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Detenida una antigua presa de ETA por el asesinato en 2001 del senador Giménez Abad

Su arresto se produce tras ser identificada por un testigo y encontrar la Policía nuevos indicios en la documentación de la banda entregada en 2018 por Francia

En foto, el atentado etarra en el que murió Giménez Abad en 2001. En vídeo, la detención de Itxaso Zaldua, la presunta asesina de Giménez Abad.Vídeo: EUROPA PRESS
Óscar López-Fonseca

La Policía Nacional detuvo este martes en Hernani (Gipuzkoa) a la antigua presa de ETA Miren Itxaso Zaldua Iriberri, alias Sahatsa, por su presunta participación en el asesinato del presidente del PP de Aragón y senador Manuel Giménez Abad, cometido el 6 de mayo de 2001 en Zaragoza. El arresto se produce tras encontrar los agentes nuevos indicios sobre la identidad de los autores entre la documentación intervenida a ETA en Francia, y que fue entregada a España en febrero de 2018, e identificarla un testigo en una fotografía. El de Giménez Abad era uno de los 224 atentados mortales sin resolver cuando la banda anunció su disolución.

La detención se produjo cuando la antigua presa abandonaba su domicilio sobre las 5.30 de la mañana para dirigirse a su trabajo, en Beasain. Fuentes de la lucha antiterrorista detallan que el arresto fue “rápido y por sorpresa. No se resistió”. La detención se produjo después de que el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz tomase declaración a principios de este mes a un testigo del asesinato de Giménez Abad que aseguró haber visto al terrorista que disparó al senador del PP huir del lugar del crimen junto a una mujer. En su comparecencia ante el juez, identificó en una fotografía a Zaldua como la acompañante.

El arresto de la etarra se produce cuando queda menos de un año para que prescriba el asesinato, lo que hubiera impedido actuar penalmente contra ella por este crimen. Por este atentado ya estaba procesado, desde hace un año, el dirigente etarra Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, alias Ata, encarcelado en Francia, donde cumple una pena de cadena perpetua por asesinar a dos guardias civiles en Capbreton en 2007 y al policía francés Jean-Serge Nérin en marzo de 2010. A Ata se le considera el autor material de los tres disparos que costaron la vida a Giménez Abad cuando se dirigía junto a su hijo de 17 años para ver un partido de fútbol del Real Zaragoza. Aquel crimen sacudió a la sociedad aragonesa y la campaña electoral de las autonómicas de aquel año en el País Vasco.

No es la primera vez que Zaldua es arrestada, aunque sí en España. El 23 de abril de 2005 fue detenida en Lannemezan (Francia) en compañía del también etarra José Segurola Querejeta, Giputxi. Ambos formaban parte de la subestructura de la banda denominada Ataka, dedicada al transporte de terroristas y material. Zaldua era su máxima responsable y, por ello, también formaba parte del núcleo dirigente del aparato militar de ETA, responsable de los comandos de la banda.

La detención de Zaldua fue entonces una sorpresa para los expertos de la lucha antiterrorista porque se desconocía que militara en la banda. Hasta ese momento, solo se conocía que había pertenecido a la organización juvenil Jarrai —ilegalizada en 2007 por su vinculación a ETA— tras asistir al congreso que este grupo celebró en 1992 en Bilbao, donde fue identificada. Tras su arresto al otro lado de la frontera, la justicia francesa condenó a Zaldua a 18 años de cárcel. Tras cumplir la condena, en agosto de 2017 fue expulsada a España, donde quedó en libertad al no tener entonces ninguna reclamación judicial.

Tres nuevos acercamientos de reclusos

El Ministerio del Interior anunció este martes el próximo traslado a cárceles cercanas al País Vasco de los presos de ETA Gorka Vidal, Mikel San Argimiro e Iñigo Vallejo. Desde que el pasado 21 de junio el Gobierno pusiera fin al estado de alarma, que había paralizado el movimiento de internos entre prisiones para evitar la propagación de la covid-19, ya son 10 los reclusos de la banda acercados. A tres de ellos, que habían mostrado su arrepentimiento, tras concederles Interior el tercer grado o semilibertad.

Uno de los que serán trasladados ahora, Iñigo Vallejo, condenado a 28 años, también ha mostrado su arrepentimiento en un escrito en el que reconoce el dolor causado. Por ello, el juez de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Castro, ya había acordado aplicarle el artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario, que flexibiliza el régimen de vida al que estaba sometido. Ahora será trasladado desde la cárcel de Sevilla II a la de Dueñas (Palencia) para facilitarle su reinserción.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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