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Piedra, vides y cipreses

Un paisaje tan hermoso que es patrimonio mundial. Perfectos pueblos medievales, viñedos de colores. Puro espíritu toscano

  • San Gimignano encabeza todos los listados de los pueblos con más encanto de la Toscana. A cambio, claro, que nadie espere pasearse en solitario por este recinto amurallado del Val d’Elsa; es también uno de los pueblos más turísticos de la región.
    1San Gimignano encabeza todos los listados de los pueblos con más encanto de la Toscana. A cambio, claro, que nadie espere pasearse en solitario por este recinto amurallado del Val d’Elsa; es también uno de los pueblos más turísticos de la región.
  • Las 15 torres de San Gimignano dibujan un curioso 'skyline' medieval. En la época, las familias locales más destacadas demostraban su poder y riqueza construyendo una torre más alta que la de sus vecinos (originariamente había 72). En la retratada Piazza del Duomo se encuentra la catedral y el Palazzo dei Podestà, de finales del siglo XIII, con la aneja Torre della Rognosa.
    2Las 15 torres de San Gimignano dibujan un curioso 'skyline' medieval. En la época, las familias locales más destacadas demostraban su poder y riqueza construyendo una torre más alta que la de sus vecinos (originariamente había 72). En la retratada Piazza del Duomo se encuentra la catedral y el Palazzo dei Podestà, de finales del siglo XIII, con la aneja Torre della Rognosa.
  • En San Gimignano no hay que olvidar probar el azafrán por el que es famoso este pueblo toscano. Ni el Venaccia, el vino blanco de San Gimignano que aparece en la 'Divina Comedia'; Boccaccio fantaseaba con ríos de este vino e incluso la recatada Santa Catalina de Siena lo usaba como medicina.
    3En San Gimignano no hay que olvidar probar el azafrán por el que es famoso este pueblo toscano. Ni el Venaccia, el vino blanco de San Gimignano que aparece en la 'Divina Comedia'; Boccaccio fantaseaba con ríos de este vino e incluso la recatada Santa Catalina de Siena lo usaba como medicina.
  • Montepulciano, que pondrá a prueba nuestros cuádriceps por sus cuestas, fue en su origen un fuerte etrusco, pero su momento de gloria llegó durante la Edad Media, cuando fue objeto de disputa continua entre Florencia y Siena. Contemplar esta curiosa mezcla ya justifica la esforzada subida.
    4Montepulciano, que pondrá a prueba nuestros cuádriceps por sus cuestas, fue en su origen un fuerte etrusco, pero su momento de gloria llegó durante la Edad Media, cuando fue objeto de disputa continua entre Florencia y Siena. Contemplar esta curiosa mezcla ya justifica la esforzada subida.
  • El arquitecto florentino Michelozzo fue el autor del Palazzo Comunale de Montepulciano, que se encuentra en el punto más elevado del pueblo, la Piazza Grande. Los que hayan visto 'Luna nueva', la segunda película de la saga 'Crepúsculo', la reconocerán; aquí se rodó la escena principal.
    5El arquitecto florentino Michelozzo fue el autor del Palazzo Comunale de Montepulciano, que se encuentra en el punto más elevado del pueblo, la Piazza Grande. Los que hayan visto 'Luna nueva', la segunda película de la saga 'Crepúsculo', la reconocerán; aquí se rodó la escena principal.
  • Muchas granjas y villas de la Toscana se han reinventado como alojamientos turísticos para acoger a los visitantes. En la imagen, girasoles ante la típica casa de campo toscana en el Val d'Orcia, cerca de Montalcino.
    6Muchas granjas y villas de la Toscana se han reinventado como alojamientos turísticos para acoger a los visitantes. En la imagen, girasoles ante la típica casa de campo toscana en el Val d'Orcia, cerca de Montalcino.
  • En Montalcino se produce uno de los mejores vinos del mundo: el Brunello di Montalcino. En esta villa medieval dedicada por completo a la viticultura la principal actividad de sus visitantes pasa por recorrer bodegas y enotecas.
    7En Montalcino se produce uno de los mejores vinos del mundo: el Brunello di Montalcino. En esta villa medieval dedicada por completo a la viticultura la principal actividad de sus visitantes pasa por recorrer bodegas y enotecas.
  • Pitigliano, de origen etrusco, está construida sobre una montaña de toba volcánica. Merece la pena descubrir sus llamadas Vie Cave, pasadizos excavados en la roca en todas las direcciones y de hasta 20 metros de profundidad, que se consideran rutas sagradas que unían las necrópolis y otros lugares asociados con el culto religioso etrusco.
    8Pitigliano, de origen etrusco, está construida sobre una montaña de toba volcánica. Merece la pena descubrir sus llamadas Vie Cave, pasadizos excavados en la roca en todas las direcciones y de hasta 20 metros de profundidad, que se consideran rutas sagradas que unían las necrópolis y otros lugares asociados con el culto religioso etrusco.
  • Tras los etruscos, Pitigliano estuvo bajo dominio romano y más adelante se convirtió en feudo de las ricas familias Aldobrandeschi y Orsini, que agrandaron la fortaleza, reforzaron las murallas y construyeron el imponente acueducto. En la imagen, un ángel en el cementerio de la villa y la entrada del Palazzo Orsini.
