11 fotosReencuentros en NigeriaEl CICR consigue reunir con sus familias a cuatro niños desplazados por la violencia en el país africanoJesús Serrano Redondo10 feb 2016 - 11:12CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlace"Regresamos a Nigeria en agosto. Sin noticias de nuestros padres, no teníamos modo de contactar nuestra abuela, Maryam, que vive en Maiduguri", dice Yussuf. Los hermanos Chiroma conocieron a Ibrahim Mustapha en el campo de desplazados internos en Yola. Los niños proporcionaron suficiente información a la Cruz Roja para iniciar la búsqueda de sus seres queridos.JESÚS SERRANO REDONDO (CICR)"Cuando vi a Ibrahim, sentí que quería llevarlo de nuevo en mi espalda como cuando era un niño. No tengo palabras suficientes para agradecer a la Cruz Roja la ayuda para encontrar a mi hijo", dice Hafsat Mohammed, la madre de Ibrahim.JESÚS SERRANO REDONDO (CICR)"Todavía estoy sufriendo por la falta de noticias de mi hijo, su padre, pero ahora sólo tengo lágrimas de alegría porque mis nietos están de vuelta a casa", dice Maryam, aquí sentada con Hafsat y una tía de Ibrahim. En abril de 2014, Ahmed y Yussuf Chiroma, hermanos de 12 y 11 años respectivamente, cursaban sus estudios en una escuela de Kousseri, Camerún, cuando la violencia armada alcanzó Kumshe, su ciudad natal en el noreste de Nigeria. Descubrieron que sus padres habían huido y desde entonces no han tenido señales de ellos.JESÚS SERRANO REDONDO (CICR)Los cuatro hermanos Chiroma; su abuela, Maryam, junto con Ibrahim Mustafa, su hermano recién nacido y su madre, Hafsat, se ponen al día en un vehículo del CICR después de su reencuentro. Tras meses de incertidumbre, finalmente volvían a casa juntos.JESÚS SERRANO REDONDO (CICR)El conflicto armado hizo que Maryam perdiera el contacto con sus cuatro nietos durante casi dos años. "Estoy muy feliz de tenerlos de vuelta en nuestra comunidad y verlos jugar en las calles", dice Maryam.JESÚS SERRANO REDONDO (CICR)"Cuando sea grande, yo también quiero ayudar a otros niños a encontrar a sus familias", dice Yussuf con su sonrisa constante.JESÚS SERRANO REDONDO (CICR)Bakura y Foke Chiroma, de 18 y 15 años respectivamente, fueron repatriados de Camerún en agosto. Encontraron a sus hermanos menores, Yussuf y Ahmed, en Mubi pero perdieron contacto de nuevo cuando fueron llevados a un campo de desplazados en Maiduguri. "Un amigo me dijo que debía informar de nuestros hermanos desaparecidos a la Cruz Roja para que nos ayudaran a encontrarlos y a nuestra abuela también", dice Foke. JESÚS SERRANO REDONDO (CICR)Debido a la tensión de no saber dónde se encontraba su hijo primogénito, Hafsat dio a luz a su bebé algunas semanas antes de salir de cuentas. "No puedo decir lo aliviada que me sentí cuando vi la foto de Ibrahim", dice Hafsat. "Mi hijo estaba vivo y después de todos estos meses de ansiedad, por fin conocía su paradero".JESÚS SERRANO REDONDO (CICR)"Estaba muy triste, pero seguí rezando por Ibrahim todos estos meses, con la esperanza de que me llamaría un día para decirme que estaba vivo y de camino a casa para conocer a su nuevo hermano", dice Hafsat.JESÚS SERRANO REDONDO (CICR)Con 12 años, la aldea de Halima Hauwa fue atacada y ella tuvo que pasar un año viviendo en las montañas. Después pasó otros doce meses en un pueblo de la frontera con Camerún, pero un nuevo ataque le hizo huir de nuevo al país vecino.JESÚS SERRANO REDONDO (CICR)En el campo de refugiados Minawao en Camerún, Halila pudo de enviar un mensaje a su tía, Aisha Baha, que vive en Maiduguri. "No podía creer que hubieran encontrado a mi tía. Pero fue aún más sorprendente cuando me dijeron que iban a llevarme a su casa", recuerda Halima.JESÚS SERRANO REDONDO (CRIC)