10 fotosSeguramente, las diez series más sobrevaloradas de la historiaVivimos tiempos de hipérbole al hablar de las ficciones televisivas. ¿Es verdad que son tan buenas, o exageramos? 26 oct 2017 - 12:35CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEl director David Fincher se llevó un Emmy con este elegante drama político en el que Kevin Spacey nos hablaba a los ojos intimidándonos, haciéndonos partícipes, desde el principio, de ese clima de desasosiego y desconcierto. Lo que parecía una sofisticada propuesta fue agotándose rápidamente hasta convertirse en un extravagante y pretencioso folletín (temporada de transición la llamaron), que, a pesar de seguir acaparando nominaciones, ha sido vapuleado en su última temporada hasta por sus más firmes defensores. El maquiavélico Frank Underwood y su despiadada mujer Claire son dos estrategas que se han quedado solos jugando a la enésima maniobra política, sin un enemigo a su altura.El paradigma de serie de culto, paradójicamente, casi nunca aparece entre las mejores de los 'seriéfilos'. A su creador, David Lynch, no se le pudo negar en los 90 su originalidad y su sugerente y arriesgada puesta en escena. Nada era lo que parecía en aquel pueblo aparentemente tranquilo en el que pasaba de todo. Pero de todo, todo: un enano que hablaba del revés, un gigante profético, un macarra diabólico del más allá... hasta alienígenas, por resumir. Tanta loa al surrealismo provocó que los personajes pintorescos acabasen siendo caricaturas de sí mismos, que ciertas tramas no se cerrasen por rocambolescas o que los diálogos parecieran escritos por un mono drogado. Pero amamos a Lynch y 25 años después nos contagiamos de la nostalgia, ese arma de doble filo, y nos enfrentamos con ganas al 'Twin peaks' de 2017. ¿Y qué pasó? El delirio creativo sigue ahí, no parece tener límites, hoy más incoherente y absurdo que complejo y revolucionario.CordonA Lena Dunham, creadora y protagonista de 'Girls' le viene que ni al pelo el dicho aquel de “dime de lo que presumes y te diré de lo que careces”. Resulta, cuanto menos, chocante, que una niña bien con indisimuladas ínfulas intelectualoides, haga creer a sus jóvenes espectadores que su personaje anda perdidísimo en una sociedad que le hace 'bullying' simplemente por existir. Dunham aprovechó la buscada confusión entre persona y personaje para alzarse como la voz de una generación, pero sin dejar claro a quién representaba. No solo por su evidente egocentrismo (de ser sincera con ella misma habría llamado a la serie 'Girl', en singular) si no porque explotó con descaro su desnudez imperfecta (como si eso la hiciera más vulnerable: pues no). Una pena que sus diálogos se quedaran anclados en una fantasía de adolescente a pesar de cumplir los 30.CordonSe vendió como 'El señor de los anillos' televisivo y, en realidad, es un festín sádico donde la venganza y la ambición funcionan como motor principal de los personajes. Todos son malvados: como si George R. R. Martin no pudiera decidir a quién odia más. ¿La serie con más Emmy de la historia? Uf. Que visualmente sea espectacular (excepto por “detalles” como la espada del chino de Jon Nieve), no compensa su tufillo a culebrón. Las secuencias de acción funcionan como parche habitual con el que contrarrestar la vacuidad de algunos personajes. Los lectores de los libros la desprecian y los neófitos se pierden. El ‘Winter is coming’ ha acabado siendo como aquello de “la salida inminente de la Pantoja de la cárcel”: parecía que nunca iba a llegar. Ojalá que, al menos, alucinemos con la puesta en escena de los últimos capítulos.La auténtica proeza no fue que Nicholas Brody se librase de la sospecha, si no que los fans del personaje hubieran continuado la serie sin él (confirmadas están ocho temporadas, hasta 2019). Recordemos aquel momento en el que no hubo duda, en el que los seriéfilos nos pusimos de acuerdo al afirmar que una miniserie hubiera sido la duración perfecta. Luego, Carrie metió la quinta marcha, y volvió a enganchar a un puñado de fieles de la actriz y de este tipo de ficciones con el miedo terrorista de fondo que recuerdan a otra