_
_
_
_
Blogs / El Viajero
El blog de viajes
Por Paco Nadal

El placer de volar en la Business Class de un A380

Paco Nadal

No es el pub de la esquina. Es la clase Business de un A380. ¡Así da gusto volar!

He viajado a Dubai invitado por la aerolínea Emirates para que probara la clase Business de sus aviones A-380. Y qué queréis que os diga… ha sido un tremendo error: ¡nunca debería haberlo hecho! Ahora ya jamás querré volver a la estrecha, incómoda y proletaria clase turista. ¡Volar es un placer, pero hacerlo en la parte de arriba de un A-380 es el nirvana de un viajero!

El Airbus 380 es el avión comercial de pasajeros más grande del mundo. Si os lo habéis cruzado alguna vez en un aeropuerto es inconfundible: tiene dos pisos (y dos hileras de ventanas, por tanto) y parece una ciudad con alas. El avión podría tener una capacidad máxima de casi 800 personas, pero cada compañía ha personalizado sus pedidos con la configuración que más le interesa para sus fines comerciales. Y creo que ninguna ha optado por la versión de máxima capacidad.

Había volado anteriormente un par de veces en clase turista de un A-380 y es un aparato que me encanta: máxima estabilidad y muy cómodo, incluso en el gallinero de los proletarios, donde lleva 10 asientos por fila.

Los A-380 de Emirates (al menos en el que yo acabo de volar) dedican toda la planta baja a clase Turista y la de arriba, a First y Business. ¡Ah… la planta de arriba! Cuando subes esas escaleras y piensas que -queden por delante las horas de vuelo que queden- tú ni te vas a enterar, se te pone una sonrisa boba, un cuerpo desmadejado de alegría tonta, una cara de insoportable felicidad que no hay selfie capaz de reflejarla. Cuando te has chupado –como un servidor- horas y horas de vuelo encajado en un incómodo asiento, miles y miles de kilómetros más apretado que los tornillo de un submarino, noches y noches enteras en vela en la humilde y estrecha clase turista… al subir esas escaleras del A-380 hacia el Olimpo de los elegidos sabes que a partir de ese momento ya nada será igual. ¡Ya nunca querrás volver a ser un jodido clase-turista!

Éste de aquí arriba es el asiento de Business del A-380 de Emirates. Se hace cama por completo, lleva al lado una mesa privada y una pequeña alacena con minibar y espacio para poner tus ítems. Pantalla grande en el frontal y otra inalámbrica para no sé bien qué. Manta, almohada, colchoneta para hacerlo más mullido en la noche… solo falta que la azafata te arrulle cuando te vas a dormir.

Aquí un detalle del lateral del asiento, con espacio para todos tus gadgets (esos que en Turista nunca sabes dónde meter) y un pequeño minibar.

¿Que te cansas de ir en tu superasiento? Pues te vas al bar de la parte de atrás a tomarte un gin-tonic-barra-libre y a charlar con los pasajeros. Quien sabe, igual hasta ligas.

A la hora de dormir, el asiento se hace cama. Así se pueden cruzar océanos sin enterarte (y hasta galaxias interestelares si nos ponemos).

La comida, excelente. Y el trato de la tripulación, exquisito (he de decir que en estas aerolíneas del Golfo, no solo en Emirates, el trato del personal de cabina es amabilísimo incluso en clase Turista)

PERO...SIEMPRE HAY ALGO MÁS

¿Os ha impactado un vuelo en la Business Class del A-380 de Emirates? Pues eso no es el top. Siempre hay quien puede un poco más. Éste es el asiento de la First Class, que ocupa la parte delantera del aparato. El colmo del confort. Por la noche se cierra la puerta y es casi una habitación privada. Solo le falta la ducha.

Lo dicho…¡¡no quiero volver jamás a la proletaria clase Turista!! (aunque por desgracia sea la que me corresponde)

Comentarios

Ya hay aviones y barcos que estás mejor que un hotel. Yo con lo que más he flipado es con un crucero donde había hasta servicio de stripper: http://goo.gl/c2THrx
Algún prisillas ya me recriminó en el post anterior que no había hablado nada de las condiciones de los trabajadores extranjeros en Dubai; no sirve de nada que diga que acabo de llegar y que ya haré las valoraciones oportunas cuando tenga más conocimiento de causa. Hay gente que opina solo para escucharse a si misma. Todo este espectacular crecimiento de los emiratos del Golfo se basa en algo obvio: mano de obra barata. De los 8 millones de habitantes de Dubai, solo el 11% son nacionales dubaitíes. El resto son trabajadores extranjeros, la mayoría de ellos mano de obra poco cualificada llegada de Nepal, Pakistán, India, Sri Lanka y otros países asiáticos. Los hombres solteros se ven obligados a vivir en “labour camps”, ciudades de barracones levantadas para ellos en medio del desierto cuyas condiciones han sido denunciadas por numerosas ONG. Me consta que el gobierno está tratando de mejorar sus condiciones (construyendo los nuevos labour camps con aire acondicionado, por ejemplo), pero la vida en estos campamentos –según quienes han podido visitarlos; yo no los he visto- distan de ser la mejor de las posibles. Y es algo a todas luces denunciable. Su situación de desamparo se agravó durante la reciente crisis, cuando muchos se quedaron sin trabajo y sin poder volver a sus países. No obstante quien se rasgue las vestiduras solo por esto es que no ha visto cómo viven los marroquíes que recogen fruta en el campo de Cartagena o los subsaharianos del Maresme catalán. Los del primer mundo siempre hemos vivido bien gracias a las miserias de los otros mundos. Solo que hay quien se cree que eso solo pasa lejos de su casa.
Y yo viajando en turista...qué pena es ser pobre!!
Si, macho, y cuánto vale un billetito de estos?

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_