
La lucha por el pelo afro en Estados Unidos
Los afroamericanos en Estados Unidos han sufrido históricamente presiones para que cambien sus peinados para que encajen más con los estándares occidentales. Las nuevas generaciones se revelan y dejan crecer sus rizos al natural como seña de identidad cultural








![Sharon Malcom, 67 años. Trabaja como bibliotecaria de una escuela en Baltimore y nunca se ha sentido discriminada por llevar su pelo natural. Cuando era joven se hizo el alisado permanente. "En esa época era lo natural para conseguir un trabajo, pero las cosas han cambiado". Hace 30 años abandonó los productos químicos y se dejó rastras. Ahora luce un 'look' afro. "Nunca me he sentido discriminada porque siempre he trabajado en [el sector de la] educación, donde no es un problema".](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/362WRJ5MJJOXNCR3QRYYQZ62IQ.jpg?auth=329c37cada1cacd69b44cd642dcb3ef538ca276ccc318ade2f48182defcf71de&width=414)

![Tasheena Anderson, 29 años. De pequeña su madre le hacía la permanente lisa. Una vez que se hizo mayor, se dejó el pelo rizado. "Me tomó tres años volver a tener mi pelo natural, porque el 'relaxing' [alisado a base de cremas con productos químicos] tarda mucho en salir del todo". Hace un par de años se mudó con su familia de Baltimore a Pensilvania. Su novio no encontró trabajo hasta que se cortó las rastas. "Fue un choque cultural, nunca lo habían discriminado por eso".](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/HB2WPA3YPFK5REUGBIEODYRMEU.jpg?auth=cacc1c829e9335a7ccc57ddc1e9713f4bb00b877dfaddc7fe6662afaaaaea755&width=414)