VIOLENCIA SEXUAL
Estrés postraumático crónico y una herida que la justicia jamás podrá cerrar: la historia de abusos de Rosa Roca
Rosa Roca sufre estrés postraumático crónico a consecuencia de una infancia marcada por las violaciones de su tío y un amigo de éste. EL PAÍS ya contó su historia hace tres años, pero de forma anónima:
- Entonces, acababan de condenar al marido de su tía, Eduardo, a 15 años menos un día de cárcel y a pagarle una indemnización de 200.000 euros.
- Pero nunca ingresó a prisión: recurrió la sentencia y murió poco después.
- Tampoco pisó la cárcel su amigo Vicente, al que invitaba los sábados por la mañana a su barco para que violara a Rosa, porque ya había muerto cuando empezó el proceso judicial.
Ahora Rosa ha vuelto a contar su historia, con nombre y apellido, porque siente que la herida no está cerrada. Sigue teniendo pesadillas, flashbacks de los abusos, y no cualquier ruido inesperado hace que se sobresalte.
- En marzo del año pasado le dieron una baja médica por estrés postraumático crónico.
- Y dejó su natal Palma de Mallorca para vivir en un pueblo de Zaragoza que no llega al centenar de habitantes donde dice estar más tranquila.
Una frase: “Muchas veces, después de la sentencia viene lo peor. Toca ser consciente del trauma y hacerle frente”.
© Foto: Pablo Lasaosa
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