‘Flores de gratitud’

Las flores protagonizan el diseño de José Antonio Campillejo como símbolo de respeto, honor y agradecimiento

Los meses de confinamiento son brumosos en el recuerdo de José Antonio Campillejo. Los vivió con 21 años, estudiando la carrera de Diseño Gráfico de manera remota. Aunque su centro de estudios estaba en Madrid, pasó aquel tiempo en Badajoz, con sus padres, y todos los días le parecían tan iguales que hoy casi los ha olvidado. “Se hacía todo monótono, son unos meses borrosos, hasta la carrera, era aburrido”. Reconoce que se aisló en su habitación de tal manera que solo un tiempo después de que empezase esta crisis fue realmente consciente de su envergadura. Ahora, ya graduado y trabajando de diseñador, ha querido agradecer el trabajo de todos los que mantuvieron el mundo exterior a flote mientras él podía refugiarse en su cuarto. Lo ha hecho a través del concurso ¡Muchas Gracias, Madrid!, del que ha resultado ganador.

Campillejo es un amante del diseño, el cual entiende como “una potente herramienta de construcción social que trasciende lo funcional”. Cuando se enteró del concurso por su hermano empezó a trabajar en una idea. “Creía que era buena oportunidad para, a través del diseño y el arte, dar un homenaje a todas las personas que estaban en el centro de la pandemia y también para que exista una constancia de lo que ocurrió”, resume.

Comenzó a pensar entonces cómo diferentes culturas dan gracias. Concluyó que las flores son un símbolo internacional de honor, respeto, agradecimiento y también recuerdo. Con este concepto comenzó a buscar en sus referentes visuales y se topó con Puppy, la icónica figura de Jeff Koons que se ubica a las puertas del Museo Guggenheim de Bilbao. A su obra la tituló Flores de gratitud.

Así, Campillejo cubrió el Oso y el Madroño de flores de colores. Unas flores que van trepando desde la base de la escultura hasta casi alcanzar la copa del árbol y cubrir la cabeza del oso, que se mantienen en negro, aunque con indicios de flores que están a punto de brotar. “Quería simbolizar que las flores van envolviendo poco a poco la figura, que todavía estamos por crecer, por florecer, tenemos que afrontar lo que viene, espero que un tiempo de prosperidad y crecimiento”, reflexiona.

El joven no quiere perder la oportunidad de repetir un “gracias a todas las personas que estuvieron en la pandemia dándolo todo para que esto se acabe cuanto antes”.

El símbolo del oso y el madroño de Madrid

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