55 detenidos por robar más de 20 toneladas de cable de cobre
La Guardia Civil ha practicado la mayoría de las detenciones en Madrid.-Casi todos los implicados tienen la nacionalidad rumana
La Guardia Civil ha desarticulado un grupo que se dedicaba presuntamente al robo, tratamiento y posterior venta de cobre procedente del cableado telefónico y eléctrico, en una operación en la que han sido detenidas 55 personas, la mayoría en Madrid, y han sido incautadas 20 toneladas de este material.
De la Operación Gallinero, que es como se llama la zona del poblado marginal de la Cañada Real Galiana en Madrid donde se asentaba el grupo, ha informado esta mañana el comandante de la Guardia Civil Javier Rogero, coordinador del Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza).
Las detenciones se han practicado en su inmensa mayoría en Madrid y los arrestados son todos rumanos, excepto siete españoles -los chatarreros que les compraban el cobre-, que también han sido arrestados en esta provincia y en la de Toledo. A los detenidos se les imputan más de 50 robos en las comunidades de Madrid, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y Andalucía, y algunos de ellos, según la Guardia Civil, dejaron incomunicadas por vía telefónica a poblaciones enteras, cuyos habitantes vieron limitados los accesos a los servicios básicos y, sobre todo, a los de emergencias.
Por este motivo, los investigadores pretenden que estos hechos no se contemplen como meros robos con fuerza, pues el material sustraído es "altamente sensible" y se han dejado incomunicadas durante dos o tres días a pequeñas poblaciones. Los detenidos, con antecedentes por hechos similares y en algunos casos arrestados hasta diez veces, cometían dos o tres robos durante la noche y en una ocasión llegaron a sustraer unos ocho kilómetros de cable telefónico en la provincia de Sevilla.
Además, según indicaron a Efe fuentes de la investigación, dejaron sin teléfono tres veces en una misma semana a una urbanización de la localidad madrileña de Torrejón de Ardoz.
Los agentes llevaban cuatro meses detrás del grupo, que se dedicaba al robo de cable telefónico y también, en su última etapa, a la sustracción de cable eléctrico procedente de huertos solares. El grupo estaba "perfectamente organizado" ya que, primero, antes de cometer el robo, se desplazaba al lugar elegido para efectuar los "ojeos", es decir, observaban a plena luz del día la zona para comprobar las medidas de seguridad.
Eran zonas de poblaciones pequeñas, alejadas de las principales vías de comunicación, cuando se trataba del robo de cableado telefónico, y estaban localizadas entre Sevilla y Córdoba, en el caso del tendido eléctrico de huertos solares.
Los detenidos no "trabajaban" el tendido de alta y mediana tensión, ya que algunos delincuentes que se dedican a ello han fallecido tras sufrir descargas eléctricas. Una vez que seleccionaban su "objetivo", esa misma noche perpetraban el robo con vehículos propios y con otros que sustraían en las proximidades, y eran conducidos por menores, conscientes de que su responsabilidad penal es inferior.
Los detenidos cortaban el cableado de poste a poste, lo seccionaban en tramos de metro y metro y medio para cargarlo, y lo trasladaban al poblado donde vivían, aunque en algunas ocasiones, cuando detectaban la presencia policial, lo escondían en lugares próximos a la zona del robo para luego recogerlo. Ya en el poblado, otros miembros del grupo quitaban la cobertura negra exterior del cable, lo quemaban para que el plástico se fundiera y sólo quedara el cobre que iban acumulando y luego trasladaban a chatarrerías en cantidades de unos mil kilos.
Han sido inspeccionadas cuatro chatarrerías, tres ubicadas en la provincia de Madrid y una cuarta en Toledo, y la Guardia Civil considera a los receptadores detenidos cooperadores necesarios para el delito.
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