El Galarreta de Hernani (Gipuzkoa) ofrece a los turistas una visita guiada para conocer el deporte del remonte. El pelotari Endika Barrenetxea IV hace de guía y muestra las herramientas del juego
William Edmonds, un jubilado londinense, se fotografía con una cesta de remonte.JAVIER HERNÁNDEZLa herramienta de juego es un arco de fibra de carbono revestido con tiras de madera de castaño. Los jugadores profesionales rompen una media de estas cestas al cabo de un año. Juegan un centenar de partidos.JAVIER HERNÁNDEZBarrenetxea IV enseña a Ander cómo se ejecuta el movimiento con la cesta para golpear a la pelota.JAVIER HERNÁNDEZUna vista del graderío del frontón Galarretra de Hernani (Gipuzkoa), prácticamente el único recinto donde se juega al remonte. También se organizan festivales en Huarte (Pamplona) y exhibiciones por capitales españolas como Madrid, Barcelona, Soria, Zaragoza o Gijón.JAVIER HERNÁNDEZUn grupo de turistas durante la visita guiada en el frontón Galarreta de Hernani (Gipuzkoa).JAVIER HERNÁNDEZEstas son las pelotas con las que se juega al remonte. Pesan unos 130 gramos y llegan a alcanzar una velocidad de 230 kilómetros por hora. En cada partido se emplean ocho pelotas.JAVIER HERNÁNDEZEl taller del cestero es un almacén donde guarda las cestas que elabora a la medida de cada deportistas. Cada una de las cestas puede costar unos 600 euros.JAVIER HERNÁNDEZLos corredores de apuestas introducen la papeleta en una pelota de tenis agujereada y la lanzan al graderío para que la coja el apostante. Hubo años en que se llegaban a apostar dos millones de pesetas en un partido.JAVIER HERNÁNDEZEndika Barrenetxea, cuarto de una saga familiar de pelotaris, debutó hace ocho años como profesional y en 2017 llegó a la final del Campeonato individual.JAVIER HERNÁNDEZ
