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Tentaciones
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Esas festivaleras llamadas Hinds

La banda madrileña ha recorrido el mundo de festival en festival durante el último año. Antes de que lleguen a Dcode, nos cuentan su top 10 de experiencias dentro y fuera del escenario

1 - Bailar el limbo con el cordón policial en el FIB (Benicàssim)

El amor que tenemos a Benicàssim es inexplicable. Llevamos yendo desde que tenemos cada la mayoría de edad (o no), y lo tenemos bien tatuado en el corazón. Sencillamente, nos es imposible irnos del recinto antes de que cierre, así que cada noche, o cada mañana mejor dicho, nos tienen que echar. Aunque tampoco penséis que nos lo tomamos con mal humor, ja ja ja ja.

2 - El Burgerama (Santa Ana, California)

O "cuando dimos un concierto para cientos de menores de edad completamente colocados y con ganas infinitas de destruir, volar y subir al escenario DUCHADOS directamente en sudor y ácido". Carlotta acabó haciendo crowdsurfing con la guitarra… Ja ja ja… fue la hostia.

3- Glastonbury (Glastonbury, Reino Unido)

O "cómo dar un concierto a las 12 de la mañana en uno de los escenarios principales para unas 5000 personas habiendo dormido 2 horas de los nervios". De verdad, de verdad, no os imagináis qué nerviosas estábamos la noche anterior. Lo intentamos comparar con alguna sensación anterior y sólo se nos ocurría la noche de antes de selectividad, que sabes que lo llevas bien preparado, pero nunca sabes lo que va a caer. Ese tipo de nervios que estamos todas en silencio sin poder hablar, sin poder dormir, comiendo techo en las camas de motel... Para que luego el bolo acabe siendo increíble y se pase rapidísimo y te queden 3 días de tienda de campaña, botas de agua y todos los grupos del mundo concentrados en 50 escenarios.... Para acabar bailando bachata en un escenario que se llamaba GLASTOLATINO. Ja ja ja.

4- El SXSW (Austin, Texas)

o "cómo morir en cada escenario". Dimos 16 conciertos y 3 sesiones en 4 días. Fue una especie de maratón, un test de resistencia, una de las pruebas del Cáliz de fuego de Harry Potter. La penúltima noche estábamos ESTALLADAS, bebiendo un café gigante antes del último concierto que era como a las once de la noche. Esa noche era el cumpleaños de Ade, nuestra bajista. A mitad del concierto paró e hizo el discurso más emotivo que jamás ha dado Hinds; contó en el micro que hacía justo un año, en su anterior cumpleaños, Ana y Carlotta le regalamos ese bajo con el que sigue tocando para que entrase en la banda. Entre el cansancio, la lluvia, el calor, acabamos todas llorando pero sin dejar de tocar como buenos soldados. Fue precioso, estoy segura de que alguien del público también lloró. Ja ja ja.

5- HYDE PARK con The Strokes (Londres, Reino Unido)

O "que baje dios y lo vea". Madre mía, vaya día. Como si alguien hubiera cumplido todos nuestros deseos y los hubiera apelotonado en 24 horas. Aclaro: somos fans de los Strokes a niveles muy raros. O sea, no es fans incondicionales, sabemos perfectamente las razones por las cuales les admiramos casi más que a nadie, son genios para nosotras. Llegamos en Metro a Hyde Park y, según entramos a la zona de artistas, nos cruzamos con: Nick Valensi, Albert Hammond Jr., Bobby Gillespie y Alex Turner. ¡Dioooooos!. No iban todos juntos claro, a ver si me estoy explicando mal, ja ja ja. El caso es que nos empiezan a temblar las piernas y bendito "idioma secreto" que es el castellano y que podemos hablar entre nosotras sin que nadie nos entienda. Saludamos a Bobby, que es el único que es amigo de todos esos, para irnos integrando un poco en el ambiente (mini punto para Hinds) y empezamos a beber (cuidado, 2:00 pm) para la misma función anterior. Resumiendo, que si no me paso de tiempo: dimos un BOLAZO, los Strokes dieron otro BOLAZO, estuvimos bebiendo con Albert, no sé muy bien cómo ni por qué pero acabamos de fiesta en el mismo pub que todos los artistas (rollo el piso de abajo de La Vía Láctea de Madrid, para que tengáis imagen en la cabeza), enseñando el calimocho a todo el mundo, ja ja ja. Qué maravilla de día y de noche.

