El avión con los tres supervivientes y cinco víctimas del naufragio del pesquero gallego despega rumbo a España
La llegada a Santiago de Compostela está prevista en torno a las nueve de la noche de este lunes
Detalles burocráticos de última hora han retrasado la salida del avión A-400 del Ejército del Aire que repatría a España a los tres supervivientes y cinco de los nueve cuerpos hallados tras el naufragio del pesquero Villa de Pitanxo, el martes pasado, en aguas de Terranova (Canadá). Finalmente, el vuelo ha despegado de suelo canadiense a las 14.40 (19.10 hora peninsular española). El despegue del aeropuerto de San Juan de Terranova, la ciudad a la que los supervivientes y los nueve cadáveres hallados fueron trasladados el viernes y el sábado por sendos barcos, se había previsto inicialmente para las dos de la tarde, hora local en Terranova (cuatro horas y media menos que en la Península).
Alojados en un hotel de la ciudad, los tres supervivientes del Villa de Pitanxo, que pescaba fletán negro en aguas internacionales del Gran Banco de Terranova cuando zozobró, han tenido contacto únicamente con el embajador español, Alfredo Martínez Serrano, y el cónsul general, Luis Calvo; con las autoridades de la Xunta de Galicia; con representantes de la armadora; y, este domingo, con el equipo sanitario que acompaña a la tripulación del A-400. Este está formado por una teniente coronel médica, un teniente coronel psicólogo y un enfermero.
Sobre el estado en el que se encuentran los supervivientes (Juan Padín, patrón del Villa de Pitanxo; su sobrino Eduardo Rial Padín; y el marinero ghanés Samuel Kwesi), se ha pronunciado este lunes, en declaraciones a Europa Press, Javier Touza, presidente de la cooperativa de Armadores de Pesca del Puerto de Vigo (ARVI), a la que pertenece la armadora del Villa de Pitanxo. “Se encuentran bien físicamente, pero anímicamente tendremos que recuperarlos entre todos”, ha dicho.
Sobre el patrón de la embarcación, Touza señala que es una persona “de espíritu fuerte”, pero “una vez que vengan aquí, se va a dar cuenta de la dimensión que ha cogido este fenómeno”. “Ahora lo primordial, además de seguir apoyando lógicamente a las familias, es que estemos todos, no solo con los cuerpos, sino también con los supervivientes, que también son víctimas de este suceso”, añade el responsable de ARVI.
Sobre la investigación de lo sucedido en la madrugada del pasado martes, en medio de olas de ocho metros y con rachas de viento de hasta 80 kilómetros por hora, Touza recomienda toda la cautela. La comisión de investigación de accidentes marítimos (Ciaim), dependiente del Ministerio de Transportes, ha empezado a mover “los primeros hilos”, con la recopilación de datos documentales y condiciones meteorológicas en el momento del accidente, además de “las fundamentales declaraciones de los testigos de cargo”.
La llegada del avión a Santiago con los supervivientes y cinco de los cuerpos recuperados —los otros cuatro serán repatriados a Perú, su país de origen— es solo un punto y aparte. Además del duelo de las familias y la recuperación del shock postraumático de los supervivientes, la compleja investigación y la existencia de 12 desaparecidos en aguas del Atlántico Norte son dos factores que prolongarán el drama en torno al Villa de Pitanxo. Las familias reclaman que siga la búsqueda, mientras barcos que faenan en la zona han hallado restos del naufragio, pero ningún cuerpo.
Sobre la reanudación de las tareas de búsqueda de los desaparecidos, que Canadá suspendió a las 36 horas del siniestro a causa del mal tiempo, no hay ninguna confirmación por parte del Gobierno federal en Ottawa o del Centro de Coordinación de Búsqueda de Halifax, dependiente de las Fuerzas Armadas. La Delegación del Gobierno en Galicia ha vuelto a recordar “el compromiso” de Canadá de reactivar la búsqueda “tan pronto como mejoren las condiciones meteorológicas”, pero no hay ninguna señal al respecto, ni decisión tomada, en Canadá.
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