo de unos productos que están concebidos para perdurar en las mejores condiciones el máximo tiempo posible. La durabilidad de sus neumáticos se logra a través de una combinación de factores. En primer lugar, se utilizan materiales de alta calidad y herramientas tecnológicas avanzadas en el proceso de fabricación, lo que garantiza que las cubiertas resistan el desgaste y puedan soportar las condiciones más exigentes en el asfalto.

El objetivo es que en 2030, el 40% de sus materias primas sea de origen vegetal o sostenible, y en 2050 alcance el 100%

La investigación juega otro papel fundamental, ya que se llevan a cabo pruebas rigurosas en laboratorios y en circunstancias reales para garantizar que las ruedas cumplan con los estándares más altos de rendimiento hasta el final de su vida útil.

Hoy en día, un neumático Michelin es un objeto de alta tecnología en el que intervienen más de 200 ingredientes: desde caucho natural y sintético a metal, cables textiles, cargas de refuerzo (negro de carbono, sílice…), plastificantes como resinas y otros elementos como el azufre para la vulcanización. Al estar perfectamente dosificados, estos materiales interactúan para conseguir un conjunto de prestaciones, tanto en materia de seguridad y confort como de reducción del impacto medioambiental. De hecho, el compromiso de la empresa es conseguir que todos los componentes del neumático sean sostenibles. Por ejemplo, va a producir butadieno –un hidrocarburo que se emplea para el caucho sintético– a partir de biomasa, para sustituir al que procede del petróleo. Pero hay muchos otros proyectos para reciclar plástico (PET) y poliestireno, o para recuperar el negro de carbono a partir de cubiertas usadas.

Uno de los objetivos de la Nasa en su próxima misión Artemis es desarrollar un vehículo con el que recorrer y explorar la superficie lunar.
Uno de los objetivos de la Nasa en su próxima misión Artemis es desarrollar un vehículo con el que recorrer y explorar la superficie lunar.

Caucho eco-responsable

Asimismo, la compañía ya trabaja en utilizar la menor cantidad posible de materia prima en los neumáticos sin mermar su rendimiento y eficacia. El fin último es limitar el impacto medioambiental y que la resistencia a la rodadura sea favorable, con la consiguiente reducción de las emisiones de CO2. Además, toda la procedencia del caucho natural, ingrediente principal en la fabricación de las gomas, procede de una producción eco-responsable.

La meta es que, en 2030, el 40% de sus materias primas sea de origen vegetal o sostenible. Para 2050, el porcentaje debe alcanzar el 100%. Otro de sus compromisos pasa por rebajar el 50% de las emisiones en sus procesos productivos en 2030, y que en 2050 todas sus fábricas sean neutras en carbono. Todos estos esfuerzos cristalizan en productos concretos: desde las innovaciones a largo plazo, como el concepto Vision –con su banda de rodadura renovable y biodegradable– al nuevo Michelin e-Primacy, con una de las prestaciones de resistencia a la rodadura más bajas de su categoría. Al limitar la pérdida de energía durante el uso, este neumático de diseño ecológico reduce el gasto de carburante y las emisiones de gases contaminantes y, a su vez, amplía la autonomía de la batería de los vehículos híbridos y eléctricos.

En la fabricación de una cubierta intervienen más de 200 componentes, de caucho a cables, plastificantes y azufre

Algo similar ocurre con el modelo Michelin Primacy 4+. En este caso, la tecnología MaxTouch maximiza la huella del neumático con la carretera, lo que ayuda a distribuir de modo uniforme las fuerzas de aceleración, frenada y curva. Esto se traduce en un desgaste uniforme y, por lo tanto, en un 20% más de kilometraje. Avances que parecen invisibles, cuyos efectos redundan en la buena salud del planeta.

Innovación para mejorar el futuro

La innovación es una constante en Michelin desde sus inicios. En estos momentos, sus ingenieros están inmersos en la producción de un neumático que sea capaz de soportar las condiciones extremas y desconocidas de la Luna. Uno de los objetivos de la Nasa en su próxima misión Artemis es desarrollar un vehículo con el que recorrer y explorar la superficie lunar. El reto exige de un neumático de alta tecnología que resista temperaturas superiores a 100°C e inferiores a 240°C, se mantenga firme en superficies rocosas e irregulares y aguante la radiación galáctica. El fabricante de origen francés también ha recurrido a la innovación para el diseño de un sistema de vela automatizado y resistente a las condiciones meteorológicas más exigentes. Wisamo by Michelin aprovecha la energía del viento para impulsar los barcos. Su objetivo es avanzar en la descarbonización del transporte marítimo, ya que la propulsión eólica permite que los buques puedan reducir su dependencia de los combustibles fósiles y disminuir las emisiones de efecto invernadero hasta un 20%. Otro ejemplo que demuestra el compromiso de la marca con el futuro. 

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