Villarejo: “Prada es un choricete”; Aguirre: “¡Ese sí lo es! ¡Por eso lo eché! ¡Y Granados, también!”
La expresidenta madrileña asumió en 2014 ante el comisario de policía que los principales miembros de su Gobierno eran corruptos
Esperanza Aguirre, expresidenta madrileña, pidió ayuda al comisario José Villarejo para que se archivara la causa abierta contra ella por darse a la fuga tras haber sido sorprendida aparcando su coche en el carril bus de la Gran Vía para sacar dinero en un cajero automático el 3 de marzo de 2014. Durante aquella reunión, celebrada el 11 de septiembre del mismo año, Villarejo aprovechó para contarle a Aguirre todo lo que sabía de los políticos que formaron parte del Gobierno de la expresidenta. Entre ellos, Ignacio González, quien entonces era presidente de la Comunidad de Madrid porque Aguirre así lo impuso. González tenía un grave problema de reputación a cuenta de un ático en Estepona por el que supuestamente pagaba 2.400 euros de alquiler al mes y que estaba a nombre de un ciudadano estadounidense.
La operación Arganda está pendiente de juicio. El Ayuntamiento de Arganda, gobernado por el PP, amañó supuestamente en noviembre de 2004 (un año después de que Aguirre y González llegaran al Gobierno madrileño) un concurso de suelo a favor de Fernando Martín. Este promotor vendió poco después una parte obteniendo unas plusvalías multimillonarias. La investigación judicial no acreditó que en esa operación se pagaran comisiones ilegales a González. El expresidente no está imputado en esta causa, y el caso del ático de Estepona fue archivado.
Tras repasar los problemas judiciales de González, Aguirre relata otros episodios de sospecha durante su mandato.
Cuando se produce la conversación (septiembre de 2014), Alfredo Prada (exvicepresidente y exconsejero del Gobierno de Aguirre) aún no está imputado por corrupción en el caso Ciudad de la Justicia, lo estará cinco años después y ahora se enfrenta a una petición fiscal de ocho años de cárcel.
En septiembre de 2014 se conocía ya que Granados (ex secretario general del PP de Madrid y exconsejero de Aguirre) tenía una cuenta en Suiza donde escondía dinero. Cinco años después, cuando a Esperanza Aguirre, imputada en el caso Púnica, le preguntan por qué prescindió de Granados, responde ante el juez que lo hizo porque filtró a la prensa una información; ni rastro de la supuesta corrupción que le contaba a Villarejo en 2014.