9 fotosLas diez tendencias para hombre de los últimos desfiles de MadridLa pasarela Mercedes-Benz Fashion Week Madrid concluye hoy. Hemos seleccionado lo mejor del próximo verano (y también algo para el otoño)ICONMadrid - 16 jul 2018 - 10:02CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceOliva Madrid, última reencarnación del diseñador madrileño Juanjo Oliva, presentó una colección mixta hecha con tejidos elaborados con plástico reciclado. La ropa de mujer podría servir para vestir la alfombra roja de un futuro distópico, y con la de hombre se podría conquistar un glamuroso planeta: un mono de tela azul marino metalizado, combinado con una camiseta negra transparente y botas militares (continúa la colaboración de la marca con Dr Marten’s), resultaba elegantemente industrial. La cuestión es que el cruce de estilos entre militar, marinero y escalador sigue siendo un comodín para el hombre, especialmente desde que Prada lo haya recuperado últimamente a través de su característica tela de nylon negro. Y es una buena noticia: si el mono te parece ‘too much’, el poncho con cremallera en tejido técnico y los botines con suela de goma de Oliva son una muy buena opción para hacerse el uniforme del verano que viene.A finales de la era del ‘grunge’, la moda dio un giro copernicano y fue al reencuentro del glamour setentón, ese de las chaquetas de terciopelo, cuello vuelto y gafas doradas. Esta imagen es la que invoca Alex Miralles, diseñador de hombre de Pedro del Hierro, para este mismo otoño. Pero también introduce formas menos arriesgadas de actualizar el armario este otoño, como invirtiendo en un solo ítem: el jersey de punto grueso oversize. Combinado con una chaqueta bien cortada y un pantalón de vestir, forma una infalible combinación cuando uno quiere ir distinto sin llegar a ir demasiado distinto.Eso es lo que sostienen Alberto Perancho, Alejandro Gallifa y David Méndez Alonso, los fundadores de Outsiders Division, la firma que ganó el premio a la mejor colección del certamen Mercedes-Benz Fashion Talent. Con un casting que incluía a celebridades contraculturales como Brays Efe y Putochinomaricón, defendió la mezcla indiscriminada de colores, patrones, influencias, estampados y prendas, en una apología de la diversión sorprendentemente cohesiva. La moda es para experimentar, y también para pasarlo bien.El pasado mes de mayo, Ana Locking colaboró en un evento dedicado al 'voguing' en el Centro de Arte Dos de Mayo de Móstoles (Madrid) con motivo de la exposición 'Elements of Vogue'. Y mucho de aquel espíritu (incluidos sus protagonistas) sobrevolaba la escena de un desfile-acontecimiento que convirtió la pasarela de IFEMA en un garito improvisado, con 'voguers' internacionales desplegando sus habilidades y una colección de brillo y color desatado que es, posiblemente, la más coherente, eufórica y brillante de Ana Locking en los últimos años. Aunque el protagonismo era para la moda femenina (incluidos varios diseños para mujer lucidos por hombres), también hubo hueco para propuestas como esta, que trazan una línea nítida entre el 'glam', la cultura de club y la sensibilidad 'queer'. No hay límite para el género, y tampoco para el esmoquin.La colección de García Madrid partía de la estética marinera para construir un conjunto de trajes, chaquetas y prendas de sport que, fieles al sello de la casa, daban un giro a patrones clásicos. Aquí, sin embargo, la inspiración marítima adopta derroteros nostálgicos para demostrar que eso de que no se pueden llevar dos estampados de rayas a la vez es una norma para cobardes. La clave está en el ritmo del estampado y en los colores. También en la relajación de los patrones, que en esta colección coqueteaban sin miedo con el caftán y la túnica.Esta es la segunda ocasión en que Oteyza, la firma de sastrería, participa en la programación off de la pasarela, y en este caso repitió sede (DiMad, en Matadero) pero innovó mucho en la forma. Antonio Najarro, el director del Ballet Nacional de España, coreografió una presentación a ritmo de flamenco, de jota e incluso de Orbital que iba como anillo al dedo a una colección íntegramente masculina. Aunque la capa española sigue estando en el corazón de la casa, lo más sorprendente de esta colección fue su forma de entender los trajes clásicos: de formas amplias, con pinzas y aberturas que se despliegan en movimiento, y en una gama cromática mediterránea, con el mostaza y los marrones, que ya son seña de identidad de la casa de Paul García de Oteyza.Roberto Verino acumula a sus espaldas más de tres décadas de sensatez. Por eso colecciones como la que presentó el pasado lunes no prometían grandes sobresaltos, pero sí sutiles sorpresas como esta reivindicación del jersey de ochos en un conjunto casi monocromo basado en las texturas suaves. ¿Otro ejemplo? Esta chaqueta cruzada, en un tejido mate y ligero que desmiente su proverbial rigidez.Shoop es una firma madrileña que acumula una carrera de fondo en esto del 'streetwear' cuyos orígenes se remontan a una época en que muy pocos reivindicaban el poder transgresor del chándal. Por eso la presentación de su nueva colección, en un gimnasio situado en el mercado de Ventas, tenía ese orgullo que consiste en manejar con naturalidad los códigos que todos se esfuerzan en asumir. A la hora de la verdad, sin embargo, más allá de sus prendas futuristas y unisex en tejidos tecnológicos, sorprendió su incursión en el mundo de la sastrería, con trajes de formas deportivas. Es decir, con chaquetas cruzadas que sientan como un chándal y que dejan ver, a través de aberturas y cortes verticales, el forro y las capas inferiores.Especialmente si es una versión estilizada y minimalista como la que presentó Duarte en su colección para el próximo verano, con bolsillos rectangulares concebidos casi como parche en tejidos ligeros y tonos desérticos. La firma madrileña capitaneada por el director creativo Kiko Font hizo toda una oda a la ropa multibolsillo en una colección que se abría con una sahariana para dar paso a una visión relajada de la sastrería. Atención a sus camisas de rayas y a sus gabardinas.