Una boda con una alfombra roja como en Hollywood
La realeza británica y la realeza del mundo del espectáculo se dan la mano en una ceremonia repleta de rostros famosos, la de Enrique de Inglaterra y Meghan Markle
Nunca una boda real se había parecido tanto a una alfombra roja de los Oscar. Y nunca en un enlace de este tipo los invitados provenientes del lado “noble” habían quedado tan eclipsados por los de la parte plebeya. El enlace de Enrique y Meghan simboliza, además de su unión como individuos, la fusión de dos mundos: el de la apolillada realeza británica –que se sustenta en tradiciones y costumbres centenarias– y el de Hollywood. Y eso ha quedado también patente en los invitados que acudieron este sábado a la capilla de San Jorge, donde actores, estilistas y estrellas de Instagram se mezclaron con aristócratas y miembros de la realeza.
De entre todos los A-listers que aparecieron en Windsor –a algunos se los esperaba y otros resultaron una sorpresa absoluta–, George y Amal Clooney –con vestido color mostaza de Stella McCartney y sombrero de Stephen Jones– fueron los más aplaudidos. El estilista capilar Miguel Perez ya había levantado la liebre hace unos días al anunciar que peinaría a Amal Clooney el día de la boda. No está muy clara la relación entre ambas parejas; según una fuente de la revista People, ambas mujeres se habrían conocido “a través de amigos comunes, y su relación se ha estrechado tras el traslado de la novia a Reino Unido”. También tienen en común su activismo en diversas causas humanitarias.
La otra gran power couple invitada fue la formada por David y Victoria Beckham, aunque probablemente eligieron un mal momento para comparecer, justo después de los Clooney, lo que le restó impacto a su llegada. La diseñadora combinaba un vestido azul medianoche de su propia firma –el mismo color que eligió para la boda de Guillermo y Kate–, con stilettos rojos, y el exfutbolista esta vez se había dejado en casa su medalla de la Orden del Imperio Británico; en la anterior boda real fue criticado por ponérsela en el lado equivocado del pecho.
La tenista Serena Williams ya anunciaba desde su Instagram Stories a primera hora de la mañana del sábado que se estaba preparando para la boda de “su amiga”. “Mi amiga se casa hoy, la conozco desde hace muchos años y estoy muy feliz por ella”, afirmaba desde la pantalla de su teléfono. Llegó a St. George's Chapel vestida de Versace y acompañada de su marido, el co-fundador de Reddit Alexis Ohanian. Williams y Markle se conocieron en 2014 e íntimaron al momento, hasta el punto de que la exactriz escribió sobre la deportista en su desaparecido blog The Tig.
Por decisión propia, y a excepción de su madre, Markle no tuvo a su familia a su lado, pero quien sí se presentó en bloque para arroparla fue su familia de Suits, la serie en la que durante siete temporadas interpretó a la abogada Rachel Zane. Gabriel Macht, Jacinda Barrett, Patrick J. Adams, Gina Torres, Rick Hoffman, Sarah Rafferty o Abigail Spencer cruzaron el charco para presenciar al enlace, y algunos de ellos ocuparon asientos en el coro –el lugar reservado a familiares y amigos muy cercanos– durante el servicio religioso.
Tampoco faltó la actriz, productora y cantante Priyanka Chopra, estrella de series como Quantico, Miss Mundo 2000 y embajadora de buena voluntad de Unicef, que apostó por un traje malva a medida de Vivienne Westwood y un sombrero de Philip Treacy. Chopra es una de las mejores amigas de la novia y, el pasado abril, escribía así sobre Markle en la lista de “Las 100 personas más influyentes de la revista Time”: “Este espíritu libre, siempre sonriente, encontró a su príncipe, se enamoró, y logró que un mundo cínico volviera a creer en los cuentos de hadas”.
Aunque Markle prefirió no contar con una dama de honor adulta para no tener que elegir entre sus amigas, la que realizó de facto esa labor fue la estilista Jessica Mulroney, que, junto a su marido, Ben Mulroney (hijo de un exprimer ministro canadiense) forma una de las parejas más poderosas de Toronto. Sus tres hijos formaron parte de la comitiva de pajes y niñas de las flores, y la influencer ocupó en el coro el asiento más cercano a Meghan Markle.
Entre las celebrities más madrugadoras estuvieron Oprah Winfrey, vestida de Stella McCartney, y el actor de The Wire Idris Elba, que llegaron a la capilla dos horas y media antes del comienzo de la ceremonia. Se especula con que la madre de Markle, Doria Ragland, concederá a la famosa periodista una entrevista próximamente. La lista de representantes del showbusiness que se dejaron ver en esta boda real “de Hollywood” se amplió con el actor Tom Hardy; la actriz Carey Mulligan (con vestido floral de Erdem) y su pareja, el líder de la banda Mumford & Sons, Marcus Mumford; el cantante Elton John, que se actuó en la recepción de por la tarde, con su marido, David Furnish; el cómico James Corden o el vocalista James Blunt, que sirvió con el príncipe Enrique en el ejército. Sin embargo, entre los asistentes estaba una persona que pasó totalmente desapercibida para los fotógrafos, pero sin la que ninguno de estos rostros famosos habría puesto nunca un pie en Windsor: la relaciones públicas Violet Von Westenholz. Amiga común de los novios y organizadora de aquella famosa cita a ciegas, fue quien tuvo la feliz idea de pensar que el príncipe rebelde y la actriz activista podrían llegar a gustarse.
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