_
_
_
_
_
CONCIERTOS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La tradición y lo digital

El festival de creatividad digital Mutek tendió puentes en Barcelona entre el mundo de los abuelos y el de sus nietos

Un momento de la actuación de Meitei.
Un momento de la actuación de Meitei.YF

Una abuela casi centenaria en un festival de creatividad digital. Falleció no hace mucho a los 99 años, y con ella se llevó ese libro de recuerdos, cuentos y leyendas que vinculaban a su nieto, el productor musical Daisuke Fujita, de nombre artístico Meitei, con ese pasado ancestral de Japón que, como en todos los rincones del mundo, se apaga en vidas centenarias, sobreviviendo solo como un recuerdo privado ya de base que se recoge como cultura conservada en museos o libros. Esos recuerdos fueron la base de la excelente actuación que Meitei dio en la penúltima sesión del Mutek, festival que cerró sus puertas ayer en Barcelona con una asistencia de más de 6.000 personas. Otra tradición, esta de origen bereber, defendida por una mujer, Ikram Bouloum, nacida en Torelló de padres marroquíes, que como explicó entre lágrimas de emoción en un simposio del festival, “me ha supuesto múltiples fricciones con mi familia, que ha de aceptar que siendo mujer tenga una vida artística que, además, alguno ha descubierto en Internet, creándose una imagen de mí fuera de contexto”. Mujer, tradición, discriminación, empoderamiento y, como Meitei, música electrónica como armazón para recuperar esas vivencias que están en la matriz de cada persona. Sí, cosas de antes en un festival de microchips. La tradición no solo suena a cuerda pulsada.

La primera actuación de la tarde en la fábrica Damm fue un encuentro entre pasado y presente con la vista en el futuro, una delicia ambiental digital. Meitei recreó sonoramente sus inspiraciones en las historias de miedo clásicas del folclore japonés recogidas por el orientalista Lafcadio Hearn en sus obras y más recientemente por Shigeru Mizuki en sus mangas sobre yokai, las criaturas monstruosas del folclore japonés. Su directo partió con crepitaciones, ruido blanco y ritmos esquemáticos sin proyección bailable.

Poco a poco, en una evolución elegante y pausada, Meitei se aproximó al paisajismo con sonidos de pianos, ambientes naturales, agua, campanas votivas y voces que reconstruían pasajes de ese folclore tradicional. En un directo variadísimo abierto a la constante sorpresa y siempre delicado, sutil y hermoso, de ritmos tenues que en ocasiones invitaban al baile ingrávido, Meitei ofreció la banda sonora digital perfecta para recordar La época de Botchan, la rememoración en manga de la época Meiji a cargo de Jiro Taniguchi y Natsuo Sekikawa, donde precisamente aparece Hearn víctima de la incomprensión del nacionalismo japonés. Un viaje a un pasado no conservado, sino actualizado y reinterpretado entre unas penumbras que hubiesen hecho feliz al Junichiro Tanizaki de El elogio de la sombra.

Más tarde, también desde Japón, el azote industrial de YPY, Koshiro Hino, descolocó a la audiencia porque sugería tantos patrones de baile que cada cual escogió el suyo. Graves marcados que partía de la manipulación de cintas magnéticas, otro recuerdo del pasado, en una superposición de sonidos extremos de resonancias fabriles. Fue la antesala para el directo de Ikram, desarrollado con la complicidad del propio festival. La voz de Ikram, filtrada en modo similar al autotune, cantaba en bereber, su lengua materna, mientras ritmos electrónicos bailables y melodías de corte árabe revisitaban tradiciones en clave de mujer con un lenguaje modelado por lo digital. Lástima que su voz no tuviese mucha presencia, aunque el espíritu que la alimenta quedase nítidamente plasmado en un recinto que luego acogió formulaciones más de club con Loraine James y Aquarian. El pasado visitó el presente.


Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_