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La última voluntad de la vecina millonaria de Monforte de Lemos que no se va a cumplir

El Ayuntamiento renuncia a una herencia millonaria para edificar una residencia de ancianos por culpa de las maniobras del albacea

Herencia Monforte de Lemos
Tumba del cementerio de Monforte en la que está enterrada Lucrecia Lilia Foggia.ÓSCAR CORRAL (EL PAÍS)

Lucrecia Lilia Foggia, nacida en 1934 en O Saviñao (Lugo), amasó una fortuna. En 2008, legó todo su patrimonio al vecino Ayuntamiento de Monforte de Lemos, donde vivió, con la condición de que crease una fundación para poner en marcha, en un plazo de 10 años desde la fecha de su fallecimiento, ocurrido en 2016, un centro de día para ancianos sin recursos. A partir de 2026, podrán reclamarla posibles herederos. Tras años en el empeño y con los estatutos ya aprobados, el Gobierno local ha desistido, incapaz de avanzar. Acusa al albacea de torpedear sistemáticamente el proyecto y negarse a dialogar. Este replica que vela por el deseo de la testadora. En el pleno de renuncia a la fundación, el alcalde sugirió incluso que podía haber algo “oscuro” en las trabas del albacea. Cuatro días después de ese desistimiento, comenzaron a aparecer herederos lejanos reclamando la millonaria herencia. “Habrá más, reafirmando las sospechas del regidor”, apunta un portavoz del Gobierno local.

“¿Hay otros intereses? No tengo documentos para poder afirmarlo, pero a mí me llegan cosas. Vamos a estar vigilantes; que no piense [el albacea] que esto se acaba así”, advirtió el regidor, el socialista José Tomé, presidente también de la Diputación de Lugo, en el pleno de renuncia a los estatutos de la fundación celebrado el pasado 25 de abril, cuatro días antes de que un primer pariente en cuarto grado, al que esta semana siguió otro, reclamase el patrimonio de los Foggia: 1.250.473 euros solo en inmuebles repartidos en varias ciudades españolas, incluida Madrid, a la mujer se trasladó de joven con sus padres tras la condena que recayó sobre el progenitor, un zapatero italiano afincado en Monforte, por su posición antifranquista. La herencia se completa con dinero repartido en cuentas corrientes y otros bienes; una cantidad que el Ayuntamiento no puede cuantificar porque, asegura, el albacea no le ha informado: “Este señor no ha hecho nada”.

El albacea al que señala la alcaldía, apoyado en el informe jurídico municipal, es Francisco Cela, un arquitecto y exconcejal del PP en ese municipio, hijo de una amiga del colegio de Lucrecia Foggia, el único de los seis designados por la difunta que aceptó el encargo de velar por el cumplimiento de sus últimas voluntades. “Había seis albaceas y queda él solo; piensen lo que quieran”, señaló Tomé ante la Corporación.

El informe jurídico que firma el secretario municipal es el relato pormenorizado de una constante dilación, una “dejación de funciones” ejercida por el albacea. Según el documento, Cela no informó del fallecimiento de la mujer hasta transcurridos dos años y pospuso durante otros tres su aceptación del cargo de albacea, imprescindible para poder elevar a escritura pública la constitución de la fundación.

En 2021, el Ayuntamiento aprobó los estatutos, pero Cela siguió frenando cualquier avance. Finalmente, la junta de gobierno le puso una demanda de conciliación para conocer los motivos de su oposición. “Creímos que si no nos los quería decir a nosotros, al menos se los diría a un juez, pero no acudió”, relata a este periódico la teniente de alcalde, Gloria Prada. “No hizo nada de lo que estaba obligado por el testamento: las rentas están sin cobrar; las cuentas bancarias sin actualizar; los gastos de las comunidades, sin pagar; los impuestos, sin abonar; la sepultura, sin cuidar; las misas, sin oficiar... “, denuncia el Gobierno local.

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Edificio de Monforte donde está el piso en el que residió la difunta y que forma parte de su legado.
Edificio de Monforte donde está el piso en el que residió la difunta y que forma parte de su legado.ÓSCAR CORRAL (EL PAÍS)

El informe jurídico detalla esa actitud de bloqueo. Al Ayuntamiento “no le consta” que hubiese abonado con las cuentas de la testadora los gastos de su entierro. Tampoco que haya entregado las llaves del domicilio de Madrid, ni quién tiene las de la casa de Monforte. No le consta que se hubiesen pagado las misas a los Padres Escolapios que dejó comprometidas la testadora, ni que se le abonara la cantidad que se debía a la señora que trabajó en su casa durante años, ni que se hayan vendido las joyas y abrigos de pieles de la difunta y que con ese dinero se comprase una imagen de la Virgen de la Paz para colocar en la futura fundación, como recoge el testamento. Tampoco, que se haya repartido la ropa y otros objetos entre la relación de personas que eligió Foggia. A mayores, destaca el informe jurídico, “se desconoce el estado de las cuentas corrientes de la testadora, no se sabe en qué entidades financieras pueden estar abiertas, no se han pagado los gastos de comunidad de las distintas viviendas de su propiedad y se desconoce si se han cobrado los alquileres de las propiedades arrendadas”.

“Si no se puede, no se puede”

En declaraciones a este diario, el albacea asegura que actúa “en conciencia” con lo que estima que dispuso la difunta. Y aunque se muestra reacio a profundizar en sus objeciones, apunta que los estatutos aprobados por la corporación municipal “no se centran en la consecución del objetivo” que dejó marcado Lucrecia Lilia Foggia: “Ella dijo que heredaría todos los bienes la fundación y que esta debería tener un presidente y cinco patronos. El presidente, el alcalde, y los patronos, cinco personas de relevancia; cargos, no nombres y apellidos”. Entre ellos, Cela enumera “un notario, un juez, un registrador de la propiedad, un forense, y el párroco”. Pero protesta: “El Ayuntamiento incluye a concejales de todo el espectro político”.

Cela señala además que hay “otras cuestiones que se mencionan en el testamento y no se incluyen en los estatutos” que insiste en no citar. “No es conveniente que yo lo explique”, zanja. Y asegura que si no da sus razones al Ayuntamiento de Monforte es porque este “solo tiene que crear la fundación y sería la fundación la que podría pedir explicaciones, pero no el Ayuntamiento”. Al Consistorio le reprocha que lo haya ignorado: “Habrán encontrado algún escollo, si no, no me considerarían albacea”.

El alcalde reduce a “generalidades” la “fundamentación negativa” que esgrime el albacea. “No concreta ninguno de los incumplimientos que nos achaca, solo dice que no cumplimos. Si hubiera hecho una propuesta, se habría podido estudiar, pero no presentó nada”, añade Tomé. La oposición propone seguir buscando el acuerdo con el albacea hasta el fin del plazo, en 2026, pero el Gobierno local se ha plantado: “Gobernar es ejecutar, no dejar cosas sobre la mesa. Si no se puede, no se puede”.

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