5 fotos

Los rostros del estrés

Precariedad laboral. Mala organización de las empresas. Sobrecarga de tareas. Y todo lo que el carácter de cada cual aporta al peligroso cóctel. Vivimos estresados. Un tercio de los españoles son víctimas de este mal contemporáneo del mundo occidental. Reconocerlo es todavía un estigma en sociedades que no contemplan la debilidad ni el fracaso. Nos metemos en la piel de personas cuyas profesiones los llevan al límite de sus capacidades. Hemos medido sus pulsaciones durante una jornada. Nadie parece capaz de controlarlas.

Cocina: pulsaciones a 147. Sábado. Diez de la mañana. Empieza la jornada de Manuel Quintana (izquierda), uno de los cocineros del restaurante cordobés El Caballo Rojo. Se pone el delantal. Pulsaciones: 87. Hoy tienen más de 150 reservas durante todo el día. Diez horas de infarto. Llegan los turistas chinos. “¡Marchando las berenjenas a la miel y el rabo de toro!”. Doce fuegos, cuatro freidoras y un horno, a pleno rendimiento. Llega la jefa: “¡Quintana, que falta jamón, hombre!”. Se disparan las pulsaciones: 147. Hasta el descanso.James Rajotte
“¿Eventos? Sí, al aparato”. 14 de diciembre. Deyanira Blanco, coordinadora de eventos de la empresa Beon, tiene 24 horas para organizar el encuentro de Navidad de Volkswagen en un centro de congresos de Barcelona. Su empleo aparece en las listas de trabajos más estresantes, según los expertos. “Hay que reaccionar, tener el plano del lugar en mi cabeza y orquestar el trabajo de mucha gente”. Iluminadores, técnicos de sonido, el decorador, el catering… Todos acatan sus órdenes. Blanco, de 31 años, no se desprende del móvil ni para comerse un bocata, ni para ir al baño, ni para echarse un pitillo. Contiene sus nervios todo el rato. Suele tener la tensión baja. Pero le subirá el día del evento. 15 de diciembre. Una de la tarde. Llegan los 425 asistentes. Pulsación máxima: 102. Empieza la fiesta. El cliente se ha quedado contento. Respira tranquila. En unas horas se irá de fin de semana a un spa de la Costa Brava.James Rajotte
El dinero nunca duerme. Jorge Riopérez, director de fusiones y adquisiciones de KPMG en Europa, Oriente Medio y África, llega a la oficina. Este hombre, de 53 años, gestiona transacciones millonarias. "En este trabajo debes tener un punto de pasión y agresividad", confiesa. Pasa rápido por su despacho y se mete en una reunión con su equipo. “Creo que 2018 va a ser histórico en ventas. Si dormíais poco, preparaos”, bromea. Pulso máximo: 100. A las doce: reunión con un cliente que se alarga hasta las ocho de la tarde. Vuelve a casa casi a las nueve. Si el cliente le deja, cenará con su familia, verá la tele. Y a la cama.James Rajotte
¡La noticia no espera! 27 de octubre. Consuelo Pelegry, editora de Noticias Cuatro, prepara el informativo de la tarde. A las diez de la mañana, la jefa de Nacional le comunica que puede que el Govern apruebe hoy la resolución de independencia. Deja el bocata de pavo a un lado. Tiene 102 pulsaciones. Repasa la escaleta. 14.10. Pelegry, de 50 años, baja al estudio. Empieza el directo. Sigue el debate en el Parlament. “¡Dios, que digan ya el resultado! ¡Quiero meterlo en el directo! ¿Hay o no independencia?”. No le dará tiempo a contarlo. La sesión en el Parlament se alargará una hora más. “¡Qué asco!”.James Rajotte
Marcador del equipo:120 pulsaciones. Lidio Jiménez, entrenador del equipo de balonmano Liberbank Ciudad Encantada. Minuto seis del partido. Expulsan al capitán. Jiménez, de 40 años, estalla. 120 pulsaciones por minuto. El marcador va ajustado. Compiten en casa con otro grande de Primera División: el Helvetia Anaitasuna. Jiménez suda, se suena los mocos, mueve las piernas. “¡Atacad hacia fuera, hostia!”. Pitido final: victoria para los de Cuenca. Las gradas aplauden a su equipo, el orgullo de la ciudad. “¡Esta noche, a tomar un terciaco!”.James Rajotte