serie, '24'. Dando giros y más giros, ya no sabías si admirar u odiar a Carrie. Subir a la montaña rusa es gratis, todos arriba. La credibilidad ha terminado por ser lo de menos, en una confusa trama en la que te pierdes una y otra vez.'Big bang theory' es a la CBS lo que 'Los Simpson' a la Fox. Da igual las veces que se repitan sus episodios que la audiencia no cambia de canal. Algo discutible en el caso de 'Big bang theory'. Las primeras temporadas funcionaban, pero ya hace mucho que las tramas se quedaron anquilosadas. Sentías simpatía por esos chavales introvertidos, 'frikis' de lo suyo, unos cerebritos incomprendidos. La vecina guapa y poco espabilada, pero que les daba mil vueltas emocionalmente, tenía su aquel. Pero, ahora, una década después, Sheldon tiene 43 años y sigue vistiendo la misma camiseta de The Flash. Los guionistas se han quedado apoltronados en su zona de confort, y aunque han ido emparejándolos (rompo-vuelvo), siguen siendo aquellos pipiolos de los que es difícil creerse ya sus manías y sus réplicas robóticas.GettyLa etiqueta irrefutable que lleva colgada esta serie carcelaria desde el día de su estreno es su potente y heterogéneo elenco femenino, único en la televisión. Pero que los árboles no te impidan ver el bosque. A pesar de estar catalogada como comedia, entretenida y con brillantes toques de humor, la prisión no deja de nutrirse de momentos de inusitada violencia, que chocan con las acciones rutinarias de unas mujeres que parecen niñas pequeñas, por no hablar de los estereotipos o de esos policías que o son tontos o unos energúmenos. Se aplaude la crítica al sistema penitenciario de una cárcel femenina, pero una cosa es humanizar a estas mujeres y otra edulcorar sus difíciles vidas.Simbólica. Detallista. Exquisita. La crítica aupó este drama 'vintage' en EE UU como no se había visto antes. La fiebre por rescatar lo retro no se hizo esperar. Los elegantes años 60 podían crear, además, un paralelismo con el momento actual. Sin embargo, la reivindicación de una época revolucionaria se vio ensombrecida por las tribulaciones de macho alfa de un hombre blanco insatisfecho. Don Draper pronto se quedó desfasado, su metafórico 'old fashioned' nos dejó de hacer gracia, las lágrimas de cocodrilo ya no colaban. La evolución de los personajes femeninos ganaron terreno, aunque el elevado tono de la propuesta provocase que prácticamente todo se tuviera que leer entre líneas, adivinando siempre, sacando muchas veces poesía de donde no la había. Como la chispa de la vida.Cordon¿Cuál es tu comedia favorita? Si es 'Modern family' no sigas leyendo. Si es 'Friends', como la inmensa mayoría de los mortales, te chocará que 'Modern family' tenga más premios Emmy que aquélla. Los premios no significan nada, como puedes comprobar. Pero menos sentido tiene una serie en la que sus protagonistas actúan siempre igual, provocando la risa fácil, la que no te hace pensar. ¿No hay nuevas comedias televisivas? Claro que sí, pero ninguna presume de hacer humor blanco como ésta. La “familia moderna” nunca lo fue, y ahora menos aún. La latina con curvas que habla mal inglés o la pareja gay en continuo pulso perfeccionista o el padre más infantil que sus hijos han perdido la frescura y repiten sin ton ni son las mismas bromas. Solo sabrás en qué temporada estás porque los hijos han crecido.CordonDigámoslo claro: la tercera temporada de 'Fargo' (la protagonizada por Ewan McGregor, en la foto) ha sido una decepción absoluta. ¿Qué pasó? 'Fargo' ha sucumbido a su propio éxito, como le ocurrió a la segunda temporada de 'True detective'. No es 'Hostal Royal Manzanares', pero le presupones cierto nivel. A una serie que homenajea una película de culto como el 'Fargo' de los hermanos Coen, se le exige primordialmente originalidad, sin perder su guía. No lo consigue. Los actores de renombre deben estar al servicio de la historia (y no al contrario). Ya no funciona como tributo implícito del original. Y el desenlace debe cuadrar todos los aspectos de un puzzle en apariencia complicado. En definitiva: demasiado arroz para tan poco pollo. A ver qué pasa con la cuarta temporada...