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El rector de la Complutense niega en la Asamblea de Madrid cualquier trato de favor a Begoña Gómez: “Todo fue absolutamente legal”

La esposa de Sánchez no responde a PP, Vox, Más Madrid y PSOE en la comisión sobre su relación con la Complutense, y Goyache defiende su actuación

Begoña Gómez, durante su comparecencia en la Asamblea de Madrid. Foto: Jaime Villanueva | Vídeo: EPV
Juan José Mateo

Antes de anunciar este miércoles que no va a responder a las preguntas de los diputados de la Asamblea de Madrid, Begoña Gómez, la esposa del presidente del gobierno, Pedro Sánchez, explica las razones de su silencio: “Todo esto tiene un objetivo político evidente”. Su queja, que es un lamento por la campaña de “denuncias judiciales, bulos y difamaciones” que dice estar sufriendo, retumba durante la primera sesión de la comisión impulsada por el PP de Isabel Díaz Ayuso para investigar el supuesto “trato de favor” que habría recibido de la Universidad Complutense. Allí, acompañada por el ruido de los rifirrafes de los diputados, Gómez explica que se acoge a su derecho a no responder. Empieza entonces una hora larga de preguntas sin contestación. Y cuando acaba, arranca la comparecencia del rector Joaquín Goyache, que desmonta una a una las sospechas que vierten el PP y Vox sobre la creación de la Cátedra de Transformación Social Competitiva impartida por Gómez (”todo fue absolutamente legal y regular”); niega cualquier trato de favor (“desde luego que no (...) no hubo presión”); y desvincula los trabajos de Gómez de cualquier influencia del presidente.

La primera en intervenir es Gómez, convocada a las 10.00 de la mañana en la Asamblea de Madrid. “Presidenta, señorías, antes que nada permítanme exponer en menos de un minuto lo siguiente: desde hace 25 años trabajo en consultoría y docencia”, comienza su comparecencia la esposa de Sánchez, que está siendo investigada en los tribunales por la presunta comisión de los delitos de corrupción en el sector privado, tráfico de influencias, apropiación indebida e intrusismo profesional. “He coordinado equipos, he dirigido proyectos, he asesorado a más de medio centenar de profesionales en el sector privado y en el tercer sector”, enumera. “(...) Soy plenamente consciente de que tanto esta comisión como la colección de denuncias judiciales, la cantidad de bulos y difamaciones que he recibido...”, sigue hasta que la interrumpe la diputada Mercedes Zarzalejo, del PP.

Y cuando retoma la palabra, remata: “(...) Todo esto tiene un objetivo político evidente. Solo tienen que fijarse en la lista de denunciantes [en referencia a Vox y al pseudosindicato Manos Limpias]. Por esta razón, y aconsejada por mi letrado, me voy a acoger a mi derecho a no responder a sus preguntas, tras cumplir con mi obligación de comparecer en esta comisión. Más pronto que tarde, la verdad pondrá las cosas en su sitio”.

La relación profesional entre Gómez y la UCM empezó en 2012, y ha acabado este año, cuando, en medio de la investigación judicial, la universidad canceló tanto la cátedra como el máster que impartía la esposa de Sánchez. De esta manera, Gómez figuraba hasta el curso pasado en la web del centro educativo como codirectora de un Máster de Formación Permanente en Dirección de Fundraising Público y Privado en Organizaciones sin Ánimo de Lucro y de un Máster en Transformación Social Competitiva. En este último también aparecía como directora de la cátedra.

El PP de Díaz Ayuso está especialmente interesado en utilizar la comisión de investigación de la Asamblea para poner bajo los focos la relación de Gómez con el rector Goyache, y en que se explique la decisión de impulsar ese segundo título, qué criterio se aplicó para que Gómez dirigiera la cátedra del mismo, sin tener titulación superior, y la relación con las empresas que lo financian.

Joaquín Goyache, rector de la Universidad Complutense de Madrid, durante su comparecencia en la Asamblea de Madrid.
Joaquín Goyache, rector de la Universidad Complutense de Madrid, durante su comparecencia en la Asamblea de Madrid. Jaime Villanueva

Por ello la esposa de Sánchez es convocada a la Asamblea, donde se cita durante diez minutos en el aparcamiento con el jefe de los socialistas en la Cámara, Juan Lobato, y luego apura el reloj para entrar en la sala cuando todo esté listo.

Allí, primero, los diputados de partidos de izquierdas protestan por el tiempo que consumen los camarógrafos y fotógrafos tomando imágenes de la compareciente dentro de la comisión. “¡Esto es un bochorno! ¡Están denigrando las instituciones!”, se escucha, mientras la presidenta de la comisión, Susana Pérez-Quislant, del PP, reparte advertencias. “Cuidado, señor Sánchez, cuidado”, dice.

