7 fotosOcho grandes clásicos que tal vez no haya leídoPoemas aztecas y de Tagore, novelas de Gutierre Díaz de Games, Büchner y Sebald... Ocho expertos hacen sus recomendacionesEl País18 nov 2017 - 00:03CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceBreve, alucinada, ambulatoria, esta 'nouvelle' inaugura el linaje de los monólogos enloquecidos del artista que no llega a ser: Georg Buchner usó como personaje a uno de los poetas airados del preromanticismo alemán, el movimiento Sturm und Drang, Jakob Michael Rienhold Lenz, y lo convirtió en una voz: la nouvelle es casi toda ella un monologo que es a la vez una historia clínica, un trance del conocimiento de sí mismo, un baile entre el bosque y la casa, una exposición perfecta del yo fuera de la cárcel de los usos y sentimientos aceptables. Lenz está, por no citar a Melville o a Dostoievski, en el anónimo personaje de 'Hambre' de Knut Hamsun, y a partir de allí, los lectores lo encontrarán en todos los locos, bendecidos, invasivos y menesterosos de la literatura moderna. Hay una ópera, 'Jakov Lenz' (1977-78), de Wolfgang Rihm, en un acto. Este último dato no proviene de mi propia experiencia, sino de la gentileza de una colega, que compartió mi entusiasmo por la evocación de Büchner.Sorprende –y casi escandaliza– comprobar, en una novela escrita y ambientada en el mundo literario londinense de finales del siglo XIX, lo poco que han cambiado las cosas. Con sus agentes literarios, sus talleres de escritura, sus escritores mercenarios, sus autores de «basura de calidad», sus genios que no levantan cabeza, parece escrita ayer. Solo faltan las redes sociales, los blogs y tumblr. El hecho de que no aparezcan y de que, sin embargo, todo nos suene tanto nos lleva a preguntar qué habrán cambiado realmente en el mundo literario las nuevas herramientas tecnológicas. La tecnología en sí, seguramente. Pero al servicio de pasiones (llamaremos pasión a la ansiedad promocional) muy antiguas. Muchas obras que giran alrededor de la carrera de un escritor o artista suelen plantear el clásico dilema entre el genio incomprendido y el mediocre triunfador. Una de las originalidades de 'La nueva Grub Street' es que este dilema está complejamente dilucidado. Ni el genio incomprendido es un genio ni el mediocre triunfador es tan mediocre. Ambos dan la impresión de haber elegido, y con ello, no obstante, de haber desencaminado su indudable talento. Y la dura lección de la novela –bueno, es una novela con lección– es que el mundo literario, y el mundo en general, tiene caminos trazados para todos. Sobre todo para los que se equivocan.Podría recomendar las atractivas enseñanzas de 'El conde Lucanor de don Juan Manuel', cuyo final fecha él en junio de 1335, pero voy a invitar a leer una obra mucho menos conocida que tiene ya huellas de tal lectura: el 'Libro del caballero Zifar', escrito poco antes de 1350. Una maldición cayó sobre la familia del caballero, y él con esfuerzo y constancia logró superarla; estaba casado con Grima, mujer muy inteligente y animosa, que supo valerse por sí misma e incluso fundar un monasterio. Y por si fuera poco, uno de sus dos hijos, Roboán, iba a conocer al emperador que nunca se reía y para saber la razón viajaría en veloz barca sin remos a las islas Dotadas, donde aprendería una lección de vida que nos es muy útil a todos. Fructífera diversión garantizada.Antología esencial para entender el mundo de la América precolombina, editada por el gran estudioso mexicano Miguel León Portillo. A través de los pocos manuscritos que sobrevivieron a las hogueras españolas, y de los informes que los españoles escribieron para demostrar la supuesta superioridad de la cultura cristiana, el lector descubre poemas de una belleza profunda y de una sabiduría admirable. Un ejemplo, de un códice de 1524 conservado en el Vaticano: "Los que leen, los que nos hablan de lo que leen, son los que nos guían, nos muestran el camino".Cuando estudiaba el bachillerato leí –por recomendación de Ramón Barce, que era mi profesor de literatura en el instituto Lope de Vega– dos obras del escritor bengalí Rabindranath Tagore (1861-1941): el libro de poemas 'La luna nueva' y el relato dramatizado 'El cartero del rey'. Rabindranath Tagore fue Premio Nobel en 1913 y sus primeros traductores al castellano fueron Zenobia Camprubí y Juan Ramón Jiménez, en los años en que iniciaban su relación amorosa. Si preguntásemos a los lectores actuales, creo que muy pocos dirían que han leído a Tagore. Para mí, es un clásico que merece la pena recuperar.Es el primer autor de lengua castellana nacido en América con conciencia y voluntad de serlo, combinando su escritura la narración histórica, el apólogo legendario, los fundamentos de geografía física y humana, pero también la confidencia, el recuerdo oral y los incisos autobiográficos, todo ello vestido de un estilo ocurrente, ameno, dotado de palpitante plasticidad y arrolladora potencia verbal. 'La Florida del Inca' (1605) fue la primera de sus tres recreaciones verídicas (“historias noveladas” según Menéndez Pelayo), a la que siguieron los 'Comentarios reales' y 'La conquista del Perú'. Orgulloso de su veracidad pero nunca reacio al énfasis morboso y a la hipérbole humorística, podríamos decir, poniéndonos contemporáneos, que fue el fundador del hoy tan cultivado género de la crónica.'Del natural' es quizá uno de los libros menos frecuentados de Sebald. La primera sección se dedica a Matthias Grünewald, activo en el siglo XVI y autor del famosísimo retablo de la iglesia de Colmar en Alsacia; la segunda a Georg Wilhelm Seller quien acompañó a Vito Bering a descubrir el estrecho de ese nombre, y en la tercera, refiere sus propias experiencias. ¿Un libro de poemas? Sí, pero en él Sebald ya entrelaza y asocia historias de la misma complicada e inexplicable manera que en sus extraordinarias novelas, por ejemplo, 'Los anillos de Saturno'.