17 fotos18 barrios del mundo que nadie visitaba y ahora no serás nadie si no los visitasEn Londres, en Buenos Aires, en Madrid, en Sidney, en Nueva York... Zonas que han lavado su cara para lucir en 2017ICON06 ene 2017 - 08:14CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceAbundan las galerías de arte, pero más interesante es el famoso arte callejero que se ve en Milwaukee Avenue. Se come muy bien en Longman & Eagle, donde sirven hasta 400 marcas de whisky y nueva cocina americana; arriba, tienen un par de habitaciones por si a uno le apetece quedarse. Es casi imposible conseguir mesa en Giant. La solución: cerca, en Scofflaw, cervezas caseras y cócteles. Texto: Lisa WalkerPocos imaginaban que, una vez terminadas las obras que convirtieron el Passeig de Sant Joan en algo tan agradable como soporífero, la zona alrededor de esta calle en el tramo que atraviesa la Plaça Tetuan se convertiría en la mayor aglomeración de modernidad sensata de la ciudad. Ya no caben más vermuterías en Sant Antoni, ni más tiendas cuquis en Gràcia. Pero aquí aún hay espacio. En la imagen, el Hostel Bed&Bike Barcelona. Texto: Xavi SanchoPor las casas bajas de comienzos del siglo XX la vida siempre ha transcurrido tranquila. A este barrio de artesanos inmigrantes le había valido con un puñado de talleres de restauración de muebles. Pero cuando llegó la moda de lo pasado de moda, algo cambió. Diseñadores, artistas y anticuarios se desplazaron en busca de los trasteros de sus abuelos para darles una segunda vida. Después llegaron restaurantes como Casaluz, galerías de arte y tiendas de ropa vintage. Texto: Antonia LabordeUna pila de contenedores de colores apostados junto al Tajo anuncia la llegada a este barrio decadente que florece. En Marvila no hay nada. Y eso es mucho. La vetusta bodega Abel Pereira da Fonseca, cercana al muelle donde atracaban barcos para cargar vino, es hoy un 'coworking'. Al lado, nacen restaurantes como El Bulo o el Café Com Calma. Aquí todavía se mira la vida pasar. Texto: Mariano AhijadoExiste una barrera infranqueable para los parisinos: vivir al otro lado del Périph, el bulevar que separa la capital y su periferia. Pantin ha desafiado esa norma no escrita. Esta zona de pasado obrero se ha puesto de moda. El periódico 'Le Figaro' la ha llamado el nuevo El Dorado. El galerista Thaddaeus Ropac abrió aquí nueva sede. Los alquileres suben y los restaurantes de comida ecológica se multiplican. Texto: Álex VicenteSituada entre el elegante y caro Neve Tzedek Quarter y la anexionada ciudad portuaria árabe de Jaffa –perpetuo recuerdo de la mala conciencia de la izquierda israelí–, Florentin es un vecindario ‘hipster’ que intenta que no se le note. Las viviendas de nueva construcción amenazan con hacer desaparecer esta zona llena de grafitis, ruinosa, maloliente y llena de vida en la que algunas calles no están asfaltadas y los artistas han ocupado el lugar que antes tenían los obreros. Terrazas, tiendas y talleres aguantan todavía la presión urbanística, aunque la sensación es que se les acaba el tiempo. Texto: Iñigo López PalaciosSkid Row era una zona del Downtown de Los Ángeles tan deprimente que en otras ciudades estadounidenses empezaron a llamar así a sus propias áreas más vapuleadas. Hoy, el centro de la ciudad que jamás tuvo centro es un hervidero de hoteles de lujo, terrazas y restaurantes de moda, museos, galerías de arte y esa cosa tan ajena a la capital angelina: apartamentos. Texto: Xavi SanchoMencione Nueva Jersey a un habitante de Brooklyn y le mirará como si hablara de Chernóbil. Quizás por eso Hoboken (donde nació Frank Sinatra), en la orilla equivocada del Hudson, vive aún una gentrificación razonable: Carlo’s Bake Shop, famosa por un 'reality' sobre tartas con forma de cosas, tiene más poder de convocatoria que las lecturas performativas de Thoreau. Donde hay azúcar blanco hay esperanza. Texto: Carlos PrimoEn Berlín, el círculo se ha cerrado. Barrios como Prenzlauer Berg, Kreuzberg y Neukölln han visto la llegada de jóvenes atraídos por los bajos alquileres que ponen de moda la zona y acaban expulsando a los menos pudientes. Por suerte, aún quedan refugios. Hace años que se habla de Moabit y del cercano Wedding, donde la mezcla de etnias se ve en cada calle. Y pese