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Tentaciones
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Hot Chip, los supervivientes ‘nerd’ del pop electrónico

La banda londinense se resiste a que los focos se alejen de ella a pesar de su longevidad

LCD Soundsystem se separaron hace ya cuatro años, The Rapture no han dejado muy claro si continuarán y otros coetáneos suyos, Hot Chip, con quienes comparten el gusto por hacer bailar a la gente con música desenfadada pero con un toque de clase, se resisten a morir después de tres lustros de carrera, seis discos a sus espaldas y una competencia feroz en la forma de grupos como Totally Enormous Extinct Dinosaur, Django Django o Ghost Culture. Donde otros notarían un desgaste evidente por el paso del tiempo, los londinenses continúan fuertes como un roble. Hace poco más de un mes entregaron su nuevo álbum, Why Make Sense, que más o menos la crítica ha aplaudido de manera unánime y en el que, sin desviarse demasiado del camino que han seguido en los últimos tiempos, han aportado ligeros retoques a su fórmula de pop electrónico que no hace ascos a absolutamente ningún género de baile que se precie.

La semana pasada tocaron en Sónar, un festival que siempre les llama cuando puede, pero esta vez por partida doble (como una de sus canciones más conocidas, por cierto, Night and Day). Aprovechamos la ocasión para charlar con ellos poco rato antes de subirse al escenario el jueves para que nos contasen un poquito en qué punto se encuentran, qué es lo que más les preocupa de este mundo y qué rutina tienen antes de sus conciertos (atención, porque hay sorpresa con la música que escuchan). Aparece con unas cangrejeras el irreverente vocalista Alexis Taylor, que aunque algunos compañeros periodistas advirtieron que es más arisco de lo que pinta sobre el escenario, se le vio serio, sí, pero también distendido y amable, y Owen Clarke, guitarrista, bajista y teclista. Charlamos un cuarto de hora, pero bien podríamos haber echado la tarde ahí.

Lleváis quince años de carrera y seis discos. En todo este tiempo habéis probado con casi cualquier género de baile imaginable. ¿Alguna cosa que hayáis echado en falta en el pasado y que os gustaría probar en el futuro?

Alexis Taylor: No creo que lo concibamos del plan ir tachando de la lista una serie de géneros, simplemente cambia todo el rato lo que nos interesa hacer musicalmente. No se me ocurre nada que queramos hacer en el futuro, ni las preocupaciones que tendremos en el próximo disco. Históricamente hemos hablado de hacer discos muy diferentes, a veces alguno más calmado, otras veces más basado en las canciones y menos electrónico. No escribimos nada del material hasta que vamos al estudio, nos ponemos con nuestros instrumentos y vemos qué ocurre. Hay distintas maneras de hacerlo, pero no se me ocurre ningún estilo de música que hayamos pensado cómo es que no lo hayamos hecho antes. Ya sabes, un disco de country, un disco de música clásica…

Owen Clarke: Supongo que en el estudio nos preocupamos de no sonar como en otros discos, hacer las cosas que nos interesen más en ese momento. Pero sí, no es que echemos en falta ningún género.

¿Sería correcto decir que este es vuestro álbum más maduro hasta la fecha? Por lo menos así se percibe a través de las letras.

AT: No sé, la gente lo dice cada vez que sacamos un disco. Sobre todo cuando sacamos One Life Stand, que todo el mundo decía que era el más maduro y lento. Quizá es difícil no sonar más maduro cuando te vas haciendo mayor y sacas nuevos álbumes. Es algo que surge naturalmente.

OC: Quizá es porque empezamos desde un punto muy juvenil, en el que muchas personas pensaban que éramos una banda de broma. Nos hemos ido alejando de eso progresivamente, pero aún seguimos teniendo letras estúpidas. Bueno, quizá no estúpidas pero que tocan temas extraños. Y, vaya, queremos seguir siendo divertidos y con mucha vitalidad. Creo que hay espacio para la diversión y la madurez al mismo tiempo. Nos movemos entre esos dos terrenos.

Me resulta curioso que digas que tenéis letras estúpidas porque os iba a preguntar sobre uno de mis versos favoritos, el del tema titular: “¿Por qué ser lógico cuando el mundo alrededor rehúsa serlo”. ¿Cuáles son los problemas del mundo que os preocupan más?

AT: La gente que mata, las personas que son abusadas, el terrorismo, el hambre…

OC: …la guerra. En definitiva, todo.

AT: Sí. Soy muy serio cuando te digo estas cosas, hay demasiadas cosas que están mal en el mundo, pero también hay muchas cosas que están bien. Esta canción no dice específicamente: ‘Oh, dios mío, el mundo es un lugar terrible’. Se refiere más al hecho de que es difícil encontrar lógica en el mundo que te rodea y que no tienes que buscar la lógica todo el rato. Quizá las cosas no tienen que tener sentido.

Ya estáis todos en la treintena, Alexis, tú eres padre, Owen, no sé si tú también…

OC: Oh, no. Voy a negar cualquier paternidad a no ser que me hagan pruebas de ADN. (Risas).

…así que, ¿cómo es esto de llevar una vida familiar y al mismo tiempo dar vueltas por el mundo y hacer que la gente se vuelva loca?

