El pasado 29 de octubre una mujer siria desplazada de Al-Quta se dirigió a comprar con su hijo. Durante su compra, las fuerzas supuestamente leales al régimen sirio bombardearon la zona causando la pérdida de uno de los ojos de Karim y la muerte de ella. Tras 10 días en el hospital le dieron el alta a su casa, donde la metralla de otro bombardeo le causó heridas en el cráneo. Activistas de todo el mundo lanzaron una campaña en solidaridad con Karim como símbolo del asedio que sufre la región del este de Al-Guta y cientos se unieron a ella globalmente en las redes sociales con el hashtag #SolidarityWithKarim