El vistazo de reojo que la meretriz, vestida con opulencia, echa a su sirvienta está buscando su complicidad durante el engaño. Esta mirada dice mucho de su salud ocular, de acuerdo con el oftalmólogo Enrique Santos-Bueso del Hospital San Carlos de Madrid: la muchacha padece una hiperfunción del músculo oblícuo inferior izquierdo. "Algo que comúnmente se conoce como estrabismo”, explica el médico, que lleva años analizando la salud ocular de los personajes de grandes obras maestras de la pintura europea.Kimbell Art Museum (Texas, EEUU)La figura del ciego de la zanfona aparece en tres obras de La Tour. Este instrumento de cuerda, ya en desuso, fue muy popular durante siglos en toda Europa. Los ciegos gozaban de ventajas frente a los demás músicos ambulantes; podían elegir los espacios más céntricos y concurridos como las plazas y las puertas de las iglesias. Allí obtenían mejores limosnas. Esta pintura, que pertenece a la colección del Museo del Prado desde 1991, fue realizada entre 1610 y 1630.Museo del PradoEl músico podría sufrir un descenso permanente del párpado ('ptosis secundaria') además del hundimiento del globo ocular (enoftalmo), afirma Santos-Bueso, al margen de que su invidencia sea cierta. Este tañedor de zanfona se parece al ciego de 'La riña de los músicos' del Getty Center de Malibú (Los Ángeles), en la que un personaje presuntamente ciego que forcejea con otro músico que trata de demostrar que finge la invidencia, para conseguir privilegios ante los demás mendigos.Museo del PradoEl músico de la izquierda, que lleva una zanfona, se defiende con un cuchillo del ataque de otro (en el centro) que intenta golpearle con una chirimía (instrumento musical precursor del oboe) y exprime un limón hacia los ojos de su contrincante para comprobar si la ceguera es real o figurada. "Si rechaza que el otro músico acerque le el limón, podría estar fingiendo la ceguera", afirma el Enrique Santos-Bueso. El origen del altercado podría estar en una disputa por el sitio donde tocar: los ciegos pedían en zonas más transitadas para obtener limosnas más cuantiosas. El invidente de esta pintura presenta los mismos síntomas que el ciego de la zanfona del Museo del Prado: un descenso permanente del párpado ('ptosis secundaria') y hundimiento del globo ocular (enoftalmo).Paul Getty MuseumEl músico podría parecer el síndrome de Brueghel, un trastorno que provoca espasmos prolongados, y a veces dolorosos, en los músculos faciales. Sus principales síntomas son la contracción involuntaria de los párpados (blefaroespasmo) y de la boca y el cuello (distonía oromandibular). Esta condición no impedía que el músico se ganase la vida con la zanfona, uno de los instrumentos favoritos de los músicos menesterosos. "Se vestían con sus mejores ropajes para atraer la atención y propiciar la limosna", apunta Adeline Collange-Perugi, conservadora del Museo de Bellas Artes de Nantes. Por debajo de la zanfona, sobre un pliegue de la capa, se posa una mosca.Museo de Bellas Artes de NantesUn joven ricamente vestido es saqueado por varios ladrones mientras una vieja gitana lee la fortuna en su mano. El tema de esta escena de La Tour, cargada de teatralidad, fue muy popular durante el siglo XVII entre los seguidores de Caravaggio. Al igual que las pinturas del tramposo del as de tréboles, el artista francés presta atención al vestuario pintado al detalle y al juego de manos y miradas entre los personajes.Metropolitan Museum of ArtLa ladrona del centro de 'La buenaventura' vigila al joven rico mientras registra sus ropajes. De acuerdo con Enrique Santos-Bueso, oftalmólogo del hospital San Carlos de Madrid, la separación entre los ojos de la joven es más amplia de lo normal. Esta característica se conoce en medicina como telecanto. Además, la muchacha parece sufrir un ligero estrabismo.Metropolitan Museum of ArtEl joven rico, víctima del robo, padece los mismos problemas oculares que la ladrona, aunque en menor medida: una separación de las cuencas oculares mayor de lo normal (telecanto) y un desequilibrio en la alineación de los ojos (estrabismo).Metropolitan Museum of ArtHace algo más de diez años nadie sabía que 'San Jerónimo leyendo una carta' era del maestro lorenés. El cuadro permaneció durante siglos sin ser acreditado a su autor hasta que en 2005 el catedrático y patrono del Prado José Milicua llevó a cabo la atribución junto al exdirector del Louvre Pierre Rosenberg. Actualmente se encuentra expuesta en el Museo del Prado como cesión del Ministerio de Trabajo.Museo del PradoLos lentes de San Jerónimo, uno de los padres de la Iglesia Católical, revelan que padecía presbicia. "Esos quevedos sin patillas se ajustaban a la nariz y acababan dando mucho dolor de cabeza. Seguramente por eso las lleva en la mano", apunta el oftalmólogo Enrique Santos-Bueso.Museo del Prado
