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La vida del emperador Akihito, en imágenes Es el primer emperador japonés que abdica desde hace dos siglos. Su reinado, desprovisto del halo de divinidad que tuvieron sus predecesores, deja un legado basado en la defensa del pacifismo y el intento de acercarse a la ciudadanía pese al estricto protocolo que rige la Casa Imperial nipona Akihito nació el 23 de diciembre de 1933 dentro del palacio imperial de Tokio, hijo del emperador Hirohito y la emperatriz Nagako. En la fotografía, Akihito sobre un caballito de madera en mayo de 1935. EFE Como el primogénito de cinco hermanos, Akihito se convirtió automáticamente desde su nacimiento en el primero en la línea de sucesión al Trono del Crisantemo. En la dinastía más antigua del mundo rige la ley sálica, con lo que solamente los varones pueden convertirse en emperadores. En la fotografía, el entonces emperador Hirohito (centro), el príncipe Akihito (segundo por la derecha), y otros familiares posan en los jardines del palacio imperial de Tokio, en octubre de 1939. Casa Imperial de Japón (EFE) Gran parte de la crianza y educación en los primeros años de vida de Akihito fue dentro del palacio imperial. Después asistió a un centro educativo único para la artistocracia imperial. Durante la ocupación estadounidense sobre Japón, tras la Segunda Guerra Mundial, Akihito aprendió inglés con su tutora estadounidense, Elizabeth Gray Vining. En la fotografía, una de las clases privadas de su tutora en 1950. Casa Imperial de Japón (efe) Tras la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos accedió a mantener la figura del emperador, aunque le despojó de sus poderes absolutos. Akihito fue el primero que llegó al trono siendo “símbolo del Estado y de la unidad de la nación”, un título que le impide tomar partido de forma explícita en cualquier cuestión política. En la fotografía, Akihito es coronado como príncipe heredero el 10 de noviembre de 1952. Casa Imperial de Japón (EFE) Akihito conoció a la emperatriz Michiko jugando al tenis cerca de la ciudad de Nagano. Su relación no despertó mucho entusiasmo entre la familia imperial al considerar que Michiko -pese a formar parte de una familia de clase alta- no contaba con el pedigrí suficiente para casarse con el futuro emperador. En la fotografía, el entonces príncipe heredero Akihito conversa con Michiko, tras jugar al tenis en un club de Tokio en 1958. Reuters Finalmente, Michiko obtuvo el visto bueno del entonces emperador Hirohito y se casó con Akihito en 1959. Michiko fue la primera plebeya de la historia de esta dinastía milenaria que logró casarse con un miembro de la familia real y, más tarde, convertirse en emperatriz. En la fotografía, ambos participan en un desfile por las calles de Tokio tras su enlace, el 10 de abril de 1959. Reuters El príncipe heredero Akihito y su esposa, la princesa Michiko, actuales emperadores de Japón, posan con el traje ceremonial tradicional tras el Kekkon-no-Gi, la ceremonia de boda, en el palacio imperial, en Tokio (Japón), el 10 de abril de 1959. Casa Imperial de Japón (EFE) El romance entre Akihito y Michiko fue presentado entonces por los medios como “un cuento de hadas”. La opinión pública asumía entonces que la poderosa agencia que regula la Casa Imperial nipona habría ya seleccionado la novia del futuro emperador entre las hijas de la antigua nobleza de la corte o de alguna de las ramas anteriores de la familia. En la fotografía, el entonces príncipe heredero Akihito y la princesa Michiko, juegan al tenis en un club de Tokio en mayo de 1959. Casa Imperial de Japón (EFE) El primer hijo de la pareja, el príncipe heredero Naruhito, nació poco después del enlace entre Akihito y Michiko. Al ser varón, se convirtió automáticamente en el primero en la línea sucesoria, como le ocurrió también a su padre. En la fotografía, la pareja posa en 1960 con su bebé tras volver a Japón después de un viaje de más de un mes que les llevó a Etiopía, Irán, India y Nepal. AFP Naruhito será coronado el próximo 1 de mayo como el 126º emperador japonés, en una dinastía que se remonta hasta 2.600 años atrás. En la fotografía, Akihito nada con el príncipe Naruhito en el año 1968. En el bote, la emperatriz Michiko y el príncipe Fumihito contemplan la escena. AFP Uno de los mayores avances de la era de Akihito es que, pese al rígido protocolo que rige la Casa Imperial, el emperador trató de mostrarse cercano al pueblo. Durante su reinado visitó todas las prefecturas del país, mientras muchos de sus predecesores apenas habían salido del palacio imperial. En la fotografía, Akihito y Michiko patinan sobre hielo en la ciudad de Sapporo en 1971. AFP El emperador, aunque sin poder político, mantiene múltiples funciones como jefe de Estado en Japón: desde los rituales de año nuevo hasta presidir las oraciones sintoístas, pasando por ejercer de anfitrión ante las visitas de Estado o participar en algunos actos en el Parlamento nipón. En la fotografía, el entonces príncipe heredero Akihito y su hijo, el príncipe Naruhito, mientras observan varias piezas de artesanía de Brasil en el palacio Togu