    9Tras los etruscos, Pitigliano estuvo bajo dominio romano y más adelante se convirtió en feudo de las ricas familias Aldobrandeschi y Orsini, que agrandaron la fortaleza, reforzaron las murallas y construyeron el imponente acueducto. En la imagen, un ángel en el cementerio de la villa y la entrada del Palazzo Orsini.
  • En Pienza hay que asomarse a la parte trasera de la catedral, una galería de tres niveles que ofrece una vista panorámica espectacular sobre el Val d’Orcia. Y al partir, emprender una ruta en coche por las 'Crete Senesi', una zona de colinas y profundas quebradas que ofrece los clásicos paisajes de la Toscana: crestas cubiertas de cipreses, campos de trigo bailando con la brisa y colinas que se funden con la neblina.
    10En Pienza hay que asomarse a la parte trasera de la catedral, una galería de tres niveles que ofrece una vista panorámica espectacular sobre el Val d’Orcia. Y al partir, emprender una ruta en coche por las 'Crete Senesi', una zona de colinas y profundas quebradas que ofrece los clásicos paisajes de la Toscana: crestas cubiertas de cipreses, campos de trigo bailando con la brisa y colinas que se funden con la neblina.
  • Baños romanos de Fiésole, a las afueras de Florencia, que también conserva un pequeño templo etrusco y un anfiteatro del siglo I antes de Cristo y que acoge cada verano uno de los festivales culturales al aire libre más antiguos de Italia.
    11Baños romanos de Fiésole, a las afueras de Florencia, que también conserva un pequeño templo etrusco y un anfiteatro del siglo I antes de Cristo y que acoge cada verano uno de los festivales culturales al aire libre más antiguos de Italia.
  • San Miniato es la cuna de la 'Tuber Magnatum' (trufa blanca), y es famoso en el mundo por su Mercato Nazionale del Tartufo Blanco, que se celebra en noviembre. En la imagen, el seminario en la Piazza della Repubblica.
    12San Miniato es la cuna de la 'Tuber Magnatum' (trufa blanca), y es famoso en el mundo por su Mercato Nazionale del Tartufo Blanco, que se celebra en noviembre. En la imagen, el seminario en la Piazza della Repubblica.
  • En Pietrasanta están las canteras de mármol de las que se nutría Miguel Ángel, y en sus alrededores vive, dos meses al año, el artista colombiano Fernando Botero, autor de unos curiosos frescos en la Chiesa della Misericordia. En la imagen, una de sus esculturas en la Piazza del Duomo durante una exposición celebrada en 2012.
    13En Pietrasanta están las canteras de mármol de las que se nutría Miguel Ángel, y en sus alrededores vive, dos meses al año, el artista colombiano Fernando Botero, autor de unos curiosos frescos en la Chiesa della Misericordia. En la imagen, una de sus esculturas en la Piazza del Duomo durante una exposición celebrada en 2012.
  • Con una historia que se remonta al año 1000, Sansepolcro vivió su época de esplendor en el siglo XV. Amurallada en el siglo XVI, no ha crecido desde entonces, por lo que su centro histórico -casi intacto, sembrado de iglesias y palazzi llenos de arte renacentista-, no se ha visto afectado por el desarrollismo urbano ni apenas por el turismo.
    14Con una historia que se remonta al año 1000, Sansepolcro vivió su época de esplendor en el siglo XV. Amurallada en el siglo XVI, no ha crecido desde entonces, por lo que su centro histórico -casi intacto, sembrado de iglesias y palazzi llenos de arte renacentista-, no se ha visto afectado por el desarrollismo urbano ni apenas por el turismo.
  • El Museo Civico de Sansepolcro atesora tres piezas maestras de Piero della Francesca, pinturas de Raffaellino del Colle o una maravillosa escultura de Andrea della Robia. En la imagen, la parte superior del políptico Madonna della Misericordia, una de las obras de Piero della Francesca.
    15El Museo Civico de Sansepolcro atesora tres piezas maestras de Piero della Francesca, pinturas de Raffaellino del Colle o una maravillosa escultura de Andrea della Robia. En la imagen, la parte superior del políptico Madonna della Misericordia, una de las obras de Piero della Francesca.
  • La ruta desde Siena a San Quirico es uno de los tramos más bonitos de Val D’Orcia, con mares de hierba salpicados con granjas de piedra e hileras de cipreses. Esa imagen de Toscana que todos imaginamos.
    16La ruta desde Siena a San Quirico es uno de los tramos más bonitos de Val D’Orcia, con mares de hierba salpicados con granjas de piedra e hileras de cipreses. Esa imagen de Toscana que todos imaginamos.
  • Los cipreses son uno de los grandes protagonistas del paisaje toscano. Introducidos en la región por los etruscos, que, como los romanos, relacionaban simbólicamente el árbol con la inmortalidad y lo colocaban junto a los cementerios. En el siglo XIV los nobles y burgueses florentinos empezaron a usar el ciprés para decorar los jardines y las entradas de sus casas de campo, donde querían recrear el ideal clásico de la vida bucólica.
    17Los cipreses son uno de los grandes protagonistas del paisaje toscano. Introducidos en la región por los etruscos, que, como los romanos, relacionaban simbólicamente el árbol con la inmortalidad y lo colocaban junto a los cementerios. En el siglo XIV los nobles y burgueses florentinos empezaron a usar el ciprés para decorar los jardines y las entradas de sus casas de campo, donde querían recrear el ideal clásico de la vida bucólica.