¿Quién teme a Sant Jordi 2023? Cataluña se lanza a la caza de los libros y las rosas
La Diada incorpora La Rambla y Gran de Gràcia a su propuesta de ‘superilla’ literaria, incrementando las paradas, las firmas y las actividades en toda Barcelona
Es como un ritual, como algo que renace con cada temporada: así también el buen ánimo se renueva por Sant Jordi. Que este año la Diada caiga en domingo le ha dado además un cierto aire de in crescendo: toda la semana ha sido un goteo de recomendaciones con la vista puesta en el día 23. En la memoria queda la fuerte lluvia que en 2022 arrasó con paradas, llevándose por delante buena parte de los libros, y también la esperanza de remontada impecable ...
Es como un ritual, como algo que renace con cada temporada: así también el buen ánimo se renueva por Sant Jordi. Que este año la Diada caiga en domingo le ha dado además un cierto aire de in crescendo: toda la semana ha sido un goteo de recomendaciones con la vista puesta en el día 23. En la memoria queda la fuerte lluvia que en 2022 arrasó con paradas, llevándose por delante buena parte de los libros, y también la esperanza de remontada impecable que tenía el sector tras dos años de restricciones por la covid. Las ventas, con todo, no fueron mal, superando ligeramente al prepandémico 2019 con más de 22 millones en facturación. Pero esta vez —dicen los gremios— se aspira a “batir todos los récords”. El sol jovial de las últimas jornadas acompaña el compás. Y la apuesta de esta edición tampoco se ha dejado amilanar.
Más firmas, más cazadores de reliquias
Lo primero es el espacio. La Diada ampliará este 2023 la propuesta de superilla literaria que inauguró la anterior edición, estableciendo un gran perímetro cerrado al tráfico. Se incorporan Gran de Gràcia y La Rambla (que también recupera la presencia de los profesionales de los libros y las rosas, situándose junto a entidades y asociaciones). Esto permitirá que las paradas se incrementen en más de un 10 % (de 287 en 2022 a 320 este año). En concreto, serán más de tres kilómetros de puestos, el equivalente a más de 20 estadios de fútbol. Y la nota de servicio público suena desde hace unos días: con la excepción de las calles de València y Aragó, abiertas a los coches, los viandantes serán los protagonistas; la circulación se cierra desde las 22.00 del sábado; y tampoco se permitirá el acceso a las bicicletas… La recomendación ha sido desplazarse a pie o en transporte público subterráneo.
También habrá más firmas. Un 25% más que en la edición anterior: de 170 paradas con autores en 2022 se pasará a 213 este año, con muchos de ellos en distintos horarios y localizaciones, apunta la Cámara del Libro de Cataluña. Por ejemplo, Rosa Montero, que ha vuelto a la novela negra (junto a Olivier Truc) con La desconocida (Alfaguara), firmará en la Casa del Libro en paseo de Gràcia con Diputación (13.00-14.00); y Javier Cercas, que acaba de recopilar sus artículos en No callar (Tusquets), estará en el puesto de La Central en paseo de Gràcia con la calle Mallorca (13.00-14.00). También el Premio Hammet 2015 de novela policiaca, Carlos Zanón, recibirá a los lectores en la librería Finestres (Diputación, 249) a las 12.00 horas; y unas calles más abajo, en el mismo horario, la reciente galardonada con el Llibres Anagrama por Consum preferent, Andrea Genovart, firmará en Ona Llibres (Pau Claris, 96). A la sazón, estas son algunas de las recomendaciones que ha hecho EL PAÍS en los últimos días:
Antes de continuar, en esta zona, aproximándose desde Gran Via a la ronda de Sant Pere, conviene detenerse un momento. Hay algunos cazadores de reliquias. 26 paradistas de libros de viejo y de ocasión, “más que el año anterior”, vuelven reforzados después de haber sufrido en 2022 pérdidas importantes por la lluvia. Como todos, aunque con el aliciente de haber perdido “primeras ediciones” u obras cuyo valor histórico era “difícil de calcular económicamente”, en palabras del presidente del gremio que los agrupa, Marçal Font. “Fue un desastre por la lluvia, pero el ambiente generado fue muy bueno”, agrega ahora al otro lado del teléfono. La experiencia ha servido para mejorar los protocolos, destaca, antes de explicar que regresan con entusiasmo y con nuevos hallazgos bajo el brazo. Algunos de ellos también estarán en el Mercat de Sant Antoni, donde ya se montan paradas de libros desde el jueves. La agenda cultural desde hace unos días es un no parar.
Del BCN Film Festival al Sant Jordi Musical
En la víspera de Sant Jordi, ayer sábado, se celebró el tradicional pregón en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona. Este año, a cargo de la periodista y escritora Gemma Ruiz Palà, ganadora del último Premio Sant Jordi de novela, tomando así la posta de la novelista Imma Monsó, pregonera de la edición anterior. Pero son distintos los eventos que han prologado la gran fiesta cívica catalana, como los Diálogos de Sant Jordi (del 19 al 21), desplegados en la amplia red de bibliotecas —más de 40— que tiene la ciudad. También rutas literarias, como la organizada por Casa Amèrica Catalunya, que se inspira en el ‘boom’ latinoamericano para destacar a autores como Gabriel García Márquez o Mario Vargas Llosa, que encontraron en la Barcelona de los setenta un espacio de creación de la mano de agentes literarios como Carmen Balcells o de la editorial Seix Barral.
No muy alejado de la literatura estará el BCN Film Fest (hasta el 28 de este mes), que celebra su séptima edición con 70 títulos y orientado al panorama cinematográfico internacional. Con la presencia de figuras como el director de culto Wim Wenders o la actriz Susan Sarandon, el festival programa 21 estrenos mundiales, centrados —como el conjunto de su programación— en la relación del cine con la historia y la vida literaria. Durante la Diada también volverá el Sant Jordi Musical: ocho horas de música ininterrumpida en la Antigua Fábrica Estrella Damm.
Tierra de libros
Más allá de la superilla, la oferta se extenderá por toda la ciudad. Serán más de 5.000 los puntos de venta solo en Barcelona, según la regidora de Comercio del Ayuntamiento, Montserrat Ballarín. Desde una veintena de panaderías hasta cerca de un millar de paradas de libros. Y habrá más de 4.000 puestos de rosas, un sector que prevé vender seis millones de unidades este año (cerca de los siete millones de 2019, el año en que facturaron más).
El músculo de Sant Jordi se expandirá por todo el territorio catalán: “Sin una red de librerias como la que tenemos, una jornada como la del Día del Libro sería imposible de organizar”, sugirió hace unos días Eric del Arco, presidente del Gremio de Libreros de Cataluña. Un caso emblemático es el de la localidad ampurdanesa de Calonge (Girona), de poco más de 11.000 habitantes, que el año pasado inauguró su primer Sant Jordi como “pueblo de libros”, creando un tejido de librerías con el objetivo de promover el turismo cultural. Este año repiten, y los eventos duran más de dos semanas.
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