al cierre del mítico Stattbad, quedan clubs en los que divertirse, como el Humboldthain. Texto: Luis DoncelMatadero, una colección de naves y patios donde se sacrificaban animales hasta mediados del siglo XX, es hoy lugar de exposiciones, conciertos y vida. La vida de Legazpi, un barrio residencial en el extremo sur de la M30 donde coinciden alternativos de tabaco de liar y tercio de cerveza que se dejan caer desde el cercano Lavapiés y modernos que saltan desde Malasaña. El yermo río Manzanares se recorre por Madrid Río y se cruza por los puentes decorados por el artista madrileño Daniel Canogar. Puertas afuera de Matadero surgen restaurantes como Buenas y Santas, cocina argentina casera, o la hamburguesería Costello Río. Y, enfrente, el restaurante de raciones Peña Atlética Legazpi recuerda que la transformación del barrio va partido a partido. Texto: Mariano AhijadoAunque no lo crea, el nombre lo dice todo: Tian’ai lu, la calle del dulce amor. Retiene el aire del Shanghái de antaño, es relajada y atrae a parejas jóvenes que escriben sus nombres en los ladrillos, en uno de los pocos lugares donde está permitido el grafiti. Los alrededores del estadio de futbol del Shenhua se han convertido en imán de comercios alternativos y bares de moda. Texto: Zigor AldamaBrasil es capaz de renegar de cualquier moda extranjera a la vez que la copia: es 'hipster' de corazón. Y lo es de cara en Vila Madalena: las casas de la desaparecida clase media son hoy galerías de arte latinoamericano modernísimo. Tienen las bombillas desnudas y los precios de seis dígitos, pero también están rodeadas de peluqueros de moño y posgrado. Nadie reniega de los 'hipsters' mejor que ellos. Texto: Tom C. AvendañoLos modernos comen guisos tradicionales en Salvo Patria. Toman café en la terraza de Mistral y cerveza artesanal en Statua Rota. Mantiene su esencia universitaria en el Parque de los Hippies, donde los lugareños se visten con una mezcla de bobo parisino y malasañero. Algunos lo conocen como Chapigay. En sus calles los grafitis luchan contra el ladrillo rojo, la enseña de la capital. Texto: Ana MarcosDe barrio a evitar a zona donde estar. Primero abrieron cafeterías como The Rag Land, más tarde llegaron los bares, las galerías y los restaurantes. Cuando el célebre hostelero local Glen Bowditch instaló aquí el fenomenal Three Williams, se certificó oficialmemte que Redfern molaba. El último gran reclamo es The Bearded Tit, un provocador bar con mesas para cenar y estética 'kitsch' cabaretera, cuyo eslogan informa de que el amor es gratis, pero la cerveza no. Texto: Rachel GillEpicentro de la vida cultural y festiva, de noche y de día, como bien indica el nombre de uno de los lugares, el Night & Day Café, un bar noventero que apuesta por bandas pop independientes. En pleno centro de Manchester, el barrio está repleto de pubs y cafés, tiendas de ropa y de discos, como Picadilly Records, que se trasladó a Northern Quarter en 1997, o Vynil Revival, que abrió el mismo año y está especilizada en bandas locales desde los sesenta hasta la actualidad. Y también de locales como el 2022NQ, que además de albergar conciertos, cuenta con mesas de ping pong, o el alternativo Soup Kitchen, donde disfrutar de la mejor música en directo. Como en todo el Reino Unido, sí, pero en Manchester todavía más. Texto: Cesc GuimeràComo si la explosión de Palermo Viejo hubiera dejado una resaca en sus alrededores, Villa Crespo comienza a tomar forma. Detrás de la Avenida Córdoba surgen galerías y talleres, bares y restaurantes, y decenas de centros culturales que arropan la nueva escena canchera de la ciudad. Todo se mezcla entre viejas casas coloniales y el humo de antiguas parrillas en la calle que hipnotizan a los que caminan por la zona. Texto: Pablo Vande RustenCon Manhattan a rebosar, Brooklyn a precios de Central Park y Queens cada vez más 'hipster', el Bronx es ideal para las nuevas tendencias. Con edificios 'art déco' listos para el remozado y unos restaurantes que explotan la diversidad racial (todavía) desde la autenticidad más que desde la pose. El navajazo criminal ya pasó y el sablazo económico todavía no ha llegado. Es el momento. Texto: Mateo Sancho. Fotos: Alamy, Cordon, Getty Images, Instagram, Tomas Quiroga / Luz, Contacto.