Cork, ente pintas y leyendas
Una escapada a esta urbe para descubrir las mejores historias y secretos que se esconden tras su antigua cárcel, sus pintorescas calles y el río que separa la ciudad en tres partes
Cork despierta cada mañana con el bullicio de sus gentes orgullosas de su pasado y de una ciudad que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos conservando todo el encanto de las costumbres irlandesas.
Para empaparse del espíritu alegre de esta ciudad, nada mejor que pasear por su calle principal, San Patricio (1). En ella se encuentran numerosas tiendas como la conocida Penneys y pubs en los que comer como el escondido Mutton Lane Inn y en el callejón que lleva su nombre. Es habitual encontrar fuera a los comensales, cuando la lluvia lo permite, ya que la pared de esta estrecha calle está decorada con una pintura representativa de la ciudad en la que cada uno de sus personajes más emblemáticos aparece dibujado.
Al final de esta misma calle, al lado de la de Gran Parade, se encuentra el Mercado Inglés (2). Este edificio de estilo victoriano alberga decenas de tiendas con todo tipo de productos alimentarios desde quesos y pescado hasta encurtidos en grandes barriles.
Otro de los lugares típicos de la ciudad para comprar es en el Muelle Coal (3). Los viernes y sábados las calles del barrio se llenan de puestos en los que, aparte de fruta y verdura, se vende ropa de segunda mano y se pueden encontrar los shawlies, un mantón negro que se ponían antiguamente las mujeres de Cork.
Al otro lado de la calle San Patricio se alza el Opera House (4) de Cork, donde se celebran festivales y conciertos de diversos estilos musicales hasta obras infantiles y actuaciones de baile. Este emblemático edificio volvió a ser reconstruido en los años 90 tras quedar reducido a cenizas en 1955 cuando cumplía un siglo de su inauguración.
Desde aquí y cruzando el río Lee por el puente Merchant subiendo hacia Church Street se halla uno de los puntos de referencia de la ciudad, la torre de la Iglesia anglicana de Santa Ana Shandon (5). Los diferentes lados están hechos dos de arenisca roja, y las otras con piedra de caliza blanca. El reloj de la torre es conocido como el Mentiroso de las Cuatro Caras ya que cada uno muestra una hora diferente. Además, de camino se pueden ver varias casas cuyas fachadas están pintadas de un color diferente, algo muy característico en el suroeste de Irlanda.
Al lado de esta iglesia se encuentra el Museo de la Mantequilla (6), una curiosa exhibición sobre la importancia de este producto alimentario en la historia comercial de la ciudad, su elaboración y los instrumentos que se empleaban para producirla.
Otra de las construcciones de índole religiosa que destacan en la ciudad es la Catedral de San Fin Barre's (7). Esta iglesia anglicana fue reconstruida en 1870 aunque es un lugar de culto desde el siglo VII. Existe una leyenda sobre el ángel dorado situado en el pináculo del santuario, donado por el arquitecto William Burges, que cuenta que si algún día la figura cae del tejado, llegará el fin del mundo.
Al oeste de la catedral, pegado al río Lee, se encuentra uno de los jardines más llamativos, el Fitzgerald (8). Siete kilómetros cuadrados de arbustos y diversa vegetación, así como un parque infantil, hacen de este parque un lugar perfecto para relajarse en la ciudad. En su interior el museo Cork Vision Centre, muestra la historia de la ciudad y varias exposiciones de artistas locales.
A pocos metros de la entrada al parque se encuentra la Universidad de Cork (9), un antiguo edificio de piedra con una de las mayores colecciones de Piedras de Ogham. Estas rocas escritas en lengua celta están alineadas en un corredor a la entrada del edificio en lo que se conoce como el Pasillo de las Piedras. Una oportunidad perfecta para acercarse a la prehistoria de Irlanda.
Cruzando el río, frente al parque Fitzgerald, se puede visitar una de las mejores atracciones de la ciudad, la antigua cárcel o Cork City Gaol (10). Aparte de las historias de fantasmas de presos que siguen vagando por sus tenebrosos pasillos, el lugar se conserva igual desde que se cerró en el siglo XIX y, eso incluye, las celdas llenas de marcas de quienes estuvieron ahí encerrados y alguna que otra pintada. Esta prisión de escaleras de hierro y rejas en las ventanas, tuvo encerrados en sus interior a miles de delincuentes que posteriormente serían exportados a Australia y Estados Unidos.
Sin embargo, uno de los encantos de la conocida ciudad rebelde, por los acontecimientos en los que intervinieron sus gentes durante la Guerra de las Rosas, es su gente. Tolerante y abierta, lo mejor para conocer a sus habitantes es acercarse a uno de los pubs de la zona y pedir una cerveza, ya que la ciudad cuenta con dos fábricas: Beamish y Murphys. Para ello, nada mejor que pasear por las calles de Oliver Plunkett (11) en la que se concentran varios bares como The Ovens Tavern (Oliver Plunkett, 16) y An Bodhran (Oliver Plunkett , 42), entre otros.
GUÍA PRÁCTICA
Cómo ir:
- Aer Lingus. Vuelos desde Alicante, Barcelona, Málaga, Lanzarote y Tenerife. www.aerlingus.com.
Más información:
- Museo de la Mantequilla: http://corkbutter.museum/.
- Cork Vision Centre: www.corkvisioncentre.com .
- Mercado Inglés: www.corkenglishmarket.ie.
- Opera House: www.corkoperahouse.ie.
- Iglesia de Santa Ana Shandon: www.shandonbells.org.
- Catedral de Fin Barre's: http://cathedral.cork.anglican.org.
- Antigua Cárcel de Cork: www.corkcitygaol.com.
- Universidad de Cork: www.ucc.ie.
- Castillo de Blarney: www.blarneycastle.ie.
- Ayuntamiento de Cork: www.corkcity.ie.
- Turismo de Irlanda: www.discoverireland.com.
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