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Un nuevo concepto de ocio: los parques de vida

La pequeña ‘Makena’, primera cría de elefante africano nacida en la Comunidad Valenciana, ya tiene cinco meses; Asturias acaba abrir el Centro de Recuperación de Animales Marinos, y el nacimiento por primera vez en España en 10 años de cinco dragones de Komodo se ha producido recientemente en Andalucía. Estos hitos encarnan el compromiso de los Bioparc: conservar la naturaleza, proteger el medioambiente y preservar las especies en peligro de extinción. Tres parques que permiten acercarse a los animales, vegetación y paisaje como nunca antes, sin barreras visuales

El nacimiento de la pequeña bebé elefante, de nombre Makena, ha sido posible gracias al compromiso de conservar la naturaleza, proteger el medioambiente y preservar las especies en peligro de extinción.
El nacimiento de la pequeña bebé elefante, de nombre Makena, ha sido posible gracias al compromiso de conservar la naturaleza, proteger el medioambiente y preservar las especies en peligro de extinción.

Makena significa “la que es feliz” en lengua kikuyu, una de las que se hablan en Kenia. Y puede decirse que irradia y contagia felicidad. Su nacimiento, que ha sido posible gracias a la colaboración del Parque con el Programa Europeo de Conservación del elefante africano (EEP), es uno de los muchos hitos de los Bioparc, que cuentan en España con tres recintos: Bioparc Valencia, Bioparc Fuengirola (Málaga) y Bioparc Acuario de Gijón.

Los tres responden a una filosofía común, el concepto de “parques de vida“: “Somos importantes actores en la conservación de la naturaleza y su biodiversidad así como plataformas de educación, de movilización y de reproducción de especies”, explican responsables de la Fundación Bioparc.

En las diferentes rutas de zooinmersión con los que cuenta cada uno de los recintos, el visitante tiene la sensación de acercarse a los animales, la vegetación y el paisaje sin barreras visuales. Aunque hay, por supuesto, obstáculos insalvables y específicos para las especies que los habitan, para garantizar la visita con toda comodidad, seguridad y tranquilidad. Se trata, en suma, de una nueva forma de entender el “ocio con causa” única en España, una experiencia de ocio innovadora e internacionalmente reconocida, que acerca al usuario a la naturaleza salvaje de los lugares exóticos amenazados y a las especies en peligro de extinción.

Comprometidos con la conservación de la biodiversidad

Los Bioparc no son simples espacios para el ocio en contacto con la naturaleza. Su objetivo va más allá: motivar un cambio de actitud en la sociedad hacia la conservación del entorno, así como proteger el medioambiente y preservar las especies animales amenazadas. Para ello participan en cerca de 100 programas europeos de conservación de especies en peligro de extinción, lo que se denomina conservación ex situ, que trata de garantizar su supervivencia.

Además, parte del importe de la entrada a los recintos y la recaudación a través de diferentes promociones y acciones especiales solidarias se destina, a través de la Fundación Bioparc, a proyectos de conservación de sus hábitats naturales, la denominada conservación in situ. Concienciar, proteger y conservar van aquí, por tanto, de la mano del disfrute y la emoción.

El Bioparc de Fuengirola, conocido como "el primer parque de las selvas del mundo", alberga más de 200 especies, muchas de ellas en peligro de extinción, como el bellísimo tigre de Sumatra.
El Bioparc de Fuengirola, conocido como "el primer parque de las selvas del mundo", alberga más de 200 especies, muchas de ellas en peligro de extinción, como el bellísimo tigre de Sumatra.

Valencia: especies africanas en el Jardín del Turia

La pequeña Makena, su madre, Matla, y el resto de elefantes africanos son solo algunos de los más de 6.000 animales de 150 especies que habitan en los 100.000 metros cuadrados que ocupa Bioparc Valencia. Aquí se pueden descubrir especies que llegaron incluso a desaparecer en su hábitat, como la gacelas Mhorr, otras en peligro crítico de extinción como el gorila occidental de llanura y algunas desconocidas para la mayoría como el oricteropo, también llamado cerdo hormiguero.

