4 fotosLas 5 peores películas de Tom HanksCuando todo falla, ahí está Tom Hanks, la quintaesencia del hombre honesto. Ha protagonizado grandes filmes, y también sonoros tropiezos 15 oct 2016 - 15:54CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinBlueskyCopiar enlaceWalt Disney era un señor muy inquietante. Tom Hanks lo sabe, así que su interpretación en 'Al encuentro de Mr Banks' lo insinúa, pero sin pavonearlo. Con su permanente sonrisa y su buen humor, el Walt Disney de Hanks es un retrato amable, pero siempre da la extraña sensación de que el cineasta viene de hacer cosas nazis en su despacho. La intención del actor es interesante, y el conflicto entre la vida privada de Disney y la imagen de creador de sueños que ansiaba transmitir al público puede adivinarse en una segunda lectura. Pero Hanks sabe que debe evocar esa oscuridad sin que la productora de la película (sin ir más lejos, Disney) se dé cuenta. El resultado es una 'dramedia' en almíbar que sugiere que el verdadero peliculón está sucediendo en las escenas que no nos dejan ver.Su tercer romance en pantalla con Meg Ryan (tras 'Joe contra el volcán' y 'Algo para recordar') es este 'Tienes un e-mail', que carecía del encanto y la frescura de los anteriores. Tiene sentido que eligiesen a Hanks para representar la cara amable del capitalismo: interpretó al presidente de un emporio de tiendas de libros que destruye las adorables librerías de barrio. Pero no importa, porque tras arruinar el negocio de Meg Ryan, le dará un rincón en su macrolibreria para que se mantenga entretenida. Hacer que este capitalista sin escrúpulos funcionase como galán no era tarea fácil, así que el actor explotó por primera y única vez en su carrera todos los trucos solventes y jugó sobre seguro. Se limitó a hacer de Tom Hanks.El director, Robert Zemeckis, perdió el norte con los avances tecnológicos y se empeñó en rodar películas con actores reales recreados en 3D. El resultado fue grotesco. Sus universos no eran mágicos como en la animación, ni reconocibles como en la imagen real. Eran feos, tristes e incómodos de ver. Y lo peor es que en esta megalómana empresa (humillada después por 'Avatar') arrastró a Tom Hanks, quien interpreta a seis personajes distintos sin tener demasiada idea de qué demonios está haciendo. Lo más perturbador de la película (que ya es decir) es que conocemos tan bien la cara de Hanks que verle convertido en un muñeco aparatoso nos distraía de la película. Además, si contratas al actor que mejor transmite emociones del mundo, ¿para qué entorpecer su interpretación con efectos digitales?Con 758 millones recaudados, no puede considerarse un fracaso esta adaptación del 'best-seller' de Dan Brown, 'El código Da Vinci'. Sin embargo, Hanks es un error de cásting flagrante. El novelista quería a Russell Crowe, que inspiraba dureza y vigor, dos adjetivos que Tom Hanks ni huele. Su química con Audrey Tatou era insípida, en parte porque ella sólo se esforzaba en convencernos de que no es Amélie. No lo consiguió. El mundo entero la sigue llamando "la de Amélie", y tampoco nos hemos recuperado de la catástrofe capilar que llevaba Hanks en la cabeza. ¿Qué significaba ese visón craneal? ¿Para desenterrar siglos de oscuridad eclesiástica es imprescindible lucir tupé? Como ya conocemos la historia, podíamos pasarnos la película hipnotizados por ese matojo, preguntándonos dónde demonios se supone que le nace el pelo y cómo es posible que no se le caiga entre tanto correr de un lado a otro. Será cosa de un milagro.