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Porque lo digo yo
Columna
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La importancia de ser Pilar

Es un gesto de despedida de la era Obama incorporar una empleada transgénero

Boris Izaguirre
Pilar Rubio, Sergio Ramos, su hijo y Florentino Pérez.
Pilar Rubio, Sergio Ramos, su hijo y Florentino Pérez.Miguel López

Exactamente el mismo día que se anunciaba la llegada de la Viagra femenina, Sergio Ramos rubricaba su permanencia en el Real Madrid. Pese a estar acompañado por Florentino Pérez y su hijo, la verdadera protagonista de la proclamación fue su esposa, la estrella de televisión Pilar Rubio.

El fútbol también está compuesto de parejas. Los Beckham, Shakira y Piqué y los Ramos-Rubio. Unos se coronan y otros cometen errores. Lo que ha sucedido esta semana con Gerard Piqué, por dirigirse a la madre, la familia y los muertos de un técnico repercute también en Shakira, esposa y madre de sus dos hijos. Shakira ha declarado, antes que su marido se desmadrara, que se encuentra en sequía creativa y no habrá nuevo álbum hasta dentro de dos años. Tiene un buen listado de clásicos en su haber que le permite hacer eso que hombres y mujeres soñamos, lo que le dé la gana. Piqué, no tanto, va a tener que aprender a controlar su temperamento definitivamente.

Con parejas así, es bastante cursi que a la Viagra femenina la tiñan de rosa. No seremos una sociedad sexualmente liberada mientras mantengamos esta bobada del azul para los niños y el rosa para las niñas. No hay nada más sexi que un caballero vestido de rosa. Y nada más elegante para una dama que el azul marino. Quizás porque tiene recursos en todos lados, Pilar Rubio escogió para la proclamación de su marido un ajustado vestido imperio en vainilla y añil, un auténtico cruzado mágico de la Cleopatra de Liz Taylor con la rigidez de la esposa del Cesar. Sentados en una primera fila espectacular, Pilar crecía a cada respiración, Sergio se sentía Marco Aurelio y Florentino por fin parecía entender que hubiera sido una gran equivocación perderse ese momento. En un equipo que ha visto a Victoria Beckham y a Irina Shayck llenar de glamour y malas caras muchos fines de semana, tener una pareja tan racial como la de Pilar y Sergio, es un triunfo inesperado. Una buena noticia y también un nuevo poder.

En muchas maneras Pilar Rubio es parecida a doña Letizia. Ambas han despuntado en la televisión. Letizia en un plano más ortodoxo, Pilar jugando con el entretenimiento y sus aristas: el cotilleo y la chanza al famoso. Hasta que ella misma se convirtió en una famosa y cuando fue contratada por Telecinco, en una estrella. Se crearon formatos para ella (una serie sobre piratas), se adaptaron formatos, Mira quien baila, presentado por ella en la edición que ganara Belén Esteban (pese a que Edurne bailaba mejor pero carecía del tirón mediático, como le gusta decir a Carmen Martínez Bordiú). Y también se le adjudico un programa, Operación Triunfo, que el público decidió no le ajustaba tan bien como el portentoso vestido de este lunes. No debió ser fácil para una diva tan hermosa y sesuda encontrarse sin proyectos. Ideó una línea de ropa al mismo tiempo que guardaba silencio sobre su futuro, como una Penélope moderna. Y de repente, empezó a salir con Sergio. La pareja llegó a una sorda competencia de fibra muscular y óptica, con Iker y Sara, que parecían más establecidos mientras Pilar y Sergio agradaban por resultarnos más periféricos y rebeldes. Y ahora ocupan su lugar. Poco a poco Pilar aprendió a ser esposa de futbolista. En la grada donde Pilar es Cleopatra y Sara Montiel, uno intuye que la gran estratega de la paz entre Florentino y Sergio,es ella. Igual que Felipe y Letizia, los RR trabajan en equipo de cuatro piernas espectaculares, gestionando una diplomacia demoledora: la belleza y sagacidad de ella, la testosterónica honestidad de él.

Las parejas de modelos y deportistas representan eso a lo que un joven puede aspirar: familia, trabajo, éxito y dinero. Aunque poco a poco ganan más terreno las historias de superación transgénero. En la Casa Blanca están muy emocionados esta semana porque han contratado una mujer nacida varón para su equipo, Raffi Freedman-Gurspan, una conocida activista. A veces, hay que recordar que la transexualidad ha estado asociada a mayor marginalidad que otras variantes sexuales porque no se trata de orientación sexual sino de identidad. Es un gesto de despedida de la era Obama incorporar una empleada transgénero. Quizás Raffi pueda aspirar a enamorar un atleta de elite, como el propio Bruce Jenner, ahora Caitlyn y la figura más popular en Estados Unidos tras su reasignación de género. Todo puede pasar en una sociedad que quiere ser cada vez más justa. Keanu Reeves, sueño erótico de muchos, también acaba de formalizar su relación con una actriz transgénero, Jamie Clayton. Un mundo que cambia y en el que, afortunadamente, Pilar y Sergio permanecen tal y como son.

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