Luego, Gómez anuncia que no contestará preguntas, lo que la obliga a escuchar durante largo tiempo las acusaciones de los representantes del PP (Mercedes Zarzalejo) o Vox (Ana Cuartero), que apuran los 20 minutos de que disponen cada una. “La hemos traído aquí porque queremos saber cómo ejerció de profesor universitario sin serlo, cómo consiguió ser directora de una cátedra sin titulación ni méritos para ello, cómo logró dirigir unos másteres de los que no habría podido ser alumna, cómo consiguió financiar una cátedra de nueva creación con unos fondos muy superiores al del resto, porqué parece ser que se apropió de un software”, dice Zarzalejo, en una intervención llena de críticas e insinuaciones. “En definitiva, abusó de su posición como esposa del presidente del gobierno para fabricarse una carrera profesional que hasta entonces nunca había tenido”.

Da igual que un informe de la propia Complutense sobre su relación profesional con Gómez no haya encontrado ningún tipo de irregularidad. No importa que Gómez trabajara con la Complutense ya en 2012, cuando Sánchez no tenía ningún poder, pues no llegó a la secretaría general del PSOE hasta 2014, y a la presidencia del gobierno hasta 2018. Tanto Zarzalejo como Cuartero golpean una y otra vez vinculando su carrera profesional con la influencia de Sánchez.

“¡Esto es un juicio sumarísimo!”, se oye la queja de una diputada cuando la representante de Vox tilda de “autócrata” al presidente. Mirando de reojo al grupo de diputados socialistas, hierática, Gómez guarda silencio.

Linchar a Sánchez

“Buscan, una vez más, linchar al presidente del gobierno linchando a su mujer”, escucha que le dice Marta Bernardo, la mano derecha de Lobato en el PSOE de Madrid, antes de quejarse porque en la Asamblea no se investiguen las muertes en las residencias durante la pandemia y sí este caso. También se queja Manuela Bergerot, la portavoz de Más Madrid, antes de que le quiten la palabra por no atenerse a la cuestión de la comisión: “Esto es un ‘show’ para tapar la gestión negligente de Ayuso”.

Además de Gómez, este miércoles hay otras dos comparecencias en la comisión. En la primera, Goyache, también investigado por la justicia, desmonta las sospechas de PP y Vox: ni hubo trato de favor, ni el de Gómez es un caso excepcional, ni la iniciativa de trabajar con la Complutense partió de ella, ni Sánchez estuvo en la reunión que mantuvo el rector con ella en La Moncloa; ni era necesario que tuviera una titulación superior (de la que carece) para desempeñar su labor.

Así, sobre el origen de la cátedra, el rector asegura que “no se crea con Gómez”; que su creación “no ha sido excepcional en ningún caso” por el hecho de que la dirigiera la esposa de Sánchez; y que su creación “no” parte de la mujer del presidente, si no “con dos grandísimas instituciones con las que cualquier universidad le gustaría” haber tenido relación, Reale Seguros y Caixa. En este sentido, a la pregunta de si tenían que crear una cátedra extraordinaria para Gómez, Goyache responde que el vicerrector “no se sintió forzado” a crearla y añade que fue nombrada directora de la cátedra a propuesta de la comisión de seguimiento de la misma. Goyache aclara que “la codirección no tiene ninguna labor académica y es solo una cuestión de gestión”. El rector sí admite que, hasta donde sabe, no hay ningún perfil similar al de Gómez desempeñando en la Complutense las funciones que ella desempeñó.

“Por supuesto que lo avalo”, dice Goyache, finalmente, sobre el informe de la universidad que en 2023 no encontró irregularidades en la relación con la profesional.

Luego es el turno de la interventora del centro educativo, Elvira Gutiérrez-Vierna, convocada por suscribir un informe sobre una factura de 24.200 euros por un trabajo para la cátedra de Transformación Social Competitiva en el que recalcaba que está prohibido en el sector público contratar “de forma verbal” y señala una “inobservancia absoluta” de las reglas en ese expediente. Un indicativo, para el PSOE, de que no hubo “trato de favor”, pues se aplicaron los controles habituales. Tras señalar que solo el rector puede contratar en nombre del centro universitario, esto añade la interventora sobre la contratación de servicios para consultoría estratégica: “Cumplió con los principios de transparencia, legalidad y eficiencia en el uso de fondos públicos”.

Pero en realidad, cuando Gómez abandona la Asamblea, en la que pasa un total de 76 minutos, pareciera que todo hubiera acabado. Como en el arranque de la mañana, Lobato acompaña a Gómez hasta el párking de la Asamblea, desde donde se escribe unos mensajes de WhatsApp con Sánchez. Así resume lo ocurrido: “Esta es una causa política contra el PSOE para hacer sufrir al presidente, al partido, y a quienes defendemos al partido. El único objetivo del PP de Madrid es perseguir a los socialistas”.


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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.
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