La banda de porteros desarticulada intentó comprar el aeropuerto de Ciudad Real

Tres años de investigación, 150 personas detenidas y 27 millones de euros en efectivos incautados son parte de los resultados de la operación desarrollada por la Policía Nacional contra las bandas de porteros que controlaban la noche madrileña. Las últimas detenciones se produjeron en octubre, cuando fue desarticulado con el arresto de 27 personas la banda que dirigía Ivo el búlgaro. Las pesquisas policiales han permitido conocer que el grupo barajó comprar la terminal de carga del aeropuerto de Ciudad Real para introducir por este punto la droga procedente del norte de África y de Sudamérica, según han informado hoy fuentes de la investigación.

La operación también ha permitido la recuperación de 300 kilos de cocaína y bienes por valor de 75 millones de euros. Las investigaciones comenzaron en enero de 2009 cuando fue asesinado a las puertas de la discoteca Heaven, Catalin Stefan Cracion. Eso permitió sacar a la luz todas las bandas rivales que había en la noche madrileña y que, además de tratar de hacerse con la seguridad de los locales, tenían como objetivo la distribución de estupefacientes, en especial cocaína, procedente de Sudamérica.

La organización intentó meter la droga en España a través de barcos, pero las operaciones policiales frustraron esta vía de entrada. Eso les llevó a optar por los contenedores de mercancías, pero de nuevo el cerco de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado acabaron con sus pretensiones.

Por ello se pusieron en contacto con un empresario del mundo inmobiliario, cuya sociedad "cotiza a día de hoy en Bolsa", según ha confirmado esta mañana el comisario jefe de la Unidad de Delincuencia Especializada y

Violenta (UDEV), Serafín Castro. También hablaron con otro relacionado con el mundo de la aeronáutica. "Querían comprar en exclusiva la terminal de carga del aeropuerto de Ciudad Real para traer (material) desde Africa y Sudamérica. Pretendían traer entre ocho y diez toneladas mensuales de cocaína a España", ha destacado Castro.

La organización transportaba la droga, una vez que llegaba a Madrid en pequeñas cantidades. La distribuían en lotes de cinco o diez kilos ocultos en mochilas. Después la distribuían en motos de gran cilindrada. El destino siempre era un chalé de Rivas-Vaciamadrid y desde allí se repartían con destino a Madrid, Andalucía y Valencia. Para blanquear el dinero, habían montado un entramado de sociedades mercantiles en un despacho de abogados de Madrid, los propios locales de ocio y un gimnasio. Además compraron vehículos de alta gama en el extranjero.