16 fotosEl coche eléctrico en EstoniaHace cinco años, el Gobierno de este pequeño país báltico puso en marcha un programa para incentivar estos vehículos. ¿Funciona su modelo? ¿Es exportable?María R. SahuquilloJulián RojasTallin - 29 may 2017 - 20:03CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceHace cinco años, la familia de Ülle Jehe decidió comprar un segundo coche. Supieron de las ayudas del Gobierno estonio para fomentar el uso de los vehículos eléctricos y no lo pensaron dos veces. El Estado cubrió 18.000 de los 39.900 euros que les costó el Nissan Leaf que compraron. "Estamos muy contentos, además el mantenimiento es muy sencillo", dice Jehe, diseñadora gráfica de Tallin.Julián RojasEl programa Estonian Electromobility Programme (ELMO) incluyó también la creación de una red de 'car sharing' gestionada por una empresa pública que se ha vuelto muy popular. Alquilar un 'Elmo' cuesta cada hora unos 3 euros, aunque solo pueden hacerlo personas con documentos de identidad estonios.Julián RojasEn el paquete de medidas para un transporte más sostenible, el Gobierno también añadió tranvías eléctricos y autobuses al parque móvil de Tallin, la capital, donde viven 430.000 de los 1,3 millones ciudadanos que habitan en Estonia.Julián RojasLos coches eléctricos pueden aparcar gratis en distintos sitios del centro de Tallin, una zona de estacionamiento regulado. Además, pueden circular por el carril bus. Dos medidas que forman parte del paquete ELMO.Julián RojasLauri Hussar, director del periódico 'Postimees', necesitaba un coche nuevo. Hizo sus cuentas y se decidió por el eléctrico. "Es razonable, ecológico, tecnológicamente es innovador y creo que este es el futuro de la industria de la automoción", dice. También se benefició de las ayudas del Gobierno. "Además, con las ventajas disponibles para los vehículos eléctricos me ahorro todos los días 15 minutos circulando por el carril bus porque no formo parte del embotellamiento", afirma.Julián RojasEn 2015 ya no hubo subvenciones. Ese año sólo se registraron 35 coches eléctricos para pasajeros, una caída considerable en comparación con los pujantes años en los que existían ayudas públicas. Ese año, en toda la Unión Europea se registraron unos 59.160.Julián RojasDesde julio de 2011 a julio de 2014, cuando el Gobierno decidió poner fin al programa de subvenciones, se otorgaron 657 ayudas económicas de hasta 18.000 euros para la compra de coches eléctricos; la mayoría en 2014.Julián RojasEn Estonia no se fabrican vehículos, así que la patronal del sector es de vendedores. Sulev Narusk, CEO de la Unión de Vendedores de Coches, explica que sin las ayudas económicas públicas, a los ciudadanos todavía les resulta caro un coche eléctrico en comparación con uno de combustión. "Las ventas han caído de forma dramática", dice Narusk.Julián RojasEn Estonia los vehículos no pagan tasas. Los expertos y el 'lobby' de los vendedores afirman que eso lastra el mercado del coche eléctrico, y abogan por gravar aquellos coches que más contaminan. El Gobierno ha intentado aprobar una ley para implantar este tipo de tasas. Sin embargo, debido a la alta oposición, ha tenido que aparcar el plan.Julián RojasMarko Pomerants, ministro de Medioambiente de Estonia, explica que de momento no hay previsto un nuevo paquete de subvenciones. Cree que el modelo del coche eléctrico se ha incentivado ya y afirma que sufragar otro paquete de ayudas a la compra es caro. Sin embargo, afirma que en no mucho tiempo el modelo cuajará y las ventas volverán a crecer. "El objetivo es fomentar un modelo de transporte sostenible", dice.Julián RojasLa red de cargadores nacional suministra de energía 'limpia' a los coches eléctricos. En unos 30 minutos el vehículo puede estar cargado. Jehe carga normalmente el coche en su garaje, donde puede enchufarlo mediante un conector especial. Sin embargo, también usa a veces los cargadores de ABB.Julián Rojas"Los vehículos eléctricos tienen el mayor potencial de reducir las emisiones locales y especialmente en las áreas urbanas", explica Mari Jüssi, una de las mayores expertas en la materia del Instituto de Medioambiente de Estocolmo (SEI). Jüssi explica también que estos vehículos contribuyen a reducir la contaminación atmosférica y el ruido.Julián RojasCasi a la vez que la creación de ayudas públicas, Ermo Kontson alumbró su pionera empresa de taxis eléctricos en Tartu, la segunda ciudad y el corazón cultural de Estonia. Le costó despegar, pero hoy Elektritakso se ha expandido a Tallin y Pärnu. "En 50 años o menos nadie se acordará del petróleo, el futuro son los vehículos eléctricos", afirma Kontson.Julián RojasEl laboratorio estonio ha demostrado que las ayudas públicas funcionan como un respirador para que este modelo de transporte despegue. Sin embargo, sin ellas a los ciudadanos les cuesta. Expertos como Jüssi apuntan que las infraestructuras para que estos vehículos puedan desenvolverse, como la red de cargadores que tiene estonia, es fundamental.Julián RojasEstonia vive otra paradoja que simboliza la realidad en muchos otros lugares de Europa. Debido a su modelo energético, gran parte de la electricidad que produce no es 'limpia', sino que como está generada a partir de petróleo de esquisto ('oil shale'), es muy contaminante. Estonia forma parte de un mercado energético báltico y vende a sus vecinos la energía que le sobra. Para evitar que los coches eléctricos se nutran de ese tipo de energía, los cargadores públicos se alimentan sólo de energía verde. Los propietarios que compraron sus coches con las ayudas públicas firman, además, un acuerdo para garantizar que sólo usan la llamada "energía verde", producida con renovables y un poco más cara.Julián RojasTras el escándalo del caso Volkswagen (también llamado 'Dieselgate'), que trucaba sus coches para sortear los límites de las emisiones, los expertos apuntan a que los usuarios se han vuelto cada vez más conscientes de la contaminación que produce el diésel. Y eso, afirman, está dando impulso al coche eléctrico. Un impulso, dicen, que todavía tiene que apoyarse en ayudas públicas o medidas para ir dejando de lado los vehículos 'sucios'.Julián Rojas