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POLÍTICA MUNICIPAL

Ciudadanos pacta con el PSOE desalojar al PP de la alcaldía de Orihuela, donde ha gobernado 35 años

La socialista Carolina Gracia se perfila como la primera edil tras la moción de censura prevista para el pleno del 25 de abril tras las tensiones entre la formación naranja y los populares

La portavoz socialista de Orihuela, Carolina Gracia, y el portavoz de Ciudadanos José Aix, tras firmar el pacto.
La portavoz socialista de Orihuela, Carolina Gracia, y el portavoz de Ciudadanos José Aix, tras firmar el pacto.PSPV-PSOE (Europa Press)
Rafa Burgos

El desencuentro entre los dos socios de gobierno de Orihuela (Alicante), Partido Popular y Ciudadanos, ha acabado por estallar. Después de constantes tira y afloja entre el alcalde, el popular Emilio Bascuñana, y los cinco ediles de la formación naranja, con rifirrafes continuos que no han dado ni para pactar un presupuesto municipal, PSOE, Ciudadanos y Cambiemos han apostado por despojar al alcalde de su vara de mando. Ayer, miércoles, los tres partidos presentaron una moción de censura que, en principio, tomará cuerpo el próximo día 25 de abril, en un pleno del que la concejal socialista Carolina Gracia saldrá como máxima responsable de la ciudad. El PP ha gobernado el municipio alicantino durante 35 años, desde que accedió a la alcaldía por primera vez en 1983. Desde entonces solo perdió la vara de mando entre 2011 y 2015 gracias al pacto entre los verdes y los socialistas.

La nueva corporación sumaría una mayoría suficiente con 14 ediles, si no hay deserciones y cambios de opinión en las filas de la formación naranja, como ya sucedió Murcia, por ejemplo. Los seis ediles socialistas y los cinco del partido que lidera Inés Arrimadas formarán gobierno, con el apoyo de tres concejales más de Cambiemos, la marca de Unides Podem en la ciudad alicantina. Al otro lado de la bancada quedarán PP, con 11 ediles, y Vox, con dos, que suman 13. El acuerdo cerrado entre los tres partidos, con paso por notaría previo incluido, se convertiría en un golpe en la línea de flotación de la derecha. Orihuela es un trofeo de primer orden para la izquierda. Tanto en lo literal, porque se trata de una ciudad de 80.000 habitantes con gran peso en la economía y la sociedad provincial, como en lo metafórico, porque se trata de un bastión histórico e irreductible de la derecha y su pérdida torpedearía la coraza defensiva del PP, cuyos principales réditos en la provincia nacen, precisamente, de dos pactos con Cs: la Diputación provincial y el Ayuntamiento de Alicante.

Gracia sostiene que el acuerdo no es un brote repentino. “Bascuñana no sabe negociar”, afirma, “él solo impone”. Ese cariz ha llegado a irritar a sus socios, en confrontaciones periódicas que el PSOE ha ido anotando a lo largo de toda la legislatura. “PP y Cs han vivido encuentros y desencuentros continuos y cada vez mayores”, declara Gracia, “han llegado a un punto sin retorno con posturas irreconciliables”. La negociación se fue amasando con los cinco ediles hasta que aceptaron la principal línea roja socialista. “En el momento en que acordamos que la Alcaldía sería nuestra, nos reunimos a tres bandas con Cambiemos”. La moción de censura estaba en marcha.

Con el apretón de manos, llegó el beneplácito de la dirección autonómica del partido. Según señala el PSPV desde Valencia, la dirección ha estado “informada” desde el primer momento, y “respalda la moción que permitirá la regeneración democrática del Ayuntamiento de Orihuela”, cuya cabeza visible, Bascuñana, está imputado por cobrar presuntamente un salario público sin acudir a su puesto de trabajo. Con la izquierda al mando, los socialistas pretenden frenar también “la influencia creciente de la extrema derecha” en la ciudad, capital de la comarca de la Vega Baja, limítrofe con Murcia, y “desbloquear la gestión municipal”.

Es el primer objetivo de Gracia, si finalmente sale adelante la operación política. “Lo primero será afrontar la negociación para sacar adelante los presupuestos municipales”, indica. Las cuentas oriolanas llevan prorrogándose desde 2018. Antes de una sucesión de catástrofes, como “la DANA que inundó el término municipal en 2019, los sucesivos temporales, la pandemia, la crisis económica y el conflicto de Ucrania”, que no han encontrado respuesta en el despacho del alcalde popular, a juicio de Gracia. “Después, habrá que blindar socialmente la ciudad y dar impulso al comercio y al tejido económico”, añade la probable futura alcaldesa.

El terremoto oriolano no ha quedado del todo registrado ni en la cúpula popular ni en la de Ciudadanos. En la formación naranja solo ha salido el coordinador provincial, Javier Gutiérrez, a manifestar que la dirección del partido no avala la moción de censura y que los “desencuentros” entre ambos socios de gobierno se habían dado a conocer al PP “en numerosas ocasiones”, para reforzar “la necesidad de cumplir el acuerdo de gobierno” oriolano, “desde el respeto y la colaboración”. Un alto cargo del partido que prefiere no aparecer con su nombre afea la “tibieza” de la respuesta del partido ante esta situación. “Primero, no puedes activar una moción de censura desde el gobierno, tendrían que haberse echado a un lado y haber ejercido leal oposición”, señala. Y segundo, “se debe expulsar a los cinco ediles”, asevera, “para que la moción la firmen desde fuera de Ciudadanos”.

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Finalmente, Ciudadanos abrirá expediente disciplinario a los ediles de Orihuela (Alicante) que han firmado una moción de censura contra el alcalde del PP, según ha avanzado la vicepresidenta de la Diputación de Alicante y concejal de Cs en Sant Joan d’Alacant, Julia Parra, y han confirmado a Europa Press fuentes de la formación.

El PP, mientras, califica de “irresponsable” el movimiento de Cs, partido “en horas bajas”, según la portavoz popular en las Cortes Valencianas, María José Catalá. “Tendrán que explicar”, continúa, “por qué se van de la mano de un PSOE que impone la inmersión lingüística en la Vega Baja”, comarca castellanohablante y muy reacia a asumir el uso del valenciano. Pero, por otra parte, en el PP son conscientes de que la mera sustitución de Bascuñana, con litigios judiciales pendientes, podría frenar la moción y conservar así una ciudad que no ha dejado nunca de darles alegrías en las elecciones municipales. El alcalde, por su parte, ha contraatacado y ha roto el pacto de gobierno y retirado las competencias de los cinco ediles naranjas.

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