El placer de volar en la Business Class de un A380
No es el pub de la esquina. Es la clase Business de un A380. ¡Así da gusto volar!
He viajado a Dubai invitado por la aerolínea Emirates para que probara la clase Business de sus aviones A-380. Y qué queréis que os diga… ha sido un tremendo error: ¡nunca debería haberlo hecho! Ahora ya jamás querré volver a la estrecha, incómoda y proletaria clase turista. ¡Volar es un placer, pero hacerlo en la parte de arriba de un A-380 es el nirvana de un viajero!
El Airbus 380 es el avión comercial de pasajeros más grande del mundo. Si os lo habéis cruzado alguna vez en un aeropuerto es inconfundible: tiene dos pisos (y dos hileras de ventanas, por tanto) y parece una ciudad con alas. El avión podría tener una capacidad máxima de casi 800 personas, pero cada compañía ha personalizado sus pedidos con la configuración que más le interesa para sus fines comerciales. Y creo que ninguna ha optado por la versión de máxima capacidad.
Había volado anteriormente un par de veces en clase turista de un A-380 y es un aparato que me encanta: máxima estabilidad y muy cómodo, incluso en el gallinero de los proletarios, donde lleva 10 asientos por fila.
Los A-380 de Emirates (al menos en el que yo acabo de volar) dedican toda la planta baja a clase Turista y la de arriba, a First y Business. ¡Ah… la planta de arriba! Cuando subes esas escaleras y piensas que -queden por delante las horas de vuelo que queden- tú ni te vas a enterar, se te pone una sonrisa boba, un cuerpo desmadejado de alegría tonta, una cara de insoportable felicidad que no hay selfie capaz de reflejarla. Cuando te has chupado –como un servidor- horas y horas de vuelo encajado en un incómodo asiento, miles y miles de kilómetros más apretado que los tornillo de un submarino, noches y noches enteras en vela en la humilde y estrecha clase turista… al subir esas escaleras del A-380 hacia el Olimpo de los elegidos sabes que a partir de ese momento ya nada será igual. ¡Ya nunca querrás volver a ser un jodido clase-turista!
Éste de aquí arriba es el asiento de Business del A-380 de Emirates. Se hace cama por completo, lleva al lado una mesa privada y una pequeña alacena con minibar y espacio para poner tus ítems. Pantalla grande en el frontal y otra inalámbrica para no sé bien qué. Manta, almohada, colchoneta para hacerlo más mullido en la noche… solo falta que la azafata te arrulle cuando te vas a dormir.
Aquí un detalle del lateral del asiento, con espacio para todos tus gadgets (esos que en Turista nunca sabes dónde meter) y un pequeño minibar.
¿Que te cansas de ir en tu superasiento? Pues te vas al bar de la parte de atrás a tomarte un gin-tonic-barra-libre y a charlar con los pasajeros. Quien sabe, igual hasta ligas.
A la hora de dormir, el asiento se hace cama. Así se pueden cruzar océanos sin enterarte (y hasta galaxias interestelares si nos ponemos).
La comida, excelente. Y el trato de la tripulación, exquisito (he de decir que en estas aerolíneas del Golfo, no solo en Emirates, el trato del personal de cabina es amabilísimo incluso en clase Turista)
PERO...SIEMPRE HAY ALGO MÁS
¿Os ha impactado un vuelo en la Business Class del A-380 de Emirates? Pues eso no es el top. Siempre hay quien puede un poco más. Éste es el asiento de la First Class, que ocupa la parte delantera del aparato. El colmo del confort. Por la noche se cierra la puerta y es casi una habitación privada. Solo le falta la ducha.
Lo dicho…¡¡no quiero volver jamás a la proletaria clase Turista!! (aunque por desgracia sea la que me corresponde)
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