6- El Outside Festival (Paris, Francia)

Nuestro primer festival del mundo mundial... Pequeñito, súper bien cuidado, hippie hasta las entrañas, con niños correteando por ahí... Lo emitieron en directo desde YouTube mientras lo grababan en VHS y lo iban montando sobre la marcha con cortinillas de triángulo y de estrella, todo muy setentero. Nuestras familias, emocionadas mirando el ordenador en Madrid, descubriendo que cuando salimos de casa DE VERDAD salimos a hacer música, ja ja.

7- Secret Garden Party (Reino Unido)

O "me cago en la mar SE SUPONE QUE ESTAMOS EN VERANO". El festival más lleno de FANGO al que hemos asistido jamás. 24 de julio, 9º, viento frío cortante, lluvia agresiva y un escenario al aire libre. Sacando vaho al cantar, viendo óomo se llena el recinto y nos calentamos con el publico.

8- Hoteles de carretera (cerca York, Reino Unido)

O "por dios quiero ver a más de las cuatro caras que ya conozco". Creo que algo que nadie se para a pensar es dónde duermen los artistas después de tocar en festivales. En España suelen existir hoteles relativamente cerca (y ridículamente caros); pero en Europa, el hecho de que los festivales sean tan grandes implica que estén en medio de la nada. Así que te quedan dos opciones: o duermes en tienda de campaña (que nos encanta) o, si tienes que irte a tocar al día siguiente a otro lado, en un hotel de carretera. Oh sí. En esto tenemos un máster ya, pero la última vez ha marcado un antes y un después en la historia de Hinds. York, día de lluvia (qué raro), frío. Llegamos al motel a las vergonzantes 6 de la tarde. Sin más compañía y/o entretenimiento que nosotras mismas. Charlas (porque charlamos muchísimo), lo intentas, te echas unos pitis... Dos de nosotras se van a la cama a las DIEZ Y MEDIA DE LA NOCHE. Las otras dos acaban jugando al PUB QUIZ hasta las dos de la mañana gastándose el dinero de la comida del día siguiente, ja ja ja ja. Está claro que no todo es rock and roll.

9- Paredes de Coura (Portugal), concierto de los Black Lips

O "cómo montarte un grupo para conocer a todos los grupos que te gustan". Siempre hemos tenido esta gracia interna, de verdad que no sabes cuánto de fans somos de los grupos, la música, los directos y demás. Aún no nos creemos que podamos estar en el backstage de cualquiera de los grupos que nos apasionan, y mira que ya son veces. El año pasado, en el Paredes de Coura, Carlotta y Ana luchamos a garra y sangre para estar en primera fila en el concierto de los Black Lips, uno de nuestros grupos favoritos de siempre. Teníamos preparado un vinilo con nuestro primer single, firmado y con nuestros números de teléfono por si salían luego de fiesta. Habíamos oído que ellos andaban preguntando por ahí por nuestro grupo, así que era ahora o nunca. En medio del concierto, cuando el bajista nos miró y saludó, le tiramos el vinilo al escenario, donde se quedó luciendo todo el concierto. Tres meses mas tarde, teloneándoles en Londres, nos dieron las gracias por el vinilo, y nos dijeron que intentaron llamarnos toda la noche, pero que les daba sin señal... Maldita cobertura de festivales.

10- Matua Session, Bestival (Isla de Wight, Reino Unido)

O "dormir debajo de una mesa cubiertas con sacos de patatas ¡PERO TENER UNA PULSERA DE ARTISTA!" Este fue el primer festival importante que hicimos. Habíamos visto fotos de lo enorme que era, la cantidad de escenarios, gente disfrazada, atracciones, puestos de comida y todo el bizarrismo que te puedas imaginar. Bien. Por aquel entonces obviamente no teníamos ningún tipo de persona encargada de ayudarnos en las giras. Para que te hagas una idea, nos pagaron 150 libras, lo cual se fue en el vuelo de una de nosotras, o en el autobús al salir de la casa en la que nos quedábamos, o en el ferri que hay que coger para llegar a la isla, el taxi del puerto al festival, la comida, LA BEBIDA, etc. En fin, ¡que como para pagar a nadie! Llegamos al festival, emocionadísimas, y vimos el escenario en el que tocábamos... una especie de cabaña de madera de vinos (???), inclinada rollo que te desequilibrabas, y a un extremo del festival. Era tempranísimo, el escenario crujía a cada paso que dábamos, tuvimos que encontrarle otra guitarra a Carlotta porque le dejó de sonar, un pedal de bombo para Amber porque no le cabía en la maleta... Toda una serie de catastróficas desdichas para acabar durmiendo en un cubículo de fabrica de metal, detrás de dicho escenario, congeladas de frío, en el suelo, pero felices con nuestra primera pulsera de "artista".

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