Campiña inglesa con arte
De las esculturas de Henry Moore entre setos y ovejas a un molino muy creativo, cuatro excursiones desde Londres
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Cielo gris, de una sola pieza; lluvia todo el día. Sí, estamos en Inglaterra y la mayoría de museos de arte contemporáneo están en Londres y bajo cubierto. Pero hay vida y arte allende la autopista circular M25 que rodea la capital. De norte a sur y de este a oeste, descubrimos una galería disfrazada de caseta de pescadores, un centro de arte dentro de un molino gigante y las esculturas de Henry Moore pastoreando ovejas en el condado de Hertfordshire. ¿O será al revés?
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Al sur, en un pueblito de pescadores
Muchas cosas llamarán al visitante la atención durante su visita a la encantadora ciudad costera de Hastings: los impactantes desniveles, los alegres colores de las fachadas, la pesada maquinaria de los barcos de pesca entre las dunas y esa ligereza con que sus habitantes, muchos de ellos exiliados londinenses, bailan y cantan rock, blues y funk en los pubs. Entre tanto alboroto, quizá lo que más pase inadvertido sea un gran edificio negro al borde del mar. De lejos parece una caseta de pescadores a gran escala, de las que salpican esta playa desde siempre; de cerca se revela como la flamante sede de la Jerwood Gallery. Abierta en 2012 en un edificio obra del estudio Hat Projects (de Hana Loftus y Tom Grieve), cubierto con 8.000 azulejos negros, la colección se centra en el arte británico desde la I Guerra Mundial hasta la década de 1960 —Stanley Spencer, L. S. Lowry—, pero también acoge exposiciones temporales con nombres actuales como Stephen Turner (que estará presente hasta el 15 de octubre con su muestra Todo viene del huevo).
Para llegar a Hastings hay trenes desde la estación de London Bridge (el viaje dura unas dos horas). Imprescindible en Hastings: comprar el caramelo típico de la zona, una especie de palote con menta decididamente hecho para morder.
Guía
- Jerwood Gallery; martes a domingo, de 11.00 a 17.00; entrada: 10,25 euros.
- Henry Moore Studios & Gardens; miércoles a domingo, de 11.00 a 17.00; 14,80 euros.
- Centre for Contemporary Art Baltic; miércoles a lunes, de 10.30 a 18.00; entrada gratuita.
- Blain Southern.
Al norte, en mitad del campo
Revolucionó la escultura del siglo XX y sus obras están en plazas de todo el mundo, pero el legendario artista británico Henry Moore encontró la paz en una diminuta aldea, Perry Green, en el condado de Hertfordshire. Allí, en un paraje de difícil acceso, está la fundación que lleva su nombre, donde se visitan su casa y el estudio en el que diseñó sus increíbles piezas. En los jardines, 28 hectáreas de colinas y senderos, entre caminos serpenteantes, setos cuidados, ovejas de rostros oscuros y un pequeño arroyo. Al fondo, las esculturas de bronce de Moore, monumentos a la figura y al ser en femenino, campan a sus anchas.
A Perry Green se puede ir en transporte público, tomando el tren desde la estación londinense de Liverpool Street y haciendo un par de trasbordos (unas dos horas en total). Aunque resulta mejor alquilar un coche y ya pasar el día en el bonito condado de Hertfordshire. Imprescindible en la fundación: comprar la taza de ovejas en la tienda del museo y llevar un paraguas en el bolso.
Muy al norte, dentro de un molino
El Baltic es una fábrica de arte. Abierto en 2002 en lo que eran las instalaciones de una granja de los años cincuenta en la ciudad de Gateshead, aquí no se ven nombres de subasta ni ningún neón de Tracey Emin, pero sí debate, interacción con los espacios civiles y esa seductora atmósfera posindustrial que invade las ciudades del norte de Inglaterra. Con casi 3.000 metros cuadrados de superficie expositiva, por el Baltic se ve de paseo a los veinteañeros que mueven las escenas locales del país: de músicos a skaters, pasando por videoartistas y amantes varios de corregir la fealdad.
British Airways vuela a diario a Newcastle desde Londres (unos 70 minutos de vuelo). Imprescindible en Gateshead: visitar —e intentar gritar una vez dentro— el auditorio de impresionante acústica The Sage Gateshead.
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Al oeste, en los jardines del palacio de Cliveden
La prestigiosa galería Blain Southern, con sede en Londres y Berlín, organizó un montaje con las esculturas de acero del artista francés Bernar Venet en los jardines del palacio de Cliveden, mansión palaciega mítica del countryside inglés. Situada a poco más de medio kilómetro del Támesis, el interior acoge desde hace poco un hotel de cinco estrellas (donde alojarse cuesta en torno a mil libras la noche); el espacio exterior, más accesible y de un estilo versallesco, bien merece el viaje, especialmente ahora que gravedad, acero y naturaleza parecen una misma cosa gracias a la imponente presencia de 10 esculturas de Venet a gran escala (llegan a superar los nueve metros de altura).
Las esculturas de Bernar Venet estarán en los jardines de Cliveden hasta el 15 de octubre. El acceso es gratuito. Para llegar, hay trenes desde London Marylebone (unas dos horas de viaje). Imprescindible: nada mejor que leer el pasaje dedicado a la mansión de Somerleyton del escritor W. G. Sebald en el libro Los anillos de Saturno antes o después de la visita a Cliveden.
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