de Tokio, en diciembre de 1982. Casa Imperial de Japón (EFE) Akihito ascendió al Trono del Crisantemo tras la muerte de su padre, el emperador Hirohito. Su era se llamó Heisei, que significa “logro de la paz”. En la fotografía, tomada en noviembre de 1990, Akihito camina hacia un carruaje durante la ceremonia de entronización. AFP El príncipe heredero Naruhito siguió el camino de su padre y se casó también con una plebeya. Masako Owada, que ahora se convertirá en emperatriz. Masako formaba parte del cuerpo diplomático y tenía una carrera prominente. En la fotografía, ambas parejas posan para una fotografía oficial, tras la boda del príncipe heredero. Casa Imperial de Japón (REuters) Foto de archivo de los miembros de la familia real japonesa, con el emperador y emperatriz y sus tres hijos: el príncipe heredero Naruhito, junto al emperador Akihito; su hermano menor Fumihito y su esposa Kiko; y su hermana Sayako (a la izquierda). El bebé es la princesa Mako, hija mayor de Fumihito. Akihito rompió la tradición de aislacionismo del país y como jefe de Estado llevó a cabo numerosos viajes y giras internacionales. En la fotografía, Akihito y Michiko presentan un regalo a la reina Isabel II durante una visita en el Palacio de Buckingham en 2007. Fiona Hanson (Reuters) Akihito es el primer emperador de la historia que viajó a China (1992) o a Filipinas (2016), dos de los vecinos –junto con las Coreas– más afectados por el imperialismo de Japón. En todos sus viajes ha mostrado su arrepentimiento por los crímenes de guerra del Ejército japonés y ha rendido tributo a las víctimas del conflicto. En la fotografía, Akihito cosecha arroz en un campo dentro del recinto del Palacio Imperial en Tokio. AFP Aunque debe medir cada una de sus palabras y gestos porque no puede desempeñar papel político alguno, el emperador ha mostrado su voluntad de que el país reflexione sobre el pasado expansionista del país. En la imagen, parte de la familia del soberano se reúne en 2010 para celebrar el 77 cumpleaños del monarca. Kim Kyung-Hoon (Reuters) Akihito ha visitado las 47 prefecturas japonesas, participado en eventos de ámbito social, viajado en zonas afectadas por desastres naturales y abogado por la protección de los más débiles de la sociedad nipona, a pesar de que casi todo esto rompía el estricto protocolo de la Casa Imperial. En la fotografía, Akihito habla con un niño durante una visita a la escuela infantil Yakumo, en Tokio. AFP Akihito visitó parte de las zonas afectadas por el terremoto y posterior tsunami en la costa noreste del país en 2011, una de las peores catástrofes naturales de la historia reciente de Japón. En la imagen, el emperador habla con los evacuados en un refugio en Minamisanriku, prefectura de Miyagi. Afp Antes de ser coronado, Akihito ya mostró su predisposición a modernizar la institución casándose con una mujer que no procedía de la nobleza, la emperatriz Michiko. Durante su mandato de casi tres décadas ha tratado de imponer algo de modernidad, recibiendo visitas de Estado o felicitando a los japoneses por motivo del Año Nuevo desde el balcón de palacio. En la fotografía, Akihito y Michiko bailan durante una fiesta benéfica en Tokio en 2013. AFP Akihito ha ejercido de anfitrión de numerosos jefes de Estado en sus visitas a Japón. En la imagen, en 2014, junto al expresidente estadounidense Barack Obama. Larry Downing (reuters) En un mensaje televisado en 2016, el soberano japonés mostró su preocupación de que "algún día" se encuentre con dificultades para llevar a cabo su papel de jefe de Estado, algo que "podría tener efectos adversos para la sociedad" nipona. Con el vídeo, mostraba su deseo de abdicar. En la fotografía, varios ciudadanos escuchan el mensaje del emperador en Tokio. Tomohiro Ohsumi/ (getty) La actual ley que rige la Casa Imperial no contempla la abdicación de un emperador en vida, así que el poder legislativo nipón aprobó una ley especial para que Akihito pudiera renunciar al trono en favor de su hijo, el príncipe heredero Naruhito. En la imagen, una fotografía de la familia imperial en 2016. reuters El rey Felipe VI y el emperador Akihito, en 2017, a su llegada al Centro de Prevención de Desastres de la ciudad de Shizuoka para conocer la cotidiana labor educativa y de concienciación con la que se prepara la capacidad de respuesta de la población ante el riesgo de terremotos y tsunamis. Javier Lizón (EFE) La ley sálica que rige la Casa Imperial japonesa solamente permite que los hombres ocupen el trono y provoca que las mujeres pierdan sus derechos dinásticos cuando se casan con un plebeyo. Ha habido intentos de modificar esa ley para garantizar la sucesión, pero el debate se ha pospuesto tras el nacimiento del príncipe Hisahito. En la fotografía, parte de la familia posa durante la fiesta de primavera organizada por el emperador en 2018. GEtty Akihito será a partir de ahora emperador emérito. Se espera que su hijo Naruhito siga con su legado basado en el pacifismo y la cercanía al pueblo nipón. En la fotografía, Akihito y Michiko saludan tras un paseo en una playa cerca de la Villa Imperial en Hayama, en enero de 2019. AFP