Mercedes González: “Ver al PSOE en el gallinero va a ser complicado de digerir”
La delegada del Gobierno en Madrid cumple dos meses en el cargo tras vivir el peor resultado de su partido en unas elecciones en la comunidad
Mercedes González (Madrid, 46 años) asegura que desde que fue nombrada Delegada del Gobierno en Madrid no sabe lo que es un fin de semana libre. Licenciada en periodismo, asumió el cargo en marzo en sustitución de José Manuel Franco, tras seis años como concejala en el Ayuntamiento de la capital. No deja de ser una desconocida en la política nacional, pero accede a un puesto que ha tenido mucho movimiento en apenas año y medio, con dos antecesores, José Manuel Rodríguez Uribes, que ahora es ministro de Cultura, y el citado Franco, que es el Secretario de Estado para el Deporte. La Delegación de Gobierno en Madrid se ha convertido en una lanzadera política: Cristina Cifuentes labró en ese cargo su candidatura para luego ser presidenta de la Comunidad. Así que no cabe el perfil bajo y, por lo que parece, Mercedes González no se va a esconder: no llega a la institución para “pelear” con nadie, señala, para inmediatamente afirmar que contestará a cada “patada” que peguen al Gobierno central. Representa al Gobierno de Pedro Sánchez en un momento en el que el PSOE acaba de cosechar sus peores resultados en unas elecciones en la comunidad y ha sido superado como segunda fuerza por Más Madrid.
Pregunta. Llega al cargo en una situación muy mala para el PSOE después de las elecciones del 4.M.
Respuesta. Mi partido en Madrid está en una situación muy delicada, son 26 años de derrotas ininterrumpidas y este último mensaje ha sido demoledor. La ciudadanía nos ha llevado por primera vez a ser la tercera fuerza política. Cuando el martes se constituya la Asamblea y nos veamos en un sitio donde no hemos estado nunca, casi en el gallinero [el grupo socialista tendrá que cambiar de ubicación física en la Asamblea y perderá una posición preminente], creo que será una foto muy complicada de digerir. El 4 de mayo fue un día difícil y el 8 de junio lo será también. Pero de todo lo malo se aprende. Yo he recibido golpes en mi vida personal que me han hecho aprender y este golpe político es definitivo. Ya no podemos equivocarnos más, ya solo podemos acertar y subir.
P. En sus años en la política municipal han experimentado dos fenómenos como el de Manuela Carmena en el Ayuntamiento, que llegó a gobernar, y ahora otro incipiente que es el de Mónica García (Más Madrid). Y ambos les han superado.
R. Yo creo que son casos diferentes. Carmena fue un fenómeno y se convirtió en un icono, pero tenía una trayectoria indiscutible. Entró en escena a cien días de las elecciones y fue un boom. Se enfrentaba a Esperanza Aguirre, que en aquel momento tenía una imagen muy deteriorada y que hizo una campaña desastrosa. Acabó convirtiéndose en Cruella de Vil frente a la mujer entrañable que hacía magdalenas. Eso fue un tirón y ahí el partido socialista consiguió un resultado auténticamente malísimo. Mónica García tiene un perfil completamente diferente, con el que me puedo sentir identificada incluso yo: mujer trabajadora, nueva, perfil profesional... La pandemia le ha ido generando un perfil que se ha labrado ella y Mónica ha trabajado bien.
El mensaje de la ciudadanía al PSOE de Madrid ha sido demoledor
P. ¿Qué problema tiene el PSOE en Madrid para encontrar un perfil que enganche en la ciudad y en la Comunidad?
R. Yo creo que ya no es una cuestión de caras, si fuese eso, sería un problema muy solucionable. No creo que hubiese mejor candidato que Gabilondo: respetado, querido, indiscutible. Creo que a la ciudadanía que pasaba por la calle no le ha llegado el mensaje. Todo esto viene de hace 18 años cuando se produce una posibilidad de conformación de un Gobierno con Simancas y se vuelca esa decisión porque esta comunidad era un pastel muy apetecible. Se empieza a educar a los madrileños con un modelo de comunidad y ciudad porque Madrid es el laboratorio ideológico del PP. A partir de ahí se ha ido generando una sociedad muy individualista. Hemos generado un modelo tramposo en el que decimos a los madrileños “paga menos impuestos” pero acabamos pagándolo de otra manera: el importe mensual del seguro médico privado, cuando llevamos a nuestros hijos a colegios que no son públicos... El PP ha educado a los madrileños para pensar que ese es el éxito. Ese modelo se ha ido consolidando pasase quien pasase por la Comunidad. Ahora tenemos a dos monaguillos de Esperanza Aguirre en el Ayuntamiento y en la Comunidad. Almeida es su pequeño del alma y Ayuso, la niña que nunca tuvo.
P. En todo caso, es un modelo que la sociedad madrileña ha votado masivamente
R. Si a ti te educan durante 18 años en que el modelo de urbanización privada, en el que tienes que usar el coche para todo y en el que tienes piscina privada indica que has triunfado... La sociedad madrileña lo ha comprado, pero ahí la izquierda, y me refiero a toda la izquierda, tiene que construir un proyecto y estoy convencida de que si lo logramos y tiramos de ellos, somos mayoría.
P. ¿En algún ayuntamiento de la Comunidad de Madrid hay algo cercano a ese modelo que usted predica?
R. Tenemos 59 alcaldías y una vicealcaldía, gobernamos a dos millones de madrileños. El modelo es el socialismo, creo que los alcaldes son los primeros que se están dando cuenta de que ese modelo social que ha sembrado año tras año la derecha está fructificando y hay que contraponerlo con nuestra forma de trabajar en las alcaldías y en el Gobierno de España, que es un contraste.
