La mamografía cambiante de Anabel enreda la crisis de los cribados de Andalucía
Por Andalucía denuncia en el Parlamento que parte del historial médico de una paciente ha sido modificado en los últimos días


“La teta de Anabel” se ha convertido en la primera prueba de la supuesta manipulación de pruebas médicas que las mujeres víctimas de cáncer de mama de Andalucía, reunidas en la asociación Amama, pidieron a la Fiscalía el martes pasado que investigara.
La mama de la paciente aparece en dos mamografías que tomaron a esta sevillana en 2023. En una aparece marcada la lesión de diagnóstico sospechoso firmada por una radióloga, y en otra, exactamente igual, pero que apareció en Clic Salud, el miércoles, después de que la aplicación sufriera una caída horas antes, no existe ni la marca de la posible lesión ni el nombre del especialista que la tomó. Las dos placas se las ha mostrado esta mañana la portavoz de Por Andalucía, Inma Nieto, al presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, en la sesión de control, y le ha afeado que en la mamografía que figura ahora está “sin el círculo de la lesión y sin el nombre del profesional”.
Anabel es una sevillana de 54 años que ha autorizado a Por Andalucía a contar su caso. Se hizo sus mamografías dentro del programa de cribado hace dos años y, como muchas andaluzas, se olvidó de ellas porque el SAS no contactó con ella después. Fue su hermana María la que, tras destaparse el escándalo de los cribados, le sugirió que consultara en la plataforma Clic Salud, el servicio on line que aloja los historiales médicos de los pacientes de la sanidad pública andaluza. En ese portal constató que tenía cuatro mamografías, dos firmadas por una radióloga y otras dos firmadas por otra, con círculos que señalaban las posibles lesiones sospechosas.
Al acceder este martes a la aplicación para comprobar que su historial no había desaparecido —esa mañana Amama había denunciado la desaparición de historiales de la web—, se encontró con que no podía acceder a Clic Salud. El miércoles ya sí pudo entrar en la aplicación, pero, para su sorpresa, se encontró con que en lugar de cuatro pruebas, tenía seis. Y que, de todas ellas, solo una era idéntica a la que había consultado antes de que se cayera el sistema. La que permanece igual mantiene la marca que señala a la posible lesión y el nombre de la radióloga. En el resto no aparece ningún círculo o indicación, ni la identidad del especialista que la realizó.
Anabel forma parte de esas 2.000 mujeres que la Junta considera afectadas por los retrasos en los cribados, y también de esas 2.000 a las que, asegura la Administración andaluza, han dado cita para hacerse la segunda prueba de confirmación y que, justamente, ella se ha realizado esta mañana. Pese a tener un diagnóstico no concluyente, a la paciente sevillana no la llamaron hasta que el Gobierno de Moreno ha activado su “plan de choque”, tras estallar la polémica.
Por Andalucía ha consultado a radiólogos que entienden que, en lugar de mamografías ordinarias, a Anabel le pudieron hacer una tomografía y por eso se han podido incorporar a su historial más imágenes de secciones del mismo pecho.
El pasado martes, el consejero de Sanidad, Antonio Sanz, salió inmediatamente a desmentir que el SAS hubiera hecho desaparecer historiales y pidió a las mujeres de Amama que dejaran de “lanzar infundíos”. Horas después se conocía que el sistema de Clic Salud se había caído y que no se podía acceder “temporalmente” a los historiales médicos y se volvía a insistir en que ninguno se había borrado y que se volverían a recuperar en cuanto se restableciera la aplicación.
Está tarde, el SAS ha emitido un comunicado explicando el sistema del procedimiento de análisis del programa de cribados. Tras señalar que se produce un sistema de doble lectura por dos radiólogos distintos sin que ninguno pueda conocer el informe del otro y advertir de que no siempre se toman imágenes clave en los estudios radiológicos, se indica que, en cari de realizarse “en el sistema debe aparecer la proyección “sin la marca” y con la marca o “imagen clave”, por eso pueden aparecer dos imágenes de la misma proyección una señalada y otra no”.
Sanz el miércoles y Moreno esta mañana han negado que se pudieran eliminar historiales del sistema. Ninguno ha hablado de su alteración, como también ha pedido que se investigue Amama, y, en todo caso, han asegurado que una modificación solo podría ser realizada por un profesional médico. “¿Está usted diciendo en sede parlamentaria que un profesional sanitario ha tocado los datos? Es una barbaridad lo que está diciendo. Acaba de acusar a los profesionales de manipular los datos, datos a los que solo tienen acceso los profesionales y, por tanto, está diciendo que ese alguien les ha dado una orden y los profesionales se han prestado a hacer esos cambios”, le ha espetado el presidente de la Junta a la portavoz de Por Andalucía.
Radiólogos consultados por este diario coinciden en que ellos no pueden alterar el PACS, el programa para ver las imágenes. “Será el juez el que tendrá que investigar si alguien lo ha hecho, porque eso deja huella”, coinciden.
Sandra Gil, malagueña de 50 años, que también consultó su mamografía en Clic Salud a raíz del escándalo de los cribados, pudo comprobar el miércoles que su mamografía estaba intacta, pero de su informe médico había desaparecido el nombre del radiólogo, algo que también han compartido otras mujeres en redes.
María, la hermana de Anabel, se hizo su cribado hace seis meses, y también resultó no concluyente, como pudo comprobar al consultar su historial en Clic Salud. El martes por la mañana pudo acceder a la aplicación, pero comprobó que sus mamografías habían desaparecido. Por la tarde, ni siquiera pudo entrar en el sistema. El miércoles había recuperado sus pruebas, intactas. Ella, sin embargo, que estaría dentro de ese supuesto grupo de 2.000 mujeres afectadas por los retrasos, no ha recibido ninguna llamada.
Para la oposición política como para Amama, este caso no son excepciones, son demasiadas.
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