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Vivir en la ciudad que quiere evitar el ‘efecto llamada’ Hong Kong, una de las urbes más ricas del mundo, quiere evitar que los pobres y excluidos se instalen en la ciudad, prohibiendo a los refugiados realizar cualquier tipo de trabajo Hong Kong, una de las ciudades más ricas del mundo, quiere evitar un “efecto llamada”, prohibiendo a los refugiados realizar cualquier tipo de trabajo. G. DIAZ Un grupo de refugiados se manifiesta a las puertas del Departamento de Inmigración de Hong Kong, reclamando el derecho a trabajar que hasta el momento se les deniega. G. DIAZ Abdul vive en esta habitación de 15 metros cuadrados situada en un barrio de chabolas, tras haber sido encarcelado año y medio por trabajar como pinche de cocina. G. DIAZ Alrededor de 20 personas comparten espacio en este ‘slum’, todos ellos refugiados solicitantes de asilo procedentes de Pakistán, Indonesia, Kenia, entre otros países. G. DIAZ Decenas de refugiados, entre ellos niños, utilizan este espacio como lavabo, un agujero en el suelo que es guarida de ratas y cucarachas. G. DIAZ En enero pasado, el incendio de una chabola provocó la muerte de un refugiado proveniente de Sri Lanka. La actuación de la ONG suiza International Social Service, intermediaria entre el Gobierno y los solicitantes de asilo, es cuestionada por la Unión de Refugiados. G. DIAZ La ONG local Vision First estima que hoy por hoy existen cerca de 60 barrios de chabolas a las afueras de Hong Kong, en lo que fueran granjas de pollos o cerdos. G. DIAZ