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La televisión de Castilla y León se va a la huelga: “El convenio está obsoleto y es imposible conciliar”

Los profesionales de los canales autonómicos denuncian precariedad en las condiciones laborales

Trabajadores de RTVCyL se concentran este jueves frente a la sede de la Junta de Castilla y León en Valladolid, donde se celebra Consejo de Gobierno, para pedir mejoras laborales.Foto: NACHO GALLEGO (EFE)
Juan Navarro

El comité de empresa de los trabajadores de la televisión autonómica de Castilla y León (RTVCyL) ha llamado a huelga este 3 de octubre. La plantilla denuncia pésimas condiciones laborales tanto en lo económico como en “derechos y conciliación”. El servicio lo prestan empresas privadas respaldadas por una subvención anual de la Junta (PP) de 21,3 millones de euros. Los empleados han rechazado ofertas de mejoras salariales, lejanas a sus peticiones por las bases muy bajas en la remuneración de las que parten, e insisten en la importancia de elevar cuestiones cotidianas como la gestión de turnos, la aplicación de las horas extra o la compaginación entre trabajo y vida personal. La Junta esquiva el debate alegando que son cuestiones relativas a “una empresa privada” y que no tiene “ningún papel en la negociación”, que se desarrolla desde que en enero de 2024 venció el anterior convenio.

Las protestas han recorrido durante la jornada varias sedes de la televisión autonómica en las provincias y frente a la Consejería de la Presidencia en Valladolid, departamento del que depende la televisión. Portavoces de la consejería plasman así la posición de la Junta: “Como con cualquier empresa privada, nosotros queremos que la situación se arregle, pero no tenemos ningún papel en las negociaciones”. La televisión, a diferencia de muchas regiones, no es pública, sino de una empresa privada apoyada por fondos públicos. La adjudicataria pertenece a un conglomerado mediático ligado a empresarios de la construcción y con vínculos con el PP.

Marcos Sacristán, del comité de empresa, lamenta que “en nueve meses de negociación la empresa no ha salido del 1,5% de aumento salarial”, ni siquiera tras negociar con el servicio autonómico de mediación laboral. Esa propuesta se consideró “ridícula e insuficiente”, pues los trabajadores reclaman una subida del 6% “sobre unos salarios muy bajos” y aunque creen que sigue siendo insuficiente, aseguran que al menos les permitirá pagar sus gastos “con dignidad”. El salario mínimo interprofesional es de 1.134 mensuales y la media remunerativa de esta empresa, según Sacristán, se encuentra entre 1.200 y 1.400 euros en 14 pagas, con jefes en los 1.800 euros mensuales.

Sacristán afirma que, tras nueve meses de conversaciones baldías, se habló de huelga y la empresa cambió de postura: ofrecieron una paga de 500 euros extra el primer año y de 850 en el segundo. La suma equivale a 35,71 y 60,71 euros mensuales más, un montante considerado escaso por los potenciales beneficiarios.

Este preacuerdo, firmado por los sindicatos, se ha sometido a sufragio este miércoles, pero ha sido rechazado por la mayoría ―un 58,75%, aunque la plantilla asegura que muchos jefes votaron a favor para tratar de contrarrestar la negativa―, lo que ha dado paso a la huelga. “El convenio lleva más de 10 años sin tocarse y está obsoleto por insuficiente en concepto de derechos, regateo de días de asuntos propios, de horas extra… es imposible conciliar”, lamenta el representante de la plantilla, quien recuerda que, durante la pandemia, el trabajo salió adelante con jornadas continuas y no con los turnos partidos actuales. Sacristán asegura que estos turnos continuos son legales, pero hacen inviable conciliar con turnos de 10.00 a 14.00 y de 18.00 a 22.00. “¿Qué vida tengo yo? ¿Cómo tengo pareja o voy al cine?”, se pregunta.

Las demás partes, lamenta, chocan en una paradoja: “La Junta se inhibe porque no es su empresa y la empresa se inhibe porque no es su dinero”. El director general de Radio Televisión Castilla y León, Jorge Losada, defiende la “voluntad de acuerdo de la empresa” y un preacuerdo fruto de “esfuerzos”, primeramente apoyados por el comité, pero rechazado por los trabajadores. “Tenemos voluntad de acabar con esta situación y habrá que volver a negociar”, indica el alto cargo, que consideraba “un buen punto” esa primera propuesta.

Los agraviados han utilizado las redes sociales para señalar al presidente autonómico, Alfonso Fernández Mañueco (PP), quien este miércoles defendía la libertad de expresión y los medios de comunicación en un foro de un periódico. “La Junta sigue sin enterarse. ¿Cómo se distribuyen los más de 21 millones de euros que le da a Castilla y León Televisión? ¿En qué bolsillos se deposita ese dinero? Los trabajadores seguimos con sueldos precarios”, ha publicado un usuario en X, antes Twitter.

El lema de los trabajadores afectados es Sobran los motivos y varios han publicado detalles de injerencias personales previas a la votación que ha ratificado la huelga: “Algunos compañeros están sufriendo presiones, paseos por despachos y el típico ‘tú sabrás lo que haces’. Otros dan por hecho algo que ni se ha votado aún. Huele muy mal”. Sacristán empatiza con los compañeros de provincias con menos peso: “Los trabajadores están cohibidos, amedrentados. En las delegaciones más pequeñas hay nula fuerza”. Francisco González, de Comisiones Obreras, estima un apoyo matinal del 90% en Valladolid y entre el 40% y 50% en las demás provincias.

Consultar a trabajadores arroja una sucesión de quejas sobre su situación laboral, financiera y personal, habitual en el sector de los medios. Una de estas fuentes destaca, aparte de lo monetario, cómo esos profesionales “con licenciaturas, másters o 10 y 20 años de experiencia” trabajan a turno partido por un salario base de 1.200 o 1.300 euros en 14 pagas, sin proyección laboral ni mejoras. Tampoco existe teletrabajo ni se cubren las vacantes, alegan, con más “presión y estrés” para el resto; el material o los platós no se mejoran y “no se ve ese dinero en el día a día”.

Otra empleada apunta: “A este paso, sube el salario mínimo y nos acaba pillando, cuando somos profesionales no solo con bastante formación, sino que hacemos más tareas de las que se nos requiere sin ningún plus”. Entretanto, “mal ambiente por la sobrecarga y el despropósito”, lágrimas e insomnio.

La línea editorial les insta a volcar la información “hacia este partido [PP], aunque no sea la noticia del día”. Fuentes de los informativos aseguran que el equipo de Mañueco ha llegado a llamar para ordenar el contenido y que se han producido despidos por contrariar a la Junta. Un exempleado de la televisión recuerda haber tenido “casi 20 contratos en tres años”. Su inestabilidad se manifestaba en contrataciones mensuales, ampliaciones, despidos, llamadas a los dos días, un mes de parón, otro mes incorporado y más ampliaciones. Al entrar se le ubicó en una categoría inferior. La fecha de la huelga se ha elegido porque este jueves se presenta la nueva temporada de la televisión en un auditorio de Valladolid a cuyas puertas se concentrará la plantilla.

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Sobre la firma

Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, en comunicación corporativa, buscándose la vida y pisando calle. Graduado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS.
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