P. ¿No cree que están cometiendo el error de volver a pelearse, que la famosa Federación Socialista Madrileña vuelve a las andadas?
R. A mí, el debate me parece bien, otra cosa es que mi partido se encuentra en Madrid en una situación muy complicada y no podemos debilitarlo más. Pero el PP lleva en gestora tres años, con una crisis grandiosa tras la terrible dimisión de Cristina Cifuentes. Eso es juego de tronos, pero no se entera nadie. Tenemos que hacer un debate de manera interna. El proyecto socialista en Madrid está tan malito que tenemos que darle mucha medicina, no estropearlo más.
Almeida y Ayuso son los monaguillos de Esperanza Aguirre
P. Los indicadores muestran que la pandemia en Madrid va mejorando, ¿qué verano espera?
R. Los madrileños tenemos muchas ganas de alegría, Madrid fue la zona cero de la pandemia. Los datos son buenos, el Gobierno de España ha repartido ya cuatro millones de dosis de la vacuna de las que se han inoculado 3,8 millones. Vemos la luz, eso es indiscutible. Se ve también en los datos de empleo, que son los mejores desde 1996. Nunca pensamos cuando estábamos encerrados que en pocos meses íbamos a tener varias vacunas e incluso debatir sobre cuál queríamos ponernos. Creo que tenemos derecho a disfrutar.
P. La presidenta Ayuso ya ha advertido de que no acatará la última resolución del Consejo Interterritorial sobre las restricciones en ocio y hostelería. Y luego tenemos a Almeida y Villacís que rivalizan por el asunto de la continuidad de las terrazas ¿Se avecinan nuevas batallas?
R. Todo es una batalla porque la política de Almeida y Ayuso se basa en el antisánchez. Si les quitas eso, están desnudos. Aparte de lo de la libertad y abrir las terrazas, aparte de ir contra alguien, no tienen nada. Solo un modelo de sociedad en el que desmantelan lo público, los derechos sociales y lo venden al mejor postor. Lo mismo pasa en el Ayuntamiento. Coges las ruedas de prensa y Almeida no habla del Ayuntamiento, habla del Gobierno de Sánchez.
Yo siempre decía que el Gobierno de Ayuso y Aguado era como los matrimonios de ahora de Sálvame, que lo cuentan todo y sacan sus miserias. El de Almeida y Villacís son como los de antes: no se llevan bien, se pelean, pero no se sabe. Posan cogidos de la mano, pero en realidad están deseando separarse de una vez. Uno está deseando que Ciudadanos desaparezca y la otra ir lo mejor colocada posible en las listas del PP.
P. ¿Cómo es su relación con Almeida después del rifirrafe que protagonizaron en la rueda de prensa de presentación del dispositivo de San Isidro?
R. Siempre ha habido una buena relación, en el Ayuntamiento hemos tenido debates muy intensos y muy ideológicos. Creo que crecí mucho debatiendo con él. Lo de ese día, él lo ha vendido con bastante arte diciendo que fue un exceso de confianza, pero no fue eso. Desde que Almeida es portavoz del PP, los actos municipales se han convertido en un photocall de Génova. Lo que hace es utilizar sus actos diarios para ser el martillo diario contra Pedro Sánchez. No puedes ir a presentar un dispositivo histórico para ayudar al Ayuntamiento de mi ciudad a luchar contra el botellón y que acabe diluido porque en la primera pregunta dice que Sánchez es el principal problema de los españoles, con la delegada del Gobierno delante. Eso es una perversión de las instituciones. No me gustó lo que pasó, pero tenía muy claro que lo tenía que hacer.
"La gente está más agresiva; la pandemia nos ha machacado"
Pregunta. Con el fin del estado de alarma se vieron muchas imágenes de botellón y concentraciones de gente en la calle. ¿Se va encauzando esa diversión?
Respuesta. Creo que vamos a encontrarnos con un repunte cuando los chavales acaben la EvAU y los niños, el colegio. Habrá una salida masiva a la calle. El último ha sido un mal fin de semana. Apelo a la responsabilidad, creo que los madrileños hemos sido muy ejemplares. Estamos al final, pero hay que llegar. Además, la gente se empezará a ir en verano a otros puntos de España.
P. Las fiestas en las casas han sido un problema durante varios meses e incluso la Policía Nacional tuvo que prestar apoyo a la municipal. ¿En qué punto está ahora esa situación?
R. La coordinación con el Ayuntamiento es constante. La mayoría de las situaciones que se están dando ahora son competencia de la Policía Municipal, pero si necesitan apoyo, lo prestamos. Me consta que ahora la situación está más controlada, pero cuando vayan llegando determinadas circunstancias, como el Día del Orgullo, estaremos ahí.
P. Los datos muestran que Madrid es una ciudad sin graves problemas de seguridad ciudadana. ¿Ha cambiado algo la pandemia?
R. Hay más conflictos ciudadanos. La gente está mucho más agresiva e irascible porque esta pandemia nos ha machacado, ha sido algo muy duro desde el punto de vista psicológico. Las fuerzas policiales lo notan. Los ciudadanos tienen la concepción de que este año los cuerpos policiales han sido fuerzas represoras y ahora hay que volver a construir la imagen de una Policía y una Guardia Civil que te ayudan. Ambas instituciones me han enseñado mucho sobre patriotismo. Son gente que está por el servicio público.
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