Todos ellos son ejemplos de la visión de este grupo naturalista, para el que resulta vital trabajar a diario en todas las formas de conservación. En Bioparc Valencia la magia de África envuelve al visitante: la sabana, los bosques de África ecuatorial y Madagascar y los humedales del continente han sido fielmente recreados para procurar a los animales su entorno natural (prácticamente) original.

Y en la cueva Kitum, algo muy especial: la única visión subacuática de hipopótamos en España. La visita se completa en la parte educativa con la exhibición El ciclo de la vida –una sucesión de emotivas escenas naturales con un fuerte mensaje conservacionista–, además de diversas actividades lúdico-educativas gratuitas, zonas de restauración y descanso integradas en los criterios de sostenibilidad que rigen el funcionamiento interno.

Fuengirola: de viaje por selvas de todo el mundo

Es fácil imaginar el plato fuerte de Bioparc Fuengirola, inaugurado en 2001 como “el primer parque de las selvas del mundo”. Aquí se recrea la vegetación de los distintos hábitats del planeta, salpicada de ríos, cascadas, y antiguos edificios de lejanas culturas. En las ruinas de un antiguo templo el visitante quizá se encuentre con algunos orangutanes; podrá conocer a una familia de gorilas que, a finales de 2020, propició el nacimiento del primer gorila andaluz de la historia, o exóticos gibones de mejillas doradas.

Cuidado, quizá no sea la mejor idea buscar entre todos ellos al Rey Louie, mejor dejarlo entre las páginas de El Libro de la Selva. En Fuengirola hay más de 200 especies, muchas de ellas en peligro de extinción o desconocidas para el gran público, como el ciervo ratón –tan pequeño como su nombre indica–, el esquivo panda rojo, el bellísimo tigre de Sumatra, el insólito hipopótamo pigmeo o el peculiar tapir malayo. Y algo muy, muy especial: los nuevos vecinos Juanito, Fénix, Embum, Drakaris y Saya. Se trata de cinco crías de dragones de Komodo que nacieron a finales de marzo, únicos bebés dragón españoles de los últimos diez años.

Un arcoíris de vida, bajo el mar de Gijón

Un total de 60 acuarios de agua dulce y salada, doce ecosistemas y más de dos millones de litros de agua recrean en Bioparc Acuario de Gijón los ríos, la costa Cantábrica, el océano Atlántico, el mar Caribe, el bosque húmedo tropical americano, los océanos Pacífico e Índico, los grandes ríos y lagos africanos o el mar Mediterráneo. Frente a la playa de Poniente de la ciudad asturiana se asiste a un catálogo de colores imposibles y caprichosas formas de la vida acuática: ranas flecha y de ojos rojos, boas arcoíris, el delfín azul de Malawi o espectaculares peces dardo, por ejemplo.

En el acuario del Bioparc de Gijón confluyen 60 acuarios de agua dulce y salada, doce ecosistemas y más de 35 especies diferentes.
En el acuario del Bioparc de Gijón confluyen 60 acuarios de agua dulce y salada, doce ecosistemas y más de 35 especies diferentes. María Fuentes

Solo en los últimos meses se han incorporado más de 35 especies y 300 ejemplares hasta llegar a los 5.200 de 460 especies que hoy alberga el complejo. Y, en la parte de trasera del Acuario gijonés, algo muy especial: el nuevo centro CRAMA Bioparc (Centro de Recuperación de Animales Marinos de Asturias), inaugurado a finales del pasado mes de marzo y destinado a ofrecer apoyo a la Red de Varamientos del Principado de Asturias. Aquí animales salvajes como tortugas o focas rescatados en las costas son cuidados y recuperados por personal cualificado.

Un ambicioso proyecto cofinanciado por la Fundación Biodiversidad y la Fundación Bioparc –fundación sin ánimo de lucro promovida por Bioparc– que irá unido a la investigación científico-técnica sobre la fauna marina y ayudará a proteger el medio ambiente y sensibilizar a la ciudadanía sobre la importancia de su conservación.


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