Las calles de Milán parecen el escenario de la batalla campal. Los habitantes de la ciudad italiana se dividen entre los que esperan que la Exposición Universal sea el escaparate que muestre cultura y tecnología global y los que temen que el acontecimiento quede empañado por las protestas callejeras.STEFANO RELLANDINI (REUTERS)Coches en llamas por las protestas en Milán. La construcción de la Expo ha estado salpicada de frecuentes casos de corrupción y detenciones de algunos de los responsables tras los que se ha visto emerger la larga mano de las distintas mafias, en especial de la 'Ndrangheta'.STEFANO RELLANDINI (REUTERS)Decenas de antisistema, con el rostro cubierto y vestidos de negro, se arman con palos y cubos de basura para mostrar su rechazo a la Exposición Universal.ANDREAS SOLARO (AFP)Una oficina del banco Cariparma muy afectada por las protestas contra la inauguración de la Expo de Milán 2015. Las pintadas muestran claramente el mensaje de los manifestantes: "No expo".STEFANO RELLANDINI (REUTERS)Manifestantes hacen pintadas en los locales en contra del primer ministro, Matteo Renzi, quien había declarado sobre la Expo: “Parecía imposible, pero hemos vencido la apuesta. Hace un año, cuando heredamos retrasos y escándalos, parecía imposible, pero nunca prestamos oídos a aquellos que decían no lo conseguiréis jamás. Italia se va a vestir de orgullo y de belleza frente al mundo, porque la Expo no será solo una fiesta, sino una gigantesca ocasión para que Italia reflexione sobre sí misma y acepte el desafío del futuro”.STEFANO RELLANDINI (REUTERS)Una barrera de cubos de basura en llamas y papeleras impide que el tranvía pueda circular por las calles de Milán.ANDREAS SOLARO (AFP)Encapuchados muestran con violencia su rechazo a la Exposición Universal, con bengalas y máscaras antigás.FILIPPO MONTEFORTE (AFP)Encapuchados armados con botellas y con máscaras antigás se enfrentan a la policía por la Expo. El recinto de esta ocupa 110 hectáreas y está a unos 16 kilómetros al noreste de la ciudad. Participarán 145 países, algunos con lujosos pabellones propios —como Brasil, Argentina o España— y otros agrupados alrededor de determinados alimentos o espacios geográficos comunes.STEFANO RELLANDINI (REUTERS)La policía provista de máscaras antigás ha ahuyentado a los manifestantes con gas lacrimógeno-Andreas Solaro (AFP)
