Un corrector para no discriminar

"Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”. La frase del filósofo Ludwig Wittgenstein es el mantra perfecto de Inclusive, un corrector de textos que se ocupa de señalar posibles usos sexistas del lenguaje en multitud de situaciones, de uso común o más infrecuentes. Javier Hernández, desarrollador informático madrileño de 34 años, se sitúa al frente de este proyecto, en el que trabaja con una experta en usabilidad, una diseñadora, una maquetadora y un creativo, además de contar con colaboradores escritores, editores de textos o filólogos: “Es una herramienta pensada para empresas o personas que quieran limpiar su escritura de expresiones que pueden resultar discriminatorias”.

Inclusive

Fundadores: Javier Hernández, de 34 años.

Estado: Pruebas.

Localización: Madrid.

Ámbito: Lenguaje.

Idea: Plataforma web.

Web: www.inclusiveapp.es

Inclusive, con un sistema basado en inteligencia artificial, puede detectar un amplio abanico de usos potencialmente discriminatorios del lenguaje, un criterio subjetivo en algunas ocasiones. “Por ejemplo, puede cambiar la expresión ‘Los alumnos deben ir al colegio’ por ‘El alumnado debe ir al colegio’, pero nunca la cambiará automáticamente. Solo hace sugerencias [un amplio repertorio con opciones para diferentes niveles de formalidad como el uso de la arroba o la letra x para neutralizar el género] y es capaz de aprender de las preferencias del autor”, explica Hernández. Inclusive también detecta, entre otros usos, determinantes excluyentes, y ofrece sustituir expresiones como ‘el que quiera entender…’ por ‘quien quiera entender’. La aplicación de momento se encuentra en fase de pruebas, haciendo correcciones en textos de diferente volumen.

La idea de negocio de Inclusive es ofrecer un servicio gratuito en el que se revisarían textos cortos y paquetes o suscripciones más amplias para documentos de mayor tamaño o para empresas que quieran incorporar el servicio para todos sus empleados.