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Los desalojados por el incendio de Las Hurdes: “Me asomé al balcón y vi remolinos de llamas”

Unas 700 personas han sido evacuadas de la comarca extremeña por la cercanía del fuego a sus casas, que ya ha arrasado 8.500 hectáreas

José Sánchez, vecino de Ovejuela desalojado por el incendio, en la habitación de la residencia de estudiantes de Caminomorisco donde fue realojado durante el incendio en Las Hurdes. Foto: ROBERTO PALOMO | Vídeo: EPV
Mariel Delgado
Caminomorisco -

Felipe Sánchez ha pasado la noche en vela. Sin pegar ojo, “oía” quemarse la madera. “Se escuchaba desde mi casa. Me asomé al balcón y vi remolinos de llamas y fuego”. El incendio que desde el miércoles asola la comarca de Las Hurdes había llegado ya a las puertas de Ovejuela, una pedanía de Pinofranqueado (Cáceres) que, con Felipe, suma solo 77 habitantes. La noche de este jueves la proximidad de las llamas aconsejaba desalojar el pueblo, pero no se pudo. El incendio, que este viernes ya lleva asoladas 8.500 hectáreas, obligó a cortar la única carretera de acceso, la CC-155. Ya por la mañana, han podido salir del lugar 27 vecinos. Diez de ellos, en su mayoría mayores de 60 años, han sido trasladados en autobús a una residencia de estudiantes a las afueras de Caminomorisco, a unos 60 kilómetros. El resto, en casas de familiares o amigos.

Otro vecino de Ovejuela, José Sánchez, de 61 años, cuenta cómo se enteraron de que no podían abandonar su pueblo. “Cuando nos lo dijeron, estábamos ya montados en los autobuses listos para marcharnos”, comenta. “Nos bajamos, nos dieron unos bocadillos y a casa otra vez”. Asegura que el fuego estaba junto a la carretera. Una densa nube de humo anulaba la visibilidad. Conducir era un peligro. Ya lo sospechaban, pero se lo confirmaron: habían quedado atrapados. “Yo veía toda la montaña de humo y toda la carretera y pensé ‘de aquí no sale nadie”, relata.

Vecinos de Ovejuela cogen la merienda en la residencia de estudiantes de Caminomorisco donde han sido realojados.
Vecinos de Ovejuela cogen la merienda en la residencia de estudiantes de Caminomorisco donde han sido realojados.ROBERTO PALOMO

Cuando se despertaron la mañana de este viernes, todo era humo. “No se veía ni el cielo”, detalla Félix Sánchez, de 72 años. El hombre, ya jubilado, llama desde la residencia a su prima que vive en Pinofranqueado para preguntarle “¿cómo va la lumbre?”. Tras hablar con ella, su rostro se ensombrece. Le dice que el incendio continúa descontrolado y cada vez hay más hectáreas quemadas. “No me esperaba tener que abandonar mi casa”, lamenta. “Ha venido [esta mañana] la Guardia Civil llamando puerta por puerta a avisarnos de que nos teníamos que ir”. Para entonces el humo ya no cubría la carretera, pero se iba concentrando poco a poco en el pueblo, situado en una vaguada. “El fuego lo estaba rodeando”, dicen varios vecinos.

Sobre las 11 de la mañana, se han montado en el autobús y llegaron a la que será su casa durante —esperan— solo este fin de semana. Julio Bravo, el director de la residencia de estudiantes que sirve de albergue, señala que los 100 estudiantes que se alojan en el centro se marchan a sus casas de viernes a domingo. “Tenemos habilitadas dos plantas para este tipo de situaciones de emergencia, todos los años hemos recibido evacuados por incendios”, apunta. Los diez vecinos siguen a la espera de recibir noticias para saber cuándo podrán regresar a sus casas. Mientras, la distracción es salir a pasear por los alrededores, pero el ruido de los helicópteros que sobrevuelan la zona les recuerdan que el incendio sigue activo aunque desde sus habitaciones se observa un frondoso paisaje de Las Hurdes al que no han alcanzado las llamas.

Félix Sánchez, de 73 años, en el exterior de la residencia de Caminomorisco.
Félix Sánchez, de 73 años, en el exterior de la residencia de Caminomorisco.ROBERTO PALOMO

Entre Ovejuela y otra localidad, Hernán Pérez, casi 140 personas han tenido que abandonar sus casas. Se suman a las 550 que, en la madrugada del jueves, fueron evacuadas de Cadalso, Descargamaría y Robledillo de Gata, que han sido instaladas en Moraleja.

La causa del fuego, que también afecta a la sierra de Gata, es humana e intencionada, según ha confirmado durante su visita al puesto de mando el presidente de la Junta, Guillermo Fernández-Vara. “El que lo ha hecho sabía muy bien lo que hacía, cómo lo hacía y cuándo lo hacía, en una hora en la que estaba empezando la noche que dificultaba responder con prontitud”, ha señalado Vara. Arde sobre quemado: las Hurdes, una comarca de orografía abrupta y llena de pinos resineros, una zona especialmente castigada por la sequía ya sufrió el año pasado un gran incendio, el de Ladrillar, que arrasó 3.241 hectáreas.

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