Presidentes del PP dan credibilidad al riesgo de que Vox rompa sus Gobiernos por la acogida de menores

Pese a que supone una respuesta insuficiente para Canarias, la decisión de las comunidades autónomas del PP de aceptar el reparto voluntario de 209 menores migrantes ha llevado al límite la relación con sus socios de Vox. Este miércoles, en la Conferencia Sectorial de Infancia y Adolescencia celebrada en Tenerife, los consejeros de las autonomías del PP confirmaron, uno a uno, su respaldo a la acogida en el marco de un reparto voluntario que se viene haciendo desde 2022, y que prevé 347 traslados, de los que 209 tendrían como destino territorios gobernados por los populares, incluidos los cinco donde cogobierna Vox. El partido de Santiago Abascal reaccionó por la noche con un duro comunicado en el que acusó a Feijóo de haber “roto los Gobiernos PP- Vox” y anunció que su Comité Ejecutivo Nacional decidirá “los próximos pasos” en una reunión urgente y extraordinaria prevista para este jueves

Aunque en el PP hay voces que defienden que la salida de la ultraderecha sería un alivio para sus barones (todos tienen ya aprobados sus presupuestos de 2024 y podrían librarse del lastre que les supone en muchos casos), los populares han defendido la importancia de la estabilidad de sus ejecutivos. Fuentes de varios Gobiernos del PP admiten que existe un riesgo real de ruptura de los acuerdos, a pesar de la incredulidad con la que el PP había tratado la amenaza de Vox los últimos días. “Se van, en un 75%”, cifran en uno de sus gobiernos.

Significativamente, en el comunicado que Vox ha hecho público este miércoles por la noche, el partido de Santiago Abascal exculpa a los barones territoriales del PP de haber roto sus acuerdos de gobernabilidad, y traslada toda la responsabilidad a Feijóo, a quien acusa de “romper los pactos de gobierno regionales al haber obligado a los presidentes regionales a votar sí al reparto de 400 menas”, acrónimo de menores extranjeros no acompañados. Es lo contrario de lo que ha hecho en los últimos días Abascal, quien había subrayado que él no tenía ningún acuerdo con Feijóo sino con los presidentes autonómicos del PP, a quienes instó a hacer todo lo que estuviera “en su mano” para oponerse a este reparto, amenazándoles con romper los gobiernos de coalición.

Al trasladar toda la responsabilidad a la dirección nacional, Abascal deja la puerta abierta para mantener los pactos regionales y romper solo con la dirección nacional del PP. El comunicado, no obstante, contiene un reproche a los “los consejeros del PP que han votado sí porque Feijóo se lo ha ordenado, dentro de su debilidad y afán por arrodillarse ante Sánchez”, a pesar de que “hasta ayer los presidentes autonómicos [del PP] se habían comprometido con Vox a rechazar el reparto”. El texto concluye subrayando que el partido ultra “cumple su palabra y su compromiso con los españoles”, mientras que “los presidentes autonómicos del PP han cumplido las órdenes de Feijóo de forma unilateral, sin tener en cuenta a su socio de gobierno, e incluso faltando a su propia voluntad manifiesta y comprometida en las conversaciones internas mantenidas durante las últimas semanas [...] rompiendo de forma arbitraria e interesada una relación de lealtad y colaboración que ha llevado a importantes logros para los ciudadanos”. Según el partido ultra, los presidentes autonómicos se habían comprometido a abstenerse y votaron a favor después de que Feijóo les llamara este miércoles “uno a uno” para ordenarles cambiar de posición. “Vox no va a ser cómplice de violaciones, robos y machetazos”, proclama el partido ultra, aludiendo a los delitos con los que vincula a los menores extranjeros no acompañados. La última palabra la tendrá, en todo caso, el propio Abascal, quien hasta ahora ha intentado preservar los pactos territoriales con el PP, aunque no disimila su irritación con el propio Feijóo.

“Llegó Feijóo a la presidencia del PP tendiendo la mano a Sánchez, y no ha dejado de hacerlo desde entonces. Han pactado tribunales, han llegado a acuerdos en Bruselas y en CCAA, y hoy ha dinamitado los pactos de gobierno, acogiendo voluntariamente a 400 menas. Para estafar a los españoles, para saquearlos y ponerlos en peligro, que no cuenten con nosotros”, ha enfatizado el líder ultra en la red social X.

Algunas autonomías del PP no desdeñan el riesgo real de ruptura, porque creen que Vox ha llevado muy lejos su amenaza y ahora está atenazado por ella. Especial peligro corren los Gobiernos de Castilla y León y Extremadura, según apuntan fuentes populares. El primero, porque la relación entre el PP y Vox ha estado marcada desde el comienzo por la tensión por las salidas de pata de banco del vicepresidente ultra, Juan García- Gallardo. Además, la legislatura comenzó un año antes que en el resto, en 2022, y, por tanto, Alfonso Fernández Mañueco tiene más cerca la cita con las urnas. En el caso de Extremadura, porque a Vox le resultaría más barata la ruptura, ya que solo cuenta con una consejería, aunque el partido de Abascal tiene a la vez muchos cargos públicos. De todas formas, los ultras tendrían dificultades para explicar por qué rompen solo en uno o dos territorios y no en los otros en los que cogobiernan con el PP, ya que todos, sin excepción, han aceptado el reparto voluntario de migrantes.

La estrategia del PP, coordinada entre Génova y sus barones, consistió en aceptar solo la acogida de los 209 menores pactada en 2022, y no un reparto nuevo, para tratar de que Vox tuviera difícil cumplir con su amenaza. “No temo la estabilidad de mi Gobierno. Sería una gran sorpresa para mí”, dijo a primera hora el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, en un foro de La Razón. El barón popular, uno de los cinco que gobierna con Vox, argumentó que se trataba solo de ratificar un acuerdo de hace dos años. “Es falso que los 6.000 menores se vayan a repartir hoy. Vamos a tratar un acuerdo que yo ratifico del año 22, por el que nos tocan 23 menores”, explicó.

Los populares se afanaron en tratar de convencer a su socio de que no rompiera los Gobiernos conjuntos. “No hay nada más patriota”, argumentó el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, “que unas comunidades puedan ayudarse a otras, que la solidaridad entre todas las comunidades autónomas”.

Fuentes de la dirección popular insisten en poner en valor la decisión sobre el reparto voluntario de los menores como un movimiento de “firmeza” de Feijóo ante la extrema derecha, después de que hace un año el PP viera lastradas sus opciones electorales en las generales del 23-J por los acuerdos de sus presidentes autonómicos con Vox en cinco comunidades. De momento, solo el vicepresidente ultra de Castilla y León, Juan García Gallardo, ha sugerido públicamente que está dispuesto a dejar su cargo. “Nosotros tenemos un amor infinitamente superior a nuestros principios que a nuestra posición actual en el Gobierno [de Castilla y León] y, si nos hacen escoger entre el honor y los barcos, escogeremos el honor”, expresó por la mañana Gallardo. A la pregunta de si estaba dispuesto a dejar su cargo como vicepresidente, contestó: “No lo dude”. Al mismo tiempo, sin embargo, el dirigente de Vox pospuso la decisión porque “una decisión de tal calado y de tal gravedad no se decide en dos tardes”.