Caen dos atracadores con pistola que hicieron rehenes a clientes y trabajadores de dos sucursales en Madrid
Los detenidos acumulaban un centenar de detenciones en su expediente y obtuvieron medio millón de euros en los dos golpes
Gafas de sol, gorra, mascarilla y un chaleco antirreflectante. El uniforme de un atracador profesional. De dos, en concreto. Los que asaltaron las sucursales bancarias de los municipios madrileños de Leganés y Torrejón de la Calzada. En las imágenes de las cámaras de seguridad del robo en Torrejón de la Calzada, ocurrido en agosto, se ve cómo entran con paso firme, se abren paso entre la decena de clientes que hacía cola y van directos a su objetivo. Mientras uno de ellos lleva a un empleado a la caja de seguridad para hacerse con el botín, el otro mantiene maniatados y apoyados contra la pared al resto de personas que se encontraban en ese momento en la sucursal. Se balancea como por pasar el rato mientras espera a su compinche. Después, abandonan el lugar, con el dinero en una mochila negra. Un atraco a un banco de manual.
#OperacionesGC | Detenidos los dos atracadores de sucursales bancarias de Torrejón de la Calzada y Leganés (#Madrid)
— Guardia Civil (@guardiacivil) November 21, 2023
➡️El botín ascendía a 533.000€
➡️Suman más de 103 antecedentes y detenciones
➡️También fue desmantelado un taller ilegal de vehículoshttps://t.co/3bSlucNsNA pic.twitter.com/Zduwg0H3AF
La Guardia Civil comenzó a tomar muestras para descubrir quién se ocultaba tras esas mascarillas. Las cámaras de seguridad del entorno del banco les dieron las primeras pistas, observaron que se habían marchado del lugar en un coche aparcado en las inmediaciones. Los atracadores tenían que tener experiencia en este tipo de golpes. Habían atado a los clientes y a los trabajadores con bridas tanto en las manos como en los pies mientras metían el dinero en la mochila. No se mostraban nerviosos a pesar de tener una decena de rehenes frente a ellos. Eran peligrosos porque habían utilizado una pistola en el golpe y no habían dudado en amenazar con ella a sus víctimas. De aquella sucursal salieron con 183.000 euros.
Meses después, este noviembre, repitieron la operación en Leganés. Fue entonces cuando la Guardia Civil y la Policía Nacional comenzó a trabajar codo con codo. Un equipo conjunto del grupo de Robos Violentos de la Guardia Civil, el Grupo XIII de la Brigada Provincial de la Policía Nacional y la Comisaría Local de Policía Nacional de Parla se pusieron manos a la obra y no tardaron en obtener resultados.
De este segundo asalto se llevaron 350.000 euros. Dos trabajos muy provechosos que les acabarían saliendo caros. Ambos cuerpos de seguridad cruzaron informaciones y pusieron el nombre de dos principales sospechosos sobre la mesa. Durante todo ese tiempo habían tomado todas las medidas posibles de precaución, pero no fueron suficientes. Cambiaron de domicilio, utilizaron identidades falsas e incluso viajaron algunas temporadas a Marruecos para tratar de borrar su rastro.
Pero lo cierto es que sus huellas eran muy difícil de borrar. Una nutrida carrera delictiva les colocó en el punto de mira de los agentes. Entre los dos, sumaban más de 103 antecedentes y detenciones por delitos relacionados contra el patrimonio y la seguridad vial. El más joven tiene 29 años y el mayor 57. Cuando la operación dio sus frutos y se detuvo a los implicados, a uno de ellos se le notificó este arresto en prisión, donde se encontraba por otras causas pendientes con la justicia.
La investigación también llevó a los agentes hasta un taller ilegal ubicado en Parla, que los dos detenidos frecuentaban y donde les prestaban apoyo para sus atracos. De hecho, el encargado de este negocio ilícito también fue detenido como cooperador por facilitarles los vehículos para escapar de las sucursales después de dar los golpes.
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