AT: Bueno, no es que seamos la primera banda en tener familia. No son cosas separadas esto de hacer música y tener una vida familiar. Una cosa influencia a la otra. Si empezase a hacerse difícil, dejaría de hacer música. Pero no es así. Es cuestión de centrar tus energías y atención en el momento de hacer el concierto. Es una hora de tu día. Tienes que tratar de dar el máximo para una gente que conoce tu música y quiere disfrutarla o está en un festival y se topa contigo. Pero eso no significa que no puedas dedicar tiempo a estar en casa, hacer discos y todo lo que no esté relacionado con estar en la carretera. Yo no lo encuentro difícil, la verdad. Pero quizá la clase de persona que eres para la audiencia es una fantasía y al fin y al cabo eres una persona que hace cosas normales. Sí, bueno, yo a veces también estoy en el público y veo a un artista como algo especial, pero soy consciente de que es como todos.

Vuestra música es todo diversión, pero con un toque sofisticado. También parece como si lo pasaseis en grande haciéndola ya sea en vuestros directos o en el estudio, casi más que nosotros escuchándola. ¿Es así?

AT: ¿Te refieres a que el público no disfruta nuestra música?

(Risas) No, por dios, me encanta vuestra música y directos. Lo que quiero decir es que si sois esa clase de personas que se lo pase bien en el estudio, hace coñas y demás.

AT: Sí.

OC: Claro, grabar no es algo serio, es algo divertido. Por supuesto, hay presiones de tiempo y económicas. Pero no tiene sentido hacerlo si no te lo pasas bien. Sé que es una respuesta aburrida a si nos lo pasamos bien, pero sí, lo hacemos.

¿Ha cambiado el rol en el estudio comparado a otros discos? Quiero decir, ¿hay personas tocando otros instrumentos o haciendo cosas nuevas?

AT: Todo se va desarrollando. Siempre hemos tenido artistas invitados ajenos a Hot Chip como en el caso de One Life Stand para tocar marimbas, percusión o tambores metálicos. No hemos cambiado el método de hacerlo drásticamente, pero lo único realmente distinto a otras veces ha sido irse de Londres, no estar en nuestros estudios de siempre, hacer las demos y algo de las escrituras en casa y luego ir a otro sitio en el que estuviésemos todos concentrados durante una semana en hacer el disco. En todo caso, lo que ha ocurrido es que se han acelerado las cosas, porque teníamos entre doce y quince horas al día para grabar. Teníamos espacios de estudio amplios en los que desplegar todo. Distintas personas en distintas habitaciones grabando de manera simultánea.

En un principio dijisteis que pensabais en hacer un doble álbum y al final nos habéis entregado el más corto hasta la fecha lo que, por supuesto, me parece bien. De hecho, una de las pocas quejas que tenía sobre vuestros álbumes es que a veces se hacían demasiado largos. Ahora ha salido algo redondo, con la duración exacta y que invita a escucharlo una y otra vez. ¿Estáis satisfechos con los resultados?

AT: ¡Sí! Estoy muy orgulloso de este disco y disfruto mucho tocando estas canciones en directo. Para mí, no creo que tuviésemos que hacer un álbum más largo, tiene la duración exacta. Era una cuestión de saber seleccionar qué temas iban a entrar en él. No es que quisiésemos hacer un disco doble, es que teníamos suficiente material para entregar 15, 16 o 17 canciones si las terminábamos, pero optamos por centrarnos en las que hay. Además, hay algunos temas que ni siquiera están en el EP pero que saldrán en el futuro. Me encantan los dobles álbumes, pero éste ha sido el más libre en el sentido de que nos dejamos llevar, trabajamos en grupo, hacerlo de esta manera, relajarnos y sacar lo que hemos sacado. No sé, siento como que no lo entiendo mucho, pero ya está en las tiendas y está hecho.

Cuando Sónar os contactó para hacer un concierto en el de día y otro en el de noche, ¿teníais en mente hacer dos sets distintos?

AT: Creo que deberíamos hacer distintos sets, pero van a tener material en común. Habrá cambios sutiles entre uno y otro. Pero si es posible, haremos que sean distintos.

¿Te refieres a la elección de las canciones o a la manera en la que las tocaréis?

AT: A veces hemos tocado en festivales y hemos decidido ofrecer algo más techno o que encaje mejor con la noche.

OC: La verdad es que tampoco hay mucha diferencia horaria entre uno y otro. El de hoy es al final del día y el de mañana al principio de la noche, así que veremos…

Tocáis de aquí una hora y media o así y después de hablar conmigo os vais con la radio. ¿Qué haréis después? ¿Cuál es vuestra rutina antes de un concierto?

AT: Justo antes nos gusta escuchar música en el backstage, excitarnos con la música, bailar y prepararnos.

¿Cómo qué?

AT: Cualquier música que nos guste. Tenemos un iPod y un altavoz...

OC: Música country.

AT: Sí, solemos poner música country vivaz y animada. Algo que nos haga sentir listos para hacer una fiesta.

OC: Algo saltarín, nada de cosas rockeras o motorik.

AT: Y después hay un amigo que pincha, Will Bankhead, que lleva el sello Trilogy Tapes, en una fiesta de Hessle Audio, y nos gustaría ir ahí cuando acabemos y disfrutar de la música en un club.

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