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Capturado el mono de Gibraltar que se había ‘fugado’ hasta La Línea

El macaco adulto macho ha campado por los tejados de la localidad gaditana

El País

La singular huida del mono de Gibraltar que se había escapado del Peñón, había saltado la Verja fronteriza y campaba de tejado en tejado por la Línea de la Concepción (Cádiz, 64.000 habitantes) ha llegado a su fin. El animal ha sido capturado este martes tras ser alcanzado con dardos tranquilizantes que le habían lanzado técnicos de la colonia británica desplazado al municipio andaluz. Fuentes cercanas al caso han informado de que el simio ha sido alcanzado en la zona del Zabal, y que será trasladado de vuelta a Gibraltar. Por su parte, fuentes de la Policía Nacional han explicado que se había establecido un dispositivo para tratar de capturarlo con el uso de drones para su seguimiento. Agentes de la Comisaría de La Línea han hecho un seguimiento de los movimientos del macaco con drones, además de facilitar el acceso por la frontera de los técnicos y veterinarios de Gibraltar con el equipo necesario para su captura y posteriores cuidados, según informa Efe. La captura se ha producido en torno a las 14 de la tarde, según la GBC, la televisión gibraltareña.

El avistamiento del mono fugado —un macaco de Berbería o Macaca sylvanus—, que llevaba varios días deambulando por territorio español, se ha convertido en un entretenimiento local, después de que ha sido visto saltando por los institutos Menéndez Tolosa y Virgen de la Esperanza (ambos en la avenida de la Banqueta), triscando en las azoteas del barrio Santiago-Conchal-Castillo o merodeando en la urbanización Pueblo Mediterráneo, según una nota del Ayuntamiento linense. Este mismo martes está en marcha por los tejados de la localidad una operación de busca y captura por sedación, en parte retransmitida en directo por TVE.

Los intentos de capturar al primate, un adulto macho con porte, habían resultado de momento infructuosos, por la velocidad y el resabio que muestra el animal, acostumbrado a la cercanía humana, ya que son una atracción turística en Gibraltar, donde son alimentados por el Gobierno colonial. Agentes de las policías Nacional y Local, así como del Seprona de la Guardia Civil y dos especialistas del ramo de la Roca, habían intentado capturar al mono que había cruzado a La Línea. Las reacciones violentas de estos animales son habituales en estos macacos, como saben muchos turistas que se han acercado a ellos en su hábitat de las cuevas de San Miguel, el último refugio que les queda a estos primates en Europa y que también fue la morada de los últimos neanderthales en el sur del continente. Una leyenda local dice que el día que los macacos de Berbería desaparezcan de la Roca acabará el dominio británico sobre la única colonia que queda en Europa.

La tarea del rescate la ha llevado a cabo personal del Zoo de Castellar, como centro autorizado para animales procedentes de Comercio Internacional de Especies Amenazadas (Cites). Además, dos técnicos de Gibraltar se habían desplazado hasta La Línea para cooperar en estas labores, dificultadas “por la enorme agilidad y rapidez del animal”, como ha asegurado el Consistorio linense. Por el momento, se desconoce si el primate ha aparecido en La Línea por iniciativa propia o si ha sido trasladado por alguna persona de forma ilegal. El Ayuntamiento admite que la presencia del animal salvaje alteró las clases del instituto Tolosa.

Los monos de Berbería o de Gibraltar que habitan el Peñón, la única población en libertad que queda en Europa de esta especie, son unos 300 que viven en las zonas altas de las rocas y son un icono tan importante para los gibraltareños que no hay tienda de souvenirs de Main Street que no los venda en forma de peluches o impresos en tazas, platos, camisetas o imanes. Están ahí al menos desde la llegada de los árabes que se asentaron en el Peñón entre el año 700 y 1492, según apuntan algunos estudios científicos locales. Escritos históricos también relatan su presencia a principios del siglo XVIII, antes de que los británicos llegasen a la Roca. La caza continúa. Y la comidilla popular en